Fort Navajo Comenzamos las aventuras del teniente Blueberry de la mano de Jean-Michel Charlier, el guionista, acompañado de los magníficos lápices de Jean Giraud. Nos remontamos, nada más y nada menos que, al año 1965, lo que ha supuesto una sorpresa para mí, ya que no esperaba que esta colección fuese tan clásica. Siempre he pensado que era una serie un poco más moderna.
En este primer tomo, los autores nos presentan al teniente Mike S. Blueberry, que tras participar en la Guerra Civil americana viene al salvaje oeste, donde se le plantea su última oportunidad para permanecer en el ejército. Debido a su negativa contra la esclavitud, desertó de la facción del norte y se hizo sudista. Le precede una fama de bebedor, jugador, indisciplinado, camorrista y una larga letanía de actitudes poco decorosas que lo convierten en alguien muy peculiar. De hecho, su presentación tiene lugar durante una partida de poker, en la que obtiene muchos beneficios mediante trampas. Esta situación propicia un enfrentamiento en el Saloon, donde recibe la ayuda del Teniente Craig, el cual piensa que se está cometiendo un injusticia.
Posteriormente, ambos se presentan y resulta que
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Si sois amantes del género, coincidiréis conmigo que tenemos el inicio de una serie con todos los tópicos posibles. Pelea de bar, juego de cartas y posterior enfrentamiento. No obstante, esta premisa da lugar al encuentro de dos personajes totalmente contrapuestos. Craig es un tipo caballeroso, pagado de sí mismo, dispuesto a luchar por cualquier causa, aunque quizás es demasiado taimado para el salvaje oeste. En contraposición, tenemos a Blueberry, con mayor experiencia debido a la guerra, un poco insolente, pero con un sentido de la justicia que está fuera de toda duda. Aunque, obviamente, la impresión inicial es que es poco más que un rufián. Tras el incidente del bar, ambos se separan para llegar al mismo destino, Fort Navajo, pero un desgraciado accidente dejará a Blueberry sin montura, por lo que deberá realizar el resto del trayecto en la diligencia con Craig.
Poco después, de camino al fuerte, llegarán a un rancho que supuestamente han atacado los apaches. Entre los escombros, encuentran al dueño, que en su último aliento les hace prometer que recuperarán a su hijo, al que han raptado los indios. Craig, como si de un caballero andante se tratara, se dispone a empezar una misión que promete ser suicida, a pesar de los vanos intentos de Blueberry por impedirlo, incluso llega a tacharlo de cobarde. A pesar de todo, tras una conversación con las mujeres de la diligencia, Blueberry decide ir tras Craig para impedir que acabe muerto, mientras la diligencia pide refuerzo en el fuerte.
La inexperiencia de Craig le hará caer en una emboscada de los apaches, pero, en última instancia, llega Blueberry para salvarlo. finalmente, gracias a las argucias del veterano de la guerra, consiguen escapar y ser recogidos por un destacamento que venía en su busca. Aquí, queda constancia de que la inexperiencia en el oeste puede ser la responsable de una prematura muerte. También podemos observar, como el protagonista es un hombre de recurso. No es un cobarde, pero utiliza la astucia para conseguir sus objetivos. Y es que el teniente, le tiene un gran aprecio a su cabellera.
Cabe destacar la presencia de una vieja compañera de fatigas, su corneta, la cual le servirá en varias ocasiones para escapar de algún problema, aunque también le hará meterse en otros.
En el destacamento conoceremos al Mayor Bascom, fuente de futuros problemas para Blueberry. Bascom es un oficial cuyo odio hacia los indios es tan visceral como irracional. Algo que queda meridianamente claro desde su presentación. Uno de los integrantes del destacamento es el Teniente Crowe, un joven mestizo cuyas palabras siempre caen en saco roto. Además, Bascom nunca pierde la oportunidad de mostrar su antipatía hacia él o los de su raza. El mensaje racista es continuo e impregna la mayor parte de esta historia. De hecho, prácticamente, es el motor que la impulsa, ya que tenemos un mensaje, alto y claro, de que en este escenario, lo indios no eran tan malos y la conquista estaba manchada de un racismo imperante en la América de la época. Solo hay que tener en cuenta cuales fueron los motivos del a reciente guerra: la esclavitud.
Bascom abusa del poder que le confiere su rango, desobedeciendo las ordenes de encontrar a los dos oficiales y volverse al fuerte, ya que decide salir tras los apaches, en un acto de venganza por la familia fallecida en el rancho. Salen al paso de una comunidad apache que se dispone a cambiar su campamento, atacando a mujeres y niños en el proceso. Craig y Blueberry no están muy de acuerdo con las ordenes, por lo que volvemos a ver en acción a la astucia de nuestro protagonista. Bueno, y la de su corneta.
Al tocar retirada, crea un caos en el destacamento, lo que provoca que muchos indios puedan escapar, aunque el daño ya está hecho, porque ha muerte el jefe del campamento. A pesar de los improperios de Bascom, y gracias a la disuasión de Craig, que poco a poco se va haciendo amigo de nuestro protagonista, Blueberry solo obtiene un arresto. Aunque estuvo a punto de perder la vida por traición.
Poco después, llegan a Fort navajo, donde conoceremos al Coronel Dickson, un militar mucho más razonable que Bascom y que comienza a plantear la posibilidad de que lo sucedido en el rancho no sea obra de los indios. Esto es algo que el Mayor le reconcome por dentro, empeorando cuando Dickson mantiene que quiere reunirse con Cochise, el jefe de los apaches, para solucionar este posible malentendido de forma pacífica. Lo que no esperaba el coronel, es que Cochise se pusiese en contacto con ellos tan pronto, debido al altercado que provocara Bascom. La situación comienza a ponerse difícil y todo es debido al odio irracional del Mayor.
Tras acordar un acuerdo pacífico, justo frente al fuerte, llega el día de las negociaciones. Todo se complica cuando el coronel es picado por una serpiente de camino a su encuentro con Cochise. Esto provoca que el oficial de mayor graduación sea Bascom, el cual convierte el acuerdo pacífico en una treta para atrapar al máximo dirigente de los apaches. Racista, cobarde, traidor, son algunos de los calificativos que encajan con este personaje que demuestra ser el gran villano de la historia. Lo que debería haber sido un acuerdo de paz se convierte en una trampa de la que el jefe apache consigue escapar, en parte gracias a Craig. A pesar de las disidencias con Bascom, las rigurosas normas del ejército no permiten desobedecerle, por lo que todos se ven atados de pies y manos. Ni siquiera Blueberry consigue sacarlo de su error. Ahora, sus actos han sido declarados como el inicio de una guerra con los apaches y ellos se encuentran en medio de su territorio, aislados, y sin la posibilidad de que lleguen refuerzos, ya que han asesinado a los mensajeros. Los tambores de guerra suenan en la letanía. Continuará...
Desde luego, la serie comienza muy fuerte. casi desde el primer momento me he sentido atraído por la historia, a pesar de que creo haberla leído antes. Además, lo que empieza como algo lleno de tópicos del género, va tomando la forma de un mensaje mucho más profundo y crítico. Los personajes van cobrando fuerza y son desarrollados tridimensionalmente, dando lugar a un escenario muy interesante. Diría que este álbum va de menos a más, concluyendo con un suspense que te dan muchas ganas de ver como continúa la historia. Mi primera impresión es bastante satisfactoria y me deja la sensación de que esto es algo más que un tebeo de indios contra vaqueros. Estereotipos fuera, lo cual me resulta mucho más atrayente.
En el apartado gráfico tenemos a Giraud que, sencillamente, está genial. Quizá un peldaño por debajo de la gran evolución que tendrá el autor con el tiempo, pero su estilo es una autentica maravilla. Eso sí, hay que acostumbrarse a ver al protagonista con ese rostro casi calcado a Jean Paul Belmondo, pero creo que es un mal menor. Hay que destacar la riqueza de las viñetas, lo bien que dibuja los caballos y los escenarios. En fin, un trabajo muy bueno. No digo excelente porque creo que hay una mejora sustancial con el tiempo, pero se le acerca bastante.
Para los que se acerquen a la edición de Grijalbo, hay un par de cosas que no me han gustado. La primera es la traducción. El sir sustituye a señor en muchas ocasiones, se dejan sin traducir expresiones como Hell, Well y alguna más, dando la sensación de traducción a medias. También hay varios fallos de rotulación, sobre todo en las primeras páginas. Todo este tipo de cuestiones "estorban" un poco en la lectura, aunque la historia va cogiendo tal intensidad que te acabas acostumbrando, o pasando de ellas. Sea como sea, me ha parecido, a falta de leer completo el primer ciclo, que estamos ante un
must have del cómic europeo, o al menos a mí ya me ha entrado el gusanillo.