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Autor Tema: Teniente Blueberry  (Leído 184318 veces)

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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #150 en: 21 Agosto, 2014, 23:56:12 pm »

Persecución implacable

Continuamos con un nuevo volumen de la etapa de Corteggiani al frente de Blueberry, acompañado por Colin Wilson a los lápices. En primer lugar, debo ratificar que, pese a la ausencia de los creadores, la serie mantiene intacto el estilo y la esencia. Si bien es cierto que se nota un ligero cambio en ambas facetas creativas, la historia gana en complejidad, pero sobre todo tenemos algún que otro personaje despuntando. Es rara la historia en la que Blueberry no se gana un honorable aliado, quizá lo que más se echaba en falta en la anterior entrega. A eso le sumamos una trama más compleja y una utilización más que notable de los elementos típicos del género,  dando forma a una saga que va en un in crescendo continuo. De ese modo, guarda muchas similitudes con el trabajo de Charlier. Así que, de momento, Corteggiani me está convenciendo y Wilson hace tiempo que lo hizo. Por lo tanto, la serie sigue a un buen nivel. Quizá no está en ese nivel estratosférico de sus antecesores, pero, desde luego, es un muy buen cómic. Ha habido momentos en los que he disfrutado bastante con una ambientación del western clásico, sobre todo al principio con la narrativa gráfica, sin bocadillos. Una auténtica gozada.

El primer momento en el que el guionista francés me convence es cuando crea una historia enlazada con la anterior, pero que tiene cierta autonomía por sí sola, absteniéndose de incluir un resumen. Incluso al final, que es obvio que tiene una continuación, es un buen punto para dejar la historia, sin incómodos cliffhangers. Creo que el modo de publicación europeo exige este estilo para que el lector no se sienta perdido entre la salida de un álbum y la de otro. Es cierto que los resúmenes también ayudan, o las relecturas previas, pero reconozco que me gusta más este estilo autosuficiente.

Como decía al principio, la historia se vuelve más compleja. Principalmente porque tenemos varias tramas que acaban convergiendo en un momento dado. La que inicia el tomo se centra en el sargento Grayson y sus hombres. Se trata de un grupo de soldados del norte que acompañó a Blueberry en la historia anterior, que andan disfrazados como sudistas en dirección a la prisión de Rome, donde pretenden liberar a Blueberry, el agente de Pinkerton y el maquinista. Durante su estancia en un bar son asaltados por verdaderos sudistas, pero consiguen eliminarlos a casi todos gracias a la ayuda de un tal Bowman, que aparece de manera fortuita. Poco después descubriremos que en realidad todo era una farsa para intentar ganarse la confianza de los nordistas y llegar hasta Mike para matarlo. No obstante, por un motivo no del todo claro, emplea munición real, pero el que queda vivo, el sargento Fairfax, lo persigue para hacer justicia a sus compañeros.

De manera simultánea, Blueberry juega a las cartas con el un par de prisioneros y el mayor. En un momento dado, provoca un altercado en el que consigue adquirir un revólver para utilizarlo poco tiempo después en un intento de fuga, junto a sus dos compañeros. Aprovechando que el Mayor requiere la presencia de los tres, saca el arma, lo utiliza como rehén y se montan en un carro para salir de la prisión. A ellos se unen varios presos de color. Cuando llegan a la bloqueada puerta, aparece una visita inesperada: el sargento Grayson y sus hombres. A partir de ahí, unen sus caminos para volver al norte y el vehículo elegido, como no podía ser de otra formas, es el tren. Uno que roban en la propia estación de Kingston.

No voy a decir que en este guión hay mil y una situaciones de lo más predecibles, algunas incluso un poco forzadas, pero tiene su punto ingenioso. Además, no deja de ser un relato tremendamente entretenido en el que cobra vida, con mucha fuerza, el salvaje oeste. Por otro lado, el dibujo sigue evolucionando hacia un estilo más personal, aunque no pierde esa “copia” a lo que hacía Giraud. Blueberry es totalmente reconocible en todo momento, es con el resto de personajes donde el autor muestra sus “cambios”. Eso sí, no se deja de lado el barroquismo de los detalles, otra de las señas de identidad de esta colección. Sin embargo, Giraud me parece que es un dibujante con mayores cualidades que Wilson, pese a que este no lo hace nada mal. A mí me está gustando bastante y, el cambio, creo que ha sido hecho con mucho tacto. Ninguno de los autores elegidos desentona demasiado.

Durante la huida, se descubre lo de Bowman y Fairfax lo acaba tomando como prisionero, dejando que Blueberry y los suyos se marchen. Aunque ahora le deben un favor, y la vida, por supuesto. Por si fuera poco, un tren les persigue por la misma vía. Ahora es el momento de utilizar las cargas explosivas que se pusieron en el anterior volumen. La que pusieron en le túnel será la que frene definitivamente a sus captores.

Por otro lado, Bowman regresa, llevándose por delante a algunos de los compañeros de Blueberry. Al caer por un barranco, no lo vuelven a ver, parece que logró sobrevivir.
Finalmente, se reúnen con el general Mitchell para recibir las felicitaciones y condecoraciones pertinentes, que son recibidas al estilo habitual de Mike. Su mente está ocupada en otra cosa: atrapar a Bowman. Grayson le informa de que ha sido visto en Atlanta. Blueberry decide unirse como explorador al general Sherman y así poder continuar la búsqueda de Bowman. Grayson decide acompañarlo.
Continuará…

Aunque soy consciente de que quizá me repita demasiado, quiero dejar bien claro que de esta parte de la colección no esperaba gran cosa. Sin embargo, los autores que recogen un legado tan importante como Blueberry mantienen la esencia y fabrican buenas historias, combinando perfectamente las aventuras trepidantes con el sabor especial del western; manteniendo un nivel más alto que mis expectativas. Pese a la ausencia de los maestros, merece la pena seguir las aventuras de Blueberry. Al menos, de momento.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #151 en: 26 Agosto, 2014, 21:27:43 pm »

Tres hombres para Atlanta

Continuamos con la etapa realizada por Corteggiani y Wilson, que mantiene un estilo continuista. Ambos autores siguen demostrando ser unos dignos sucesores de los creadores de Blueberry, aunque esta saga me está empezando a parecer un poco alargada. No obstante, la historia está a un buen nivel y se incluyen elementos históricos reales, como la batalla de Kennesaw Mountain, y personajes históricos como el general Sherman, que queda retratado como un amante de la bebida, además de un buen estratega. Os dejo un par de enlaces para mayor información.
http://es.wikipedia.org/wiki/Kennesaw
http://es.wikipedia.org/wiki/William_Tecumseh_Sherman

Por otro lado, al igual que en anteriores volúmenes, Corteggiani opta por darle cierta independencia a la historia, pese a que la trama principal gira en torno a la persecución de Bowman, tal y como vimos en el anterior tomo. Solo tenemos un sucinto texto, previo al cómic, en el que se nos pone rápidamente en situación.

Todo comienza en la mencionada batalla de Kennesaw Mountain, donde Sherman hace lo imposible por conquistar la ciudad de Atlanta. La contienda es bastante cruenta los sudistas parecen aguantar bastante bien los ataques del ejército norteño, por lo que el general decide enviar a Blueberry a la ciudad para recabar información que facilite su conquista.

Mike va acompañado del sargento Grayson, a ellos se le une Homer, un esclavo al que le salvan la vida y que les servirá de contacto en Atlanta para buscar refugio e información útil para Sherman. De ese modo, Blueberry puede mantener su tapadera, ya que su principal objetivo es Bowman. Una vez que han entrado en Atlanta, Blueberry es reconocido por un viejo amigo, Lewis Norton. Ascendido a capitán, Norton envía a varios hombres para que apresen a Blueberry por los crímenes por los que huyó al norte. Pese a ser capturado con facilidad, Blueberry será liberado del monasterio al que lo llevan gracias a Grayson.

Cabe destacar la labor continuista del guionista, recuperando a personajes del origen de Blueberry. Además, debemos añadir el estilo similar al de Charlier y la utilización de hechos y personajes históricos. Todo ello son elementos característicos de la serie y me parece un punto a favor del autor mantenerlos. Por ello, y por el desarrollo de las tramas, es por lo que considero que es una continuación digna al trabajo de Charlier. Incluso diría que tiene una calidad bastante más alta de la esperada.

Gracias al disfraz de monje, Blueberry y Grayson podrá moverse por la ciudad en busca de Bowman, que se oculta bajo la identidad de James Redford, un presunto traficante que también está en el punto de mira de Norton. Esto provocará que ambos enemigos crucen sus caminos, lo que facilitará la huida de Bowman, que se perfila como alguien vil y rastrero en todos los aspectos.

Blueberry no podrá evitar la huida del asesino, pero sí salva la vida de Norton, sorprendido por la traición de uno de sus hombres. Este hecho facilitará que el capitán oculte la huida de Mike y los suyos, que se llevará a cabo gracias a un globo.

Por último me gustaría resaltar el buen desarrollo de los personajes, tanto reales como ficticios, que cobran mayor protagonismo en la historia. Quizá esta era una asignatura pendiente de Corteggiani, pero poco a poco va mejorando ese aspecto y tenemos esa coralidad habitual en la serie. También me parece destacable que, aunque de manera sucinta, el autor introduzca escenas en las que se muestre los horrores de la Guerra Civil americana. Si bien es cierto que no llega al nivel de Charlier, la crítica está ahí.

Sherman, tras recibir la información del teniente, continúa con sus planes de dividir el sur en dos para debilitarlos. Su objetivo es Savannah. Así, Blueberry deberá volver a infiltrarse en el territorio enemigo para facilitar el avance de las tropas del general. De esa forma, puede continuar con la búsqueda de Bowman, que está resultando más escurridizo de lo esperado. 
Continuará…
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #152 en: 26 Agosto, 2014, 23:39:55 pm »

El precio de la sangre

Llegamos al final de la etapa realizada por el dúo Corteggiani/Wilson, aunque el guionista continuará en el siguiente tramo de la colección, el magnifico dibujante se despide en este tomo. Colin Wilson ha dejado un trabajo francamente bueno, con un estilo muy similar a Giraud, que ha ido cultivando hasta evolucionar de forma positiva. Espero que su sustituto esté a su altura.

En este tomo, volvemos a tener un trabajo sólido con un guión bastante bueno, pero que, en mi opinión, tiene un final algo precipitado. Quizá es debido al ritmo trepidante que impera durante todo el volumen, aunque que se olvide por completo la misión de Sherman provoca que no se cierre el círculo como debiera. Si por algo se ha caracterizado esta serie siempre es por no olvidar ni el más mínimo detalle, atando al final todos los cabos. Aquí ese detalle no se cumple, pese a que la historia me ha parecido muy buena hasta el desenlace algo precipitado.

Blueberry y sus hombres se internan en territorio sudista en busca de Bowman. Al llegar a Barnesville, son avistados por un niño que alerta a todo el pueblo. Pese a las precauciones tomadas por Mike y Grayson, ambos son cogidos por sorpresa en un pueblo que parecía abandonado. No obstante, todo resulta ser un malentendido, ya que son confundidos con unos bandidos que intentaron robarles hace poco. Gracias a ello, y a la habilidad de Mike para crear una misión falsa, consiguen provisiones. Además, se topan con un prisionero al que conocían de haber intentado matar a Homer, el cual parece conocer el paradero de Bowman.

Con un mapa facilitado por el rehén comienzan su camino hacia el que parece ser el escondite de Bowman y su banda. Sin embargo, llegan a un pueblo en el que encuentran unos almacenes sudistas con las pocas provisiones que tienen los confederados para continuar la guerra. Blueberry planea volarlo todo. Antes se topa con una mujer que dirige la plantación Reynes. La sigue y planea establecer su base en dicha plantación.

Cuando llega la noche, el rehén consigue un arma y se fuga, hiriendo a Homer en el proceso. Al día siguiente, continúa con su plan y llega al a plantación presentándose como sudistas para facilitar el asilo. Mientras, el que fuera prisionero llega hasta Bowman y le cuenta todo lo que sabe sobre Blueberry. De ese modo, el asesino se pone en camino para eliminar a su tedioso persecutor.

Una vez establecidos en la plantación Reynes, Blueberry va al pueblo con Elizabeth, la dueña de la misma, para mantener su farsa e idear un plan para volar los almacenes. Durante su ausencia, sus compañeros negros son descubiertos con armas, por lo que las mujeres que habitan el terreno entran en acción para retenerlos. En esos momentos llegan Bowman y sus hombres, que detienen a todos con facilidad, pese a los intentos de Grayson.

Homer consigue escapar y avisa a Blueberry, que junto con Elizabeth inician un asalto al caserón. Gracias a un cañón escondido, equilibran las fuerzas. Además, reciben auxilio de los soldados sudistas que protegen el almacén. A pesar de todo, Bowman consigue huir raptando a Elizabeth, pero esta consigue eliminarlo con un arma que llevaba escondida. Aprovechando la confusión, Mike había ordenado a sus hombres que huyeran. Gracias a su actuación en favor de la mujer y los habitantes de la propiedad, el capitán sudista deja marcar a Blueberry, pese a que había descubierto su tapadera. Así se repite un poco la historia del anterior tomo.
Como decía al principio, la historia está bastante bien. El ritmo trepidante también ayuda a que la lectura sea muy rápida. Además, me parece destacable la utilización de conceptos como el racismo y la libertad, el eje central de la guerra. Hay varios momentos de la historia en el que el autor utiliza las conversaciones como vehículo para hacer declaraciones al respecto. Incluso deja alguna reflexión sobre la crudeza de la guerra y, por qué no, lo absurdo que acaba siendo todo cuando se alarga en el tiempo. A pesar de todo, creo que el racismo y la exclusión social de la raza negra es una de las pocas veces en que adquiere mucho protagonismo, sobre todo porque le grupo que acompaña a Mike son todos negros menos Grayson.

Por último, pero no por ello menos importante, el autor pone sobre la mesa el papel de la mujer en una guerra de esta magnitud. Una plantación en la que solo viven mujeres de un carácter fuerte, que contribuyen a la causa con su trabajo y que no se amedrentan ante el peligro y las dificultades. El papel de la mujer en aquella lejana época era muy similar al de la Edad Media, para que nos hagamos una idea. Pero aquí, debido a la muerte de sus maridos y familiares, afrontan un papel de liderazgo. Un papel destinado a los hombres, aunque las calamidades de la guerra provocan esta situación.

Sin duda alguna, esta etapa en su conjunto ha sido toda una sorpresa. Quizá podríamos decir que incluso ha ido mejorando tomo a tomo, por lo que me parece justo decir que hay vida tras Charlier y Giraud. Si le pongo alguna pega sería las portadas, que no me han gustado demasiado. De todas formas, merece mucho la pena leerla, aunque retrocedamos en el tiempo, volviendo a explorar la juventud de Blueberry. Espero y deseo que el siguiente tramo tenga esta calidad, para poder seguir disfrutando de esta serie.
« última modificación: 29 Septiembre, 2014, 22:37:30 pm por oskarosa »
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #153 en: 29 Septiembre, 2014, 23:28:53 pm »

La solución Pinkerton

Continuamos con la etapa escrita por Corteggiani, el cual es acompañado por el dibujante Blanc-Dumont. Gráficamente tenemos un estilo realista de líneas finas y elegantes que nos deja unas ilustraciones realmente hermosas. Sin duda, la serie sigue manteniendo su alto nivel gráfico. Cabe destacar lo guapa y sexy que se presenta la mujer protagonista de la historia. Además, se mantiene ese extremo cuidado por los detalles, una de las características más importantes de la colección.

Por otro lado, el guión, pese a ser bastante elaborado, peca de extremadamente lento. Las aventuras de Blueberry a las que estamos acostumbrados son dinámicas, con un ritmo frenético. El comienzo de la trama es lento y da alguna vuelta de más hasta centrarnos en la dirección que nos quiere llevar. Mantiene muy bien el contexto histórico, sobre todo incluyendo a personajes tan reconocibles como Sherman u otros militares del ejército sureño, pero se denota cierta falta de tensión. En mi opinión, Corteggiani desciende un par de peldaños en comparación con sus anteriores historias.

A pesar de todo, hay un componente conspiranoico interesante. Una intriga política muy bien llevada y un interés palpable por la continuidad global de esta juventud de Blueberry jamás contada. Las constantes referencias a historias pasadas, incluso la recuperación de algún personaje son señales inequívocas de un buen trabajo de serialización. No obstante, por primera vez, todos estos componentes me parecen algo fríos y en algunos momentos la historia roza el tedio. Espero, sinceramente, que solo sea algo pasajero y sea debido a que la compleja trama necesitaba esta forma de plantearla.

Como decía anteriormente, los autores continúan explotando la juventud de Mike, durante la terrible guerra civil que asoló Estados Unidos. La historia comienza en 1864, donde un mutilado actor es contratado para el papel de su vida. Más tarde, entenderemos cual es, aunque me parece algo muy predecible.

Mientras, en Atlanta continúa la guerra en su forma más cruda. Allí, junto a las fuerzas de Sherman, se encuentra Blueberry, que está desconsolado por que sus amigos han caído en las garras del enemigo. Recordemos que el autor reutiliza la fórmula que tan buenos resultado le dio a Charlier, dotando al protagonista de dos compañeros de fatigas. Hablamos del sargento Grayson y Homer, obviamente.

Todo comienza cuando el capitán de su regimiento ordena un ataque a un edificio sitiado, pero Blueberry considera que es una locura. Esto provocará una de esas relaciones tan “amistosas” con un superior que le llevan a huir de frente contra el enemigo, propiciando que derroten al enemigo. Momentos después, aparece una carreta sin conductor en la que viajan los representantes del partido de la paz. Entre ellos una hermosa joven a la que no debemos perder la vista ni un segundo.

A modo de intermedio tendremos una escena que da sentido a toda la trama, ya que un grupo de políticos, a espaldas del presidente, trama un plan en el que deben eliminar a los dirigentes de los sudistas, de forma que un ejército sin sus jefes quede totalmente desorganizado, de forma que puedan derrotarlo fácilmente y la guerra llegue a su final.

Volviendo al campamento en el que se encuentra Blueberry, Sherman recibe órdenes de Washington. Los portadores del mensaje de paz deben llegar a Atlanta, para visitar a los heridos y prisioneros, para asegurarse que no les falte de nada. Aunque la bandera blanca les facilitará llegar a su destino, Blueberry debe acompañarles, aunque no sin emitir una queja.

Si habéis seguido mis reseñas, o habéis leído la serie hasta aquí, podréis constatar que el esquema de la historia es muy similar a todo lo visto hasta el momento. Quizás la misión encubierta, que se ve venir, añada algo de originalidad, pero el resto, hasta la pelea con el capitán, dan muestras de una repetición de esquemas algo evidente. Un agotamiento de ideas y una reformulación constante de aquello que ha cosechado éxito en el pasado. Así, la serie pierde su chispa, convirtiéndose en algo más mundano. No deja de ser entretenida, pero está muy lejos de lo anterior, en cuanto a originalidad. Una verdadera lástima.

La llegada a Atlanta no presenta grandes novedades. Bueno, que nuestro protagonista se acueste con la joven sí que lo es, aunque sea por iniciativa de ella. Al principio me pareció raro, pero viendo como se va desarrollando el personaje, todo parece indicar que es lo más lógico…

Posteriormente, comienzan las visitas, para después ser invitados a una cena con el General Hood y su estado mayor. Aquí diría que la historia comienza a despegar un poco, sobre todo porque las subtramas van tomando forma.

Tras la cena, la joven es invitada por Hood para una conversación en privado. De ese modo, ella aprovecha para apuñalarlo. Blueberry, que sospechaba algo, se acerca a la sala para descubrir el asesinato, del cual ella pretende culpar al teniente. Afortunadamente, el fallecido no es otro que el actor del inicio. El verdadero Hood ah presenciado la escena y libera de toda culpa a Blueberry. La solución Pinkerton, que no es otra que el plan de matar a Hood con una espía, que acaba siendo apresada, se rebela como una solución no demasiado buena. El espionaje y el contraespionaje en acción. Lo dicho, interesante, pero narrado de una forma con poco ritmo.

Pero Blueberry no se libra de la sentencia de muerte, ya que durante su visita inicial, Fairfax lo ha visto y saca a relucir los crímenes por los que se le acusa al teniente, los cuales ya conocemos de anteriores entregas y de su origen narrado en la juventud de Blueberry de Charlier y Giraud.

De ese modo, Mike da con sus huesos en un campo de concentración donde se reencuentra con sus amigos. Con su vida pendiente de un hilo, pronto encuentra una viña de escape, pero no es más que una trampa de un comercio clandestino destinado a eliminar a elementos subversivos a un bajo coste. Todo es descubierto por los hombres de hood, aunque Homer resulta malherido en el intento fallido de fuga.
 Con un amigo herido y otro preso, además de la joven retenida pendiente de ser ahorcada, Hood le propone un trato: salir en busca de un millar de reses que sirvan de avituallamiento al ejército sudista. Mientras Homer será atendido, a Blueberry y Grayson se les unen un par de desertores que huyen del cadalso. Mike sale a la misión, desconociendo que la joven, que resulta ser una femme fatale, ha seducido a su vigilante para matarlo, consiguiendo huir. Solo la vida de Homer depende de su misión….

La repetición de esquemas vuelve a salir a la luz en este tramo final de la primera parte de la historia. No sé, no me acaba de convencer todo este entramado para, al final, volver al punto de partida de cualquier aventura del personaje. Además, se le da demasiadas vueltas a toda la trama. Desgraciadamente, comenzamos a ver una decaída en esta magnífica serie. Esperemos que se reponga.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #154 en: 30 Septiembre, 2014, 13:13:44 pm »

La senda de los malditos

Si en el volumen anterior hablábamos de repetición de esquemas y de una sensación de trama pausada, en este el ritmo aumenta, pero la sensación de estar ante una historia poco original se mantiene. No obstante, el punto fuerte de Corteggiani es su habilidad para plantear diferentes tramas en paralelo, dando lugar a una historia dotada de cierta complejidad. Cabría destacar el constante toque de suspense que nos haga sentirnos interesados en el devenir del relato, aunque, debo reconocer, que algunos desenlaces no me acaban de convencer. De hecho, es la segunda misión que Blueberry no consigue realizar con éxito, sin ninguna consecuencia grave al respecto. Indudablemente, que un personaje no consiga siempre todos los objetivos le acerca a la humanidad falible de cualquier mortal, lejos del héroe de historieta, pero el modo de hacerlo me transmite una falta de resolución por parte del autor. No hay una trama cerrada propiamente, sino que presenciamos un final por capítulos demasiado diluido.

En este tomo, tenemos varios focos de atención en los que centrarnos. El autor prefiere comenzar con el destino de Eleonor Mitchell, que va dejando un reguero de cadáveres a su paso. Pese a ser una trama fragmentada, quizá sea la que introduce una mayor dosis de suspense, aunque también es cierto que no hay demasiada explicación sobre lo que sucede a su alrededor. Se pasea por la ciudad de Atlanta como una fugitiva, a la que el general Hood está deseando echarle el guante, de forma que pueda asegurar el éxito de la misión de Blueberry. No obstante, la femme fatale es muy escurridiza y su habilidad con el puñal, combinada con su sensual belleza, son herramientas que sabe manejar a la perfección. A pesar de sentirse segura, ha sido traicionada, aunque aún desconocemos los motivos, por lo que trama un plan alternativo: enviar un mensaje a Washington en el que se afirme que ha sido ahorcada, mientras llega a un acuerdo con un oficial sudista para llevar a cabo su venganza, el que le ayudará a fingir su muerte. La señorita Mitchell no deja ningún testigo de sus actos, pero antes de eliminar a una sirvienta de un burdel, esta pasa la misterios información a un preso que se está rehabilitando, Homer.

Ajeno a todo esto, Blueberry continúa con su plan de hacerse con las reses. Mientras, Bowman es el encargado de vigilar al teniente para que todo salga bien. Sin embargo, tiene una idea mejor: reunirse con su banda para quedarse con las reses y venderlas al mejor postor. Una forma interesante de enredar la trama, pero a estas alturas, la sensación es de qué situaciones similares se han dado en varias ocasiones.

Por otro lado, el grupo que acompaña Blueberry no solo son renegados, sino que formaron parte del golpe al depósito de municiones de Kingston. El autor, con buena fe, les pondrá nombre y apellidos, además de que los caracterizará como personal sacrificable para Hood. Me ha gustado este detalle, no solo porque me parece importante que se definan a los personajes protagonistas y los secundarios, sino porque, una vez más, Corteggiani se mantiene en esa labor de serialización. De esa forma, esta mirada en retrospectiva al pasado del personaje se convierte en un conjunto de historias que forman un tapiz mayor. También hay menciones a hechos pasados, pero creo que el desarrollo de los personajes y la reutilización en diferentes momentos me parece mucho más acertado. Y es que es posible que le autor no consiga una historia tan buen como la anterior, o se vaya alejando de los estándares de calidad de Charlier, pero el desarrollo de los personajes es bueno. Donde realmente flojea un poco es en desarrollo de la trama y a la hora de plantear las aventuras desde puntos de vista frescos y novedosos.

Volviendo al grupo de renegados, a excepción del sargento Grayson, nadie tiene muy claro que deban seguir con la misión. De hecho, poco a poco intentan escapar de alguna u otra forma, viéndose enfrentados a Blueberry. Esto provoca que no haya demasiada confianza entre ellos y que aumente la tensión. En un intento de liberar dichas tensiones, mientras Mike consigue la documentación necesaria para pasar los puestos de control de la Unión, envía a sus hombres a tomar una copa. Bajo los efectos del alcohol, llaman demasiado la atención y deben salir a toda pastilla del lugar, provocando la primera muerte en la comitiva. Curiosamente, pese a ser uno de los que intento escapar, Blueberry muestra compasión, rescatando su cuerpo para un entierro digno. Como decía antes, el tratamiento de los personajes es correcto, pero es que la esencia del protagonista no se ha perdido ni un ápice.

Una vez que han alcanzado a las reses, Blueberry pasa una orden de cambio de destino al capitán Carver, el oficial responsable del ganado. Una vez superado el paso de Cumberland, carver descubre que sospechaba del teniente desde el principio, pero, en esos momentos, almenaza llega a manos de Bowman y sus hombres. Tras dar su ultimátum, el bandido espera paciente, pero la astucia de Blueberry hace que utilice al ganado como arma para arrasara los cuatreros. Aunque, desgraciadamente, sigue sin poder eliminar a Bowman, que comienza a ser demasiado escurridizo.

Gracias a la ayuda prestada, Carver deja marchar a Blueberry ya Grayson, los únicos supervivientes de la peligrosa misión encomendada por Hood, salvo un herido que dejan en manos del capitán para que se restablezca. Cuando regresan a Atlanta, descubren que Eleonor ha muerto ahorcada. Su misión fallida solo les lleva a la cárcel, donde se reúnen con el convaleciente Homer, que les cuenta un secreto sobre la espía rubia…

Por último, me gustaría destacar el dibujo de Blanc-Dumont que me parece una maravilla. Es curioso, porque siempre ha habido un equilibrio entre ambas partes, pero en esta historia, o lo que llevamos de ella, el dibujo está un peldaño por encima del guión. A ver como se desarrolla el desenlace de la historia y podemos valorarla en su totalidad.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #155 en: 30 Septiembre, 2014, 20:19:54 pm »

Último tren hacia Washington

Llegado a este punto, parece que la historia comienza a coger cierto ritmo frenético, pero, sin dejar de estar mal, sigo echando de menos algo que no consigo descifrar. En algunos momentos, la lectura se vuelve algo confusa, la trama se embrolla para, después, volverse a encarrilar. No sé, es un sentimiento agridulce que no soy capaz de explicar. Me sigue pareciendo que esta saga está por debajo del anterior trabajo de Corteggiani. También sigo percibiendo ese déjà vu constante. Un tren, un intento de asesinar al presidente. En fin, no quiero insistir más, para no ser pesado.

Realmente, me llama la atención como la trama es muy sencilla en la primera mitad del tomo, para volver a complicarse el asunto, dando un nuevo giro a los acontecimientos. Sin duda, pese la poca originalidad de las ideas, el autor sabe trazar una historia de largo recorrido, aunque poco a poco va dejando el suspense para centrase en un relato más aventurero y con una acción con mayor ritmo.

Comenzamos con una escena envuelta en la conspiración que planea a lo largo de toda la saga, cuya información cobra sentido posteriormente. Aquí se obtiene una información vital para los conspiradores, ya que parece que descubren el tren en el que va a viajar el presidente Lincoln. Quien, sin demasiado sentido, es el objetivo de Eleonor Mitchell, tras la traición de Pinkerton. Tras conseguir huir de Atlanta, se unirá a una sociedad secreta autodenominada el Puñal de sangre, que comparte objetivos con la espía renegada.

Sinceramente, entendería que quisiese eliminar a Pinkerton y su agencia, pero ¿al presidente? Realmente ha quedado demostrado que es una figura que permanece al margen de lo que hacen sus servicios de inteligencia. No le veo demasiado sentido. La joven se comporta como una chiflada asesina, que no duda en eliminar a todo el que se pone en medio en su camino de venganza. El personaje queda perfectamente retratado, pero dentro de la coherencia no tiene mucho sentido, salvo que la veamos como una de esas asesinas enfermas para las que sus actos solo tiene sentido para ellas. Puede ser, pero realmente no la veo como una psicokiller, ni como alguien que lucha por lo que cree que es el bien de su país.

Mientras, Blueberry y sus dos compañeros de celda traman un plan para escapar de su prisión. A pesar de los diferentes contratiempos, lo consiguen para, a continuación, dirigirse a la tumba en la que todos piensan que está enterrada Eleonor, para cerciorarse de que es verdad que sigue viva. Esto es descubierto por un sudista que los espía, por lo que la llegar a la tumba, se encuentran con una redada. Eso sí, tienen tiempo de constatar que en la tumba no está la joven.

En esos instantes, el constante ataque de los cañones de los nordistas, coge de sorpresa a los presentes, creándose una distracción para que Blueberry y los suyos puedan escapar en un carro fúnebre. La escapada no está exenta de su persecución, por lo que estamos ante los momentos más frenéticos de la saga hasta el momento. No seré yo el que discuta que un cómic puede resultar interesante sin ningún tipo de acción, pero en esta historia, creo que se abusa de las conspiraciones, dotándola de un ritmo demasiado pausado y, en ocasiones, algo insulso. Blueberry es una serie de aventuras en el viejo oeste, con una gran profundidad en sus tramas, pero necesita un poco de acción para descongestionar ciertas situaciones. Blanc-Dumont sigue impecable, pero Corteggiani flaquea en ese punto.

Finalmente, tras quitar de en medio a sus perseguidores, Blueberry establece que su siguiente paso es llegar a Washington para intentar detener a Eleonor, la cual ya se encuentra en la ciudad y ha contactado con la sociedad secreta, a través de un actor. Además, sigue dejando cadáveres por donde pasa. En este caso, un hombre de Pinkerton que la reconoce. Pobre diablo…

Blueberry intenta convencer a Pinkerton de los planes de la rubia asesina, pero parece que no está por la labor de hacerle caso. Todo parece indicar que el director de la agencia, que trabaja para el gobierno, también podría estar de acuerdo en que se eliminara a Lincoln, beneficiándose de ellos y teniendo preparada alguna cabeza de turco. La trama política es interesante, pero me parece un poco confusa en el desarrollo. No sé si es porque no tenemos todos los datos aún, o simplemente que la trama se embrolla demasiado sin una explicación aparente. Sea como sea, en este punto hay cosas que no me acaban de encajar muy bien.

Varios días después, Homer trae información que los va a poner sobre la pista de Eleonor, que también es una trampa de Pinkerton, sin entender muy bien el motivo. La cuestión, es que Mike y los suyos acaba encontrándose con los hermanos del puñal de sangre, los cuales cuentan con la ayuda de Eleonor para llevar a cabo su más codiciado deseo: matar a Lincoln. En plena reunión, en una iglesia abandonada, Blueberry es descubierto, iniciándose una fuga que lo hace toparse con la joven a la que buscaba. De ese modo, es hecho prisionero, tras ser dejado inconsciente. Mientras, Grayson y Homer consiguen escapar de los conspiradores enmascarados que los persiguen.

Blueberry viaja como prisionero en un tren que se dirige a Washington, en el que tendrá una breve conversación con  Eleonor, la cual ordena que sea arrojado cuando pasen por le próximo puente. Por otro lado, Grayson y Homer descubren que Pinkerton está de acuerdo con la eliminación del presidente, lo que parece ser un deseo propagado por cierto sector de la población. Sin embargo, uno de los agentes, le facilita un globo como transporte para que sigan los pasos de Blueberry. Por más que releo estás viñetas no acabo de comprender esto, la verdad.

A su vez, el tren en el que viaja nuestro protagonista es atacado por los sudistas, momento en el que aprovecha para fugarse. Eleonor y su sicario hacen todo lo posible por matarlo, pero lo único que consiguen es que caiga al río, dándolo por muerto, lo cual, obviamente, no sucede. No obstante, al llegar a la orilla, es detenido por los sudistas, mientras el tren continúa su viaje fuera de peligro.

El grupo de Grayson llega a la estación Upper Darby, pero es imposible discernir en que tren va el presidente…

A pesar de todo lo dicho anteriormente, el autor consigue dejarnos con un cliffhanger de lo más interesante, al estilo de Charlier. Vamos, que me deja con ganas de continuar, aunque el desarrollo de la trama hasta este punto no me haya convencido del todo.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #156 en: 30 Septiembre, 2014, 21:43:27 pm »
El tema es el de siempre con los continuadores de una serie, cuando no queda nadie de los autores originales, o rompes con todo y te podrá salir mejor o peor, o copias algo, pero para copiar tienes que ser un buen copiador no un creador... dicho de otra manera, si ya blanc-dumont en su Jonathan Cartland a partir del 4 o 5 ya flojea cosa mala, cuanto más no va a flojear con algo que no es ni suyo, siendo un creador...ánimo Oskarosa yo no podría seguir, recordando mi Blueberry con sus secundarios magníficos, sus dobles o triples tramas, que ni el lector sabe por donde te puede salir... :sobando: 

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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #157 en: 30 Septiembre, 2014, 22:24:48 pm »

Hay que matar a Lincoln

Con este tomo alcanzamos el final de la trama que se viene desarrollando en los últimos tres tomos, llegando a un punto y seguido, ya que Corteggiani engarza una historia con otra de la que da unas pequeñas pinceladas al inicio del volumen. De esa forma, vuelve a dar un nuevo giro a la historia, desvelando una misión secundaria que nadie esperaba.

La verdad, es que no se puede negar que lo enlazado todo bien, pese a los altibajos, pero veo reminiscencias de aquella historia larga que desarrolló Charlier y que culminaba en Angel Face. El problema es que, aunque Corteggiani no lo hace mal, no es Charlier y este nuevo giro de los acontecimientos se me antoja más pesado que otra cosa. Además, sigue flojeando en los desarrollos y algunas cuestiones me parecen de lo más confusas. De hecho, al inicio del tomo, tenemos un pequeño repaso de la historia hasta el momento, en donde se explica mucho mejo las motivaciones de Pinkerton y su fidelidad a la Unión. Por otro lado, que se necesiten dos páginas completas para resumir algo, es algo que no había sucedido hasta el momento. Tanto Charlier como Giraud, lo sintetizaban todo en un par de viñetas o en un pequeño texto, pero ¿2 páginas? Mi sensación de alargamiento de la trama aumenta, pero ahora se añade el relleno puro y duro.

Quizá pueda transmitir que la historia es muy mala, pero los puntos positivos y negativos están bastante equilibrados. El magnífico dibujo, el buen desarrollo de los personajes, el respeto por la continuidad, se dan de cara con ideas poco originales o que parecen un “remake” de anteriores aventuras. Además, pese a ser una lectura entretenida y de cierta calidad, salen a flote ciertas carencias de ritmo y elementos desarrollados de forma confusa. El sentimiento contradictoria está ahí, por lo que el nuevo giro de la historia se me hace un poco cuesta arriba.

Como decía al principio, en los primeros compases de esta entrega, tenemos unos acontecimientos que se desarrollan en Cincinnati, donde un tal coronel Joplin da la orden de raptar a alguien, sin que el lector sepa muy ben por qué. Y mucho menos, que relación tiene con lo que estábamos leyendo, algo que se devela justo al final, ya que parece que el asesinato de Lincoln no era más que una distracción. El verdadero objetivo de los sudistas era realizar este rapto, del que consigue escapar un testigo, el cual es el que informa a Pinkerton. En esta escena, también hace acto de presencia un sudista con un ojo de cristal, del que presuponemos hablaremos más extensamente en el siguiente volumen.

Tras este pequeño inciso, volvemos con Blueberry, que tras ser atrapado por los sudistas, consigue convencerlos de que tiene como misión matar a Lincoln. Tanto es así, que no solo le dan un arma y un caballo, sino que le acompañan tres hombres de apoyo. A mitad de camino, uno se revela como un hombre de Pinkerton, que mata a uno de los sudistas, mientras el muere a manos de Frenchie, un rubio procedente de Louisiana que, tras salvarle la vida a Blueberry, este le devuelve el favor dejándolo marchar tras contarle la verdadera historia.

Mientras Grayson y Homer, junto a Walter Baumhoffer, uno de los hombres de Pinkerton, comienzan a dilucidar cual es el tren del presidente, aunque lo importante reside en saber cual es en el que va a salir. A su vez, el grupo de Eleonor sigue dejando un rastro de cadáveres en Kenneth Square. Allí, tras llamar toda la atención posible, se disfraza de amish junto a sus acompañantes, de forma que puede llegar hasta Upper Darby. Una mujer fría y calculadora en todo momento, pero intuyo que solo es un peón, sin saber exactamente cual es su misión. ¿O sí?

Finalmente, Blueberry también llega a la estación, uniéndose a sus amigos y al hombre de Pinkerton, el cual será un buen aliado, ya que le salvará de meterse en algún lío, alguna que otra vez. Sobre todo cada vez que Mike saca a relucir sus puños. También será valioso cuando los nordistas descubren a Frenchie y lo acusan de espía. Blueberry, al deberle la vida, lo protegerá de su posible ejecución. Incluso lo saca de la cárcel, a riesgo de ser condenado por traidor. Y es que ya sabemos que Mike es un hombre de palabra, además de que siempre paga sus deudas.

Una vez  que se han preparado a todos los protagonistas, se descubre cual es el tren en el que está Lincoln. A partir de ese momento, comienza una carrera contrarreloj por salvar la vida del presidente, sobre todo tras descubrir que Eleonor y los miembros de la sociedad secreta han conseguido llegar. Afortunadamente, el presidente no se encuentra donde todos pensaban, ya que recibió las advertencias de Pinkerton, llegando de incógnito en una ambulancia que, curiosamente, llegó a la vez que los falsos amish.

A continuación, varios trenes comienzan a salir de la estación. Eleonor se da cuenta que le presidente puede estar en el que viajan los heridos, algo que también comparten el resto, por lo que volvemos a tener una persecución de lo más movidita. Finalmente, con la ayuda de un Frenchie disfrazado, Blueberry puede parar a Eleonor, disfrazada de monja, que, en última instancia, decide tirarse del tren en marcha. Todos la dan por muerta, pero su cadáver no aparece…

Después, aclaran todos los temas con el propio presidente, que recompensa a Frenchie devolviéndolo a Louisiana y ofrece a Blueberry la libertad absoluta, aunque Pinkerton le reclama para otra misión: cazar al carnicero de Cincinnati.

Sin ánimo de ser redundante, o pesado, cualquiera que haya llegado hasta aquí puede ver cuantas similitudes hay con todo lo que hemos leído hasta el momento. La historia, siendo entretenida, no es más que un rebozado de conceptos, salvo que no tenemos ninguna profundización en temas humanos. Si bien es cierto que hay un componente de rigurosidad histórica. De hecho, uno de los hombres que escapan en la estación será el asesino de Lincoln poco después. Es quizá uno de los mejores aspectos de una larga historia que debería haber acabado aquí, en mi opinión. A ver si con este giro, el autor da mayor frescura y dinamismo a las aventuras de Blueberry.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #158 en: 01 Octubre, 2014, 10:58:27 am »

El carnicero de Cincinnati

Pese a lo bien que se han engarzado las aventuras, es obvio que comenzamos una historia totalmente diferente. Además, el grupo dirigido por Blueberry añade a Walter Baumhoffer (Walter a partir de ahora), lo que favorece la influencia y el tráfico de información de la agencia Pinkerton. El servicio de inteligencia nordista sirve para introducirnos en el rudimentario mundo del espionaje en el lejano oeste. Quizá uno de los puntos más interesantes en el camino escogido por Corteggiani para desarrollar sus historias. Atrás queda ese corte aventurero para dar paso a una mayor profusión de las conspiraciones y los intereses políticos. Si bien es cierto que Charlier utilizaba ese elemento para ponernos en un contexto histórico fidedigno, aquí todo gira en torno a los tejemanejes de las altas esferas, olvidando otros elementos como los indios, el rastreo de huellas, los caballos cansados y ese tipo de cosas que nos transportaban al salvaje oeste con mayor intensidad.

Para colmo, comenzamos con varias páginas que nos desvelan el horror de la guerra de forma innecesaria, ya en la saga anterior se dio buena cuenta de ese detalle, y se nos informa del desenlace de los enfrentamientos en Atlanta que poco o nada tiene que ver con la historia que se ha enlazado con la anterior. Perdemos casi tres páginas en hechos intrascendentes para el lector, antes de volver a Washington, donde Pinkerton comienza a revelar detalles de la misión a Blueberry y sus acompañantes. Para ello, una vez más, se nos “regala” con un flashback sobre el rapto de Richard Jordan Gatling, a quien deben rescatar de las garras de los sudistas.

Gatling es un famoso diseñador de armas real.
http://es.wikipedia.org/wiki/Richard_J._Gatling

Entre sus diversas invenciones, se encuentra una potente ametralladora que no pudo construir por la destrucción de su fábrica. Esa poderosa arma podría decidir el destino de la guerra, por lo tanto, los sudistas los han raptado para que la construya para ellos. Si por le motivo que sea no pueden rescatarlo, la orden es acabar con él. Esto provoca ciertas dudas en Blueberry, que no es un asesino, aunque Walter paree no tener tantos remordimientos al respecto.

Por otro lado, los secuestradores llegan a la posta de Muskogee para comer algo. El posadero resulta ser un aliado de Pinkerton, que intenta informar a la agencia del paradero de Gatling y los sudistas. Sin embargo, Snake (el tuerto que aparece en la portada) nota algo raro y evita que envíe el mensaje. Posteriormente, bajo las órdenes del coronel, envía una paloma con un destino diferente al que se encuentran, aunque la red de espionaje de Pinkerton está preparada para este tipo de eventualidades y tiene marcadas las aves. Así, Walter sabe a donde deben dirigirse al recibir el telegrama. Diría que es la idea más original que ha introducido el autor en toda esta historia. También hay que reconocer que el villano es un malo malísimo de manual, pero, sobre todo, volvemos a ver a ese adversario inteligente que para derrotarlo no solo hay que ser hábil desenfundando. Entre tanta persecución inútil, se había perdido el villano tenaz. No es que sea una lumbrera, pero al menos es algo más que un asesino frío y despiadado, aunque la matanza que realiza en la posta es una prueba fiable de que también contiene esa característica.

No obstante, pese al intento de eliminar a los testigos, la sangrienta escena es observada por un hombre conocido como el profeta, que viene a ser una especie de borracho que intenta imitar al gran Jimmy McClure. Obviamente, este sosías no es más que una triste imitación, sin ese punto simpático. Escarioso, porque hay diálogos más o menos ácidos, pero se ha perdido esa insolencia cómica y ese intento de introducir el humor como contrapunto del drama y la sangre. Ahora, todos son muertes claramente violentas, donde no se escatima en sangre, pero otros aspectos se han diluido con el tiempo.

Cuando llegan a la posta está desierta y se dirigen al pueblo. Allí, el pueblo se encuentra dispuesto a ahorcar al profeta, al que culpan de los crímenes de la posta. El sheriff hace todo lo posible para que el individuo tenga un juicio justo, pero nadie parece tener la paciencia suficiente para esperar al juez. En unos momentos delicados para la vida del profeta, llegan Blueberry y Walter para apoyar al representante de la ley.

Una vez a cubierto, el profeta admite haber sido testigo del asesinato y haber visto a los responsables. Para continuar con la información le pide a Mike que si puede que le lleve con él. Éramos pocos y parió la abuela….
Como es lógico, con esa información, Blueberry acepta, incluso consigue convencer al sheriff, pero debe salir del pueblo huyendo de una masa furibunda. El apoyo de Homer y Grayson es vital para salir con vida de aquel pueblo.

No sé vosotros, pero esta inclusión gratuita de más y más personajes me parece un abuso. Y más si los dirigimos todos en la misma dirección.

Tras conseguir un poco de paz, el profeta les indica la dirección hacia la que se dirigen los sudistas. Se trata de un pequeño pueblo entre San Carlos y Piedras Negras, cruzando Río Grande, o lo que es lo mismo en Méjico.

Cuando llegan a la zona, se dividen para recabar información: sobre los perseguidos; sobre una misión fortificada que se encuentra cerca; y otros intentarán forjarse una pequeña reputación. Para ello, nadie mejor que Blueberry y Homer. Poco después, se reúnen para poner puntos en común. Una chica está escuchando tras la puerta, cuando es sorprendida por un mejicano. Que peguen a las mujeres no es algo que le guste a Mike, por lo que no solo ayuda a la chica, sino que se gana un nuevo enemigo.

Todo esto, además de presentar a una nueva chica guapa con la que Mike pueda copular (o casi), algo que comienza a ser una constante en este autor, sirve para ponernos en el contexto histórico en el que se encuentra Méjico. Mientras en Estados Unidos había una cruenta guerra civil, en la nación vecina tenemos a franceses, mejicanos, suizos y juaristas, los seguidores del revolucionario Juárez.
http://es.wikipedia.org/wiki/Benito_Ju%C3%A1rez

Finalmente, comienza el plan trazado por Blueberry. Sabiendo que el coronel sudista es un aficionado al póquer, Mike consigue jugar contra él y perderlo todo. En un acto aparentemente desesperado, apuesta a Homer, como si fuera su esclavo, y lo pierde. De esa forma, Homer se introduce en la misión fortificada y acaba de ayudante de Gatling. Objetivo conseguido.

Cabe destacar que tenemos el primer cara a cara de Blueberry con Snake, aunque la actuación del teniente no nos deja ver un enfrentamiento real, si no una simple comedia. Pero diría, que esto promete ser interesante.

Poco después, la chica mejicana se cuela en los aposentos de Blueberry para agradecerle su acto desinteresado. Me ha sorprendido lo rápido que nos enseña los pechos (o mejor dicho, a Blueberry). Me da la sensación que todas las mujeres de Corteggiani son iguales, da igual el color del pelo o su nacionalidad. Demasiada abundancia de estereotipos para mi gusto, la verdad.

En los precisos momentos en los que la cosa parecía ponerse interesante (para Blueberry, obviamente), entran hombre del ejército francés para detener a Mike, gracias a un chivatazo del mejicano resentido. Tras recobrar la consciencia, Blueberry le plantea un trato al comandante Saint Claude para acabar con los Juaristas…

Creo que no tengo que añadir nada más a lo ya expuesto, sin repetirme demasiado. Pese a todos los aspectos negativos indicados, la historia es entretenida y se lee con avidez. Pero claro, en un análisis más o menos concienzudo, comienzan a florecer sus carencias.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #159 en: 01 Octubre, 2014, 13:18:51 pm »

La sirena de Veracruz

Tras cinco tomos en los que la trama ha dado una y mil vueltas, por fin llegamos al final del camino, por mucho que Corteggiani nos quiera invitar al próximo capítulo de esta juventud de Blueberry algo alargada. Sin embrago, diría que este volumen, podríamos considerarlo como el mejor de la saga, pese al rocambolesco final y al innecesario giro dramático de las circunstancias. Yo creo que el autor se complica en exceso cuando el desenlace surge por sí solo, aunque, claro, después de darle tantas vueltas a las cosas, todos acabamos un poco mareados…

Comenzamos con lo que parece ser se está volviendo una costumbre: un par de páginas de repaso de hechos ocurridos anteriormente. Ahora mismo no tengo claro la diferencia de publicación de cada tomo, pero los grandes como Foster o el propio Charlier no necesitaban este tipo de recursos narrativos, que solo consiguen rellenar páginas aprovechables para desarrollar mejor la historia. Bueno, al menos nos explican que Blueberry ha sido acusado de juarista. No sé si es mejor no haberse entrado de ese dato…

Para colmo, tenemos otras cuatro páginas, en las que Blueberry tiene una ensoñación en la que mientras llega a un acuerdo con Saint Cloud, la juarista es apresada espiándolos. Pese a los intentos de Mike por salvar a la chica, el francés le dispara por la espalda. Y yo me pregunto: ¿Y esto para qué? ¿De verdad qué no ha quedado claro que ha Blueberry le gusta la chica? ¿O que hará lo necesario para salvarla? Así, a lo tonto, tenemos casi seis páginas de relleno puro y duro. Con lo económico que es un cómic europeo…

Tras este farragoso preludio, volvemos a la historia, en la, ahora de verdad, Blueberry llega a un acuerdo con el oficial francés, facilitándole información sobre el arma que lo cambiaría todo para el que la poseyera. Obviamente, tras la marcha de Blueberry, alguien permanece atento a sus movimientos, para comprobar que la historia del joven es fidedigna, aunque no saben que solo lo es en parte, claro.

A partir de ese momento, la acción va a transcurrir en la misión fortificada, donde Snake está a punto de descubrir a Homer, al que gatling acaba salvándole la vida. No obstante, la vigilancia sobre ellos aumenta. Snake sigue demostrando ser ese villano odiable y despreciable, Un  personaje perfectamente retratado, como todos, la verdad, que es uno de los aciertos de Corteggiani. Si bien es cierto que no es un villano original, más bien todo lo contrario, sí que consigue transmitir ciertas sensaciones al lector en determinados momentos. Se trata de un tipo realmente despreciable al que todo estamos deseando que alguien le de su merecido. El autor puede flojear en las tramas, pero el tratamiento de los personajes es bastante bueno.

Tras ver, desde el exterior, que se soluciona lo de Homer, comienzan a planear como van a entrar y salir de un lugar como ese. El profeta, cuyo apodo parece estar relacionado con las predicciones meteorológicas, vaticina una tormenta al alba del día siguiente, por lo que es el momento elegido para actuar. Es curioso como a este autor le van los escenarios lluviosos en muchos momentos de sus historias. A su vez, Saint Cloud comienza a preparar su ofensiva contra la fortificación de los grises y, no muy lejos, los juaristas también están dispuestos a entrar en acción para conseguir el arma de destrucción masiva creada por Gatling. Todo un embrollo argumental del que el autor consigue salir airoso del envite. No obstante, me sigue sin convencer algunos aspectos de sus desarrollos. No detecto una claridad argumental total, me parece apreciar muchos puntos oscuros sin aclarar.

Con el día lluvioso como vaticinó el profeta, Blueberry se dirige al edificio defendido por los sudistas para hablar con el coronel. Pese a las reticencias de Snake, Mike consigue colar a Grayson y mantener una conversación privada con el coronel. Previamente, Snake y el teniente tienen un duelo de titanes en el que me parece ver ligeramente aventajado al malhumorado tuerto. Sea como sea, Blueberry consigue convencer al coronel de que se lleven el arma, para poder huir de los franceses, que están a punto de caer en tropel sobre ellos. Posteriormente, descubriríamos que el coronel no es demasiado fiel a sus ideales y que desde un principio ya tenía planes lucrativos para la ametralladora.

Esta decisión poco patriótica, pone a Snake contra el coronel, dándose lugar un duelo de poderes que, en primera instancia, pierde el tuerto. Así, el coronel, junto a Blueberry y sus hombres, acompañan a gatling y su arma hacia otro destino. Snake despierta antes de tiempo, por lo que la salida del fortín inicia un tiroteo demencial y una posterior persecución. Walter y el profeta apoyan la huída. Finalmente, Snake los deja marchar, ya que sabe al lugar al que se dirigen.

Poco después, llegan a un pequeño pueblo para cambiar los caballos y avituallarse. El lugar parece el punto destinado para que el coronel se deshaga de Blueberry, pero también es una trampa de los franceses que han enviado a un espía para que prepare el terreno. Reteniendo a Blueberry y al coronel en una cantina, la situación da un vuelco al llegar los juaristas, los cuales tienen sitiado el pueblo. En el momento en el algunos ya están hartos de levantar los brazos mientas los apuntan, irrumpen los franceses y comienza el caos de sangre y destrucción. En medio de la batalla, como no podía ser de otra forma, Mike salva a la guapa mejicana que, por cierto, se llama Soledad. Sole para los amigos. La encarnizada lucha entre mejicanos y franceses provoca la huida de Blueberry y los suyos, a los que se suman el coronel y Soledad. Menos mal que ya está a punto de acabar la colección, si no iban a necesitar una caravana para los acompañantes de Blueberry…

Aunque consiguen huir, Saint Cloud también parece conocer el destino de los huidizos portadores de la ametralladora, lo que me hace pensar que lo del coronel es un secreto a voces. En fin, prefiero no ahondar en ese tipo de cosas.

Una vez que se ha calmado todo, tenemos una pequeña disertación sobre el honor y el patriotismo, o como dejarse llevar por la codicia humana. Creo que es la única vez que veo tocar un tema de estos a lo largo de toda la saga. Eso sí, Blueberry tiene tiempo de morrearse con Soledad, y no llegan más lejos porque son interrumpidos por un mejicano que les avisa de que se acercan los franceses. De ese modo, les preparan un regalo explosivo que los retiene de manera indefinida para que puedan seguir su camino con cierta tranquilidad. Atrás se quedan Soledad y el profeta con una misión que descubriremos al final.

Finalmente, llegan al puerto de  Veracruz, con la intención de embarcar en “El sirena”, un barco que pertenece al coronel que, como ya hemos comentado, lo tenía todo planeado para irse a Europa. Pero al llegar al muelle, aparece Snake que elimina la coronel ipso facto. Sin embargo, cuando descargan la caja del carro, descubre que en su interior había un yunque. La ametralladora paso a la posesión de los juaristas, antes de marchar. Esta revelación desata la furia de Snake y comienza un tiroteo en el que Homer queda herido de muerte, aunque antes empuja el cuerpo de Snake al río. Es curioso, porque todos dan por muerto a Homer, por las heridas de bala, pero realmente lo de Snake queda un poco en el aire. Parece que sí, que realmente ha muerto, pero no entiendo porque el autor deja a los villanos en esa situación tan poco definida. Esto no son superhéroes, el villano no debe volver otro día. O muere, o es encarcelado, o huye, pero no es un personaje reciclable una y mil veces. Y lo más curioso es que hay una cantidad ingentes de muertes a lo largo de toda la historia, pero a la hora de la verdad, no cierra el círculo. Algo que ya pasó en la saga anterior, de hecho.

Poco después, todos vuelven a América con Gatling en el barco, donde Blueberry vuelve a la primera línea, mientras el autor se deleita narrándonos hechos históricos relacionados con el primer uso de la ametralladora, o el futuro de Soledad, que sería la madre del famoso Pancho Villa. Otro intento más de emular a Charlier. En esta ocasión, me parece con más acierto que otras, pero sigue teniendo que mejorar mucho al respecto.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #160 en: 01 Octubre, 2014, 22:39:55 pm »

100 dólares para morir

Continuamos con la etapa de Corteggiani y Dumont en lo que, pese a ser una nueva saga, mantiene una línea cronológica con lo anterior. No solo porque Blueberry comparte protagonismos con el inseparable sargento Grayson, sino que Pinkerton y sus hombres también están presentes. Además, las tramas siguen planeando por la rigurosidad histórica y en un ambiente cercano a la conspiración política.

Con un planteamiento y desarrollo similares a la anterior saga, el tándem creativo sigue con el desarrollo de personaje. De ese modo, Grayson, al que paulatinamente la ido creciendo el pelo, muestra unos rasgos indios que hasta el momento no me había parecido percatado de ello. No sabría decir si es algo más o menos planeado, o se hace más palpable a posta, teniendo en cuenta el cariz que toma la trama de esta saga. Sea como sea, seguimos en la misma línea y mis sensaciones son muy similares. Tiendo a pensar que esto se va a mantener hasta el final de la etapa, que a día de hoy, sigue en activo narrando el pasado de Blueberry.

Como viene siendo habitual, todo comienza con escenas que en principio el lector no acaba de comprender y que poco a poco van explicándose a lo largo del volumen. Una caravana de soldados de la Unión es asaltada por sudistas, teniendo lugar una batalla como muchas otras que han caído en el ostracismo absoluto. Una forma de constatar la crudeza de una guerra que se llevó multitud de vidas en páramos desiertos. Durante la batalla, un civil intenta huir, pero es apresado por unos sudistas con uniformes sudistas. Cabría destacar la excepcional narrativa de Dumont, cuyo estilo sigue mejorando tomo a tomo, cultivando ese realismo de finas líneas, aderezado de un magnífico rigor por el detalle.

Poco después, la compañía dirigida por Blueberry se topa con el escenario dantesco tras culminar el enfrentamiento campal. El teniente ordena que todos los cuerpos tengan una sepultura, pero, entre los cadáveres, uno se levanta y de da a la fuga. Grayson sale tras él y, posteriormente, Blueberry les sigue, intentando rodearlo para poder apresarlo. El trásfugo, cuyos rasgos son indios, es atrapado, pero ofrece una tenaz resistencia. En plena lucha, varios hombres de la guarnición de Mike los han seguido y le disparan, temiendo por la vida de su superior. El herido es llevado al campamento para curarlo, pero no sobrevive al disparo, pero antes, revela a Grayson una misión en la que está en juego la vida de un hombre y la de algo más que no consigue transmitir antes de fallecer. Deben rescatar a quien fue raptado en el inicio de la historia. Tras dejar a la compañía que siga su camino, ambos se dirigen a un punto de encuentro con tal de continuar la misión del moribundo.

A estas alturas no voy a poner en tela de juicio el altruismo de nuestro protagonista, pero a mí me parece que se introduce en la historia de una forma algo forzada. Además, eso de que Grayson sea de madre cherokee, no me acaba de encajar con el desarrollo del personaje hasta el momento. Coincido en que son giros inesperados, pero también que parecen introducidos con calzador a servicio de la historia que el autor tiene en mente. Y, claro, Mike ya tuvo compañeros del ejército medio indios, por lo que la repetición de ideas sigue estando presente.

Mientras, en Washington, Pinkerton, como agente del servicio secreto, conoce el caso del hombre raptado, el cual es de vital importancia para el banco inglés que financia la guerra. Tanto es así, que el oro que se reparte entre ambas facciones viene separado en un mismo tren y solo ese hombre tiene la combinación de las cajas para abrirlo. Sin embargo, un grupo de amerindios, que luchan de manera denostada por la usurpación del hombre blanco de sus tierras, también conoce dicha información, por lo que parece ser el responsable del rapto del valioso hombre. Pinkerton pone a cargo de esta misión a un viejo conocido, Walter. A partir de ese momento, volvemos al esquema habitual de perseguidores y perseguidos con todo el embrollo posible. Nada nuevo bajo el sol…

Blueberry y Grayson llegan al punto de encuentro y se topan con un misterioso indio de avanzada edad que responde al nombre de John Bear’s Fingers (John Dedos de Oso, si mi precario inglés no me falla). Tras un enfrentamiento inicial, al más puro estilo superheroico, inician una relación más cordial que es interrumpida por la llegada de tres hombres. Todo parece indicar que están relacionados con Pinkerton, aunque no se quieren complicar la  vida y tras unos momentos dubitativos, deciden que lo mejor es deshacerse de los tres hombres. Su decisión, quizá algo precipitada, les cuesta la vida. Y ojo al bueno de John, que se carga a dos tipos y sale ileso con un simple rasguño de nada. Desde luego, la previsibilidad comienza a ser una característica muy acuciada de esta etapa, a medida que avanza.

Poco después, tras la marcha de los tres supervivientes, llegan los hombres de Pinkerton y los soldados norteños contratados para la misión. Al ver el escenario de muerte y sangre se llevan una sorpresa. Un moribundo habla de un barbilampiño, por lo que el inteligente Walter empieza a sospechar que Blueberry anda cerca.

Por otro lado, Pinkerton organiza una reunión clandestina entre Lincoln y el general Stand Watie.
http://es.wikipedia.org/wiki/Stand_Watie

La idea no es otra que trabajar unidos por el bien para evitar que el oro no caiga en otras manos que las que lo esperan con ansias. Watie ha enviado a uno de sus hombres a evitar el secuestro, pero forman parte de una corriente de pensamiento más radical: pretenden recuperar la gloria del pasado del pueblo indio.

Como el lector ya sospechaba, ese rebelde no es otro que John Bear’s Fingers, que lleva a Blueberry y a Grayson a su escondite, donde sus hombres intentan matarlos a los tres y el teniente le salva aparentemente la vida a John. Y digo aparentemente, porque todo era un engaño para probar a Mike. Poco después, cuando encuentran al desgraciado que secuestraron en las puertas de la muerte, John se reúne con ellos par explicarles los motivos de su empresa. También elimina al torturado poseedor de las claves del oro, ya que le han sacado toda la información necesaria, convirtiéndose en un estorbo.

Todo esto ha provocado cierto jaleo, percibido por Walter y su grupo. De ese modo, estrechan el cerco sobre sus presas y descubren su escondite en un páramo recóndito. Como el agente de Pinkerton sospechaba, Blueberry está allí. Ahora solo queda esperar al anochecer…

No voy a repetirme más, solo espero que esta historia no se alargue tanto como la anterior, aunque debo admitir que, pese a ese ritmo pausado, el tema me resulta más interesante, además de bien encastrado históricamente. En líneas generales bien, pero cuando entramos en detalles, volvemos a ver relucir esas carencias en el guión. Una lástima, porque el dibujo es muy bueno.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #161 en: 02 Octubre, 2014, 00:27:18 am »

El sendero de las lágrimas

Con este tomo, llegamos al final de una historia que, en su parte final, ha adquirido un ritmo trepidante y ha supuesto una mejoría sustancial de lo que venimos viendo en los últimos volúmenes. Si bien es cierto que adolece de las carencias que han quedado manifiestas a lo largo de la etapa de Corteggiani, la corta duración de la trama dota a la historia de mayor sustancia, evitando los alargamientos innecesarios. No obstante, el autor vuelve a necesitar varias viñetas para resumir los hechos ocurridos hasta el momento, en lo que parece ser un esquema reiterativo a la hora de reanudar las historias de un tomo a otro. Al menos, en esta ocasión, solo necesita varias viñetas, devolviéndonos al presente de un modo rápido y certero.

A pesar de todo, continuamos con prólogos anexos a la trama de corte conspiranoico con tintes políticos. La primera escena nos muestra una reunión de Pinkerton y Lincoln en la que el jefe del servicio secreto revela que su plan es hacerse con todo el oro del tren, sustrayendo la parte destinada a la facción de Watie. 

Volviendo al escondite del viejo John Bear’s Fingers, el día ha dado paso a la noche, por lo que comienza el ataque de Walter y sus hombres. Tras un interesante duelo a la luz de la luna, todos los cherokees acaban muertos, mientras que Walter consigue salir con vida junto a dos de sus mercenarios. Este hecho luctuoso es advertido por John, que comienza a dar muestras evidentes de un poder sobrenatural que lo conecta con la vida de sus hombres. Esta introducción de elementos paranormales no me convence y me chirría bastante. Para una vez que Corteggiani consigue desarrollar una trama sin demasiados altibajos, aunque introduce escenas que sobran, se cuelan aspectos ajenos a la realidad, los cuales no son habituales en esta serie. No solo no entiendo estas decisiones, sino que tampoco las comparto, porque no me parecen que encajen con la filosofía inicial de la serie. Además, tampoco creo que sean necesarias. A partir de aquí, comienza el festival de lo paranormal, que enturbia gran parte del interés que suscita en mí esta lectura.

El destino de John, Blueberry y sus acompañantes es la frontera con Canadá. Allí se encuentra el tren en el que viaja el codiciado oro. En el transcurso del viaje, se amplían los detalles de los motivos por los que John quiere hacerse con el metal precioso. Hace tiempo que no veíamos por aquí una dura crítica a la expoliación y masacre que sufrió el pueblo indio a manos del gobierno de los Estados Unidos. Uno de los temas más recurrentes de Charlier que vuelve de una forma cruda y explícita. La historia habla por si sola, dando sentido al título del álbum.

No obstante, la misión de John es suicida y pone en peligro la vida de los que le siguen, por lo que surge una voz disidente que quiere disputarle la dirección del grupo. Blueberry, pese a no estar de acuerdo con los métodos de John, le parece que esta lucha es desigual, por lo que se presta a defender al anciano, pero será Grayson, por la sangre india que corre por sus venas, el encargado del defender al jefe con aptitudes de chamán. La pelea se resuelve a favor de john, aunque Grayson demuestra ser mucho más honorable que su contrincante, el cual pretende apuñalarlo por la espalda. El anciano lo evita.

Tras aclarar la jefatura, deben ponerse en marcha para no ser alcanzados por Walter y sus hombres, que cada vez están más cerca. John decide dejar a un hombre para intentar eliminarlos por sorpresa, pero solo consigue eliminar a uno antes de que Walter haga lo propio con el indio. Ahora solo quedan dos perseguidores.
Finalmente, el reducido grupo de John llega ala frontera con Canadá. Deben atravesar el puente de Roebling, cerca de las cataratas del Niágara. El lugar no solo está fuertemente custodiado por el ejercito nordista, sino que Walter los ha adelantado por un atajo. Este personaje, además de mostrar mucha inteligencia, cada vez me cae mejor.

Al campamento llega una compañía del ejército amerindio,  que también pretende velar por sus intereses. Cruzar el puente se ha convertido en una tarea harto complicada, por lo que John debe hacer muestra de sus poderes creando una espesa niebla que los permita pasar sin ser detectados. Al levantarse la niebla, el coronel William Penn Adair (http://en.wikipedia.org/wiki/William_Penn_Adair), dirigente de la compañía amerindia, sospecha que y pide que redoblen la vigilancia.

Esto raya el absurdo. Poderes paranormales en una historia de Blueberry. ¡Qué bajo ha caído el autor!

Gracias a la espesa niebla, inician el traspaso del puente, aunque son descubiertos por Adair. Esto provoca que comience un tiroteo infernal que termina por diezmar las filas de John que, exceptuando a Grayson y Blueberry, solo le queda un hombre.

Poco después, llegan al tren, pero en su interior les espera Walter y su mercenario. En ese momento, Craig, el acompañante de Walter, cambia de bando y decide que el oro debe ser solo suyo, obligando a John a abrir la caja fuerte. Mientras, Grayson, enviado por Blueberry, arranca la locomotora, sorprendiendo al truhán. Las balas vuelan y el último hombre del anciano indio cae. Craig se abalanza sobre el botín, pero John ha dejado que caiga en la trampa de seguridad de la caja, explotando el vagón en mil pedazos. El vehículo cae al agua, dejando el oro en el fondo del río fuera de las manos de todos los interesados. Mike es rescatado en última instancia por Grayson, aunque tiene una fuerte conmoción que lo deja hospitalizado. Incluso parece que ve al anciano indio en visiones. ¿O es realmente su fantasma?

Una vez más, la misión no tien el éxito esperado, pero Lincoln se beneficia, ya que la banca europea manda otro cargamento de oro, solo que ahora solo apoya a la facción norteña. La guerra parece que comienza a decantarse por un bando, el de la Unión.

Como decía al principio, la historia se pone interesante al final, aunque la utilización de elementos alejados de la realidad cotidiana resta puntos. No porque sea un elemento mal empleado, sino porque en esta serie este tipo de herramientas no pintan nada y no me parecen adecuadas a la esencia de la serie. La rigurosidad histórica, las aventuras y la crítica social y política sí, pero los poderes sobrenaturales, pues no.

Con este tomo, termino mi lectura de la juventud de Blueberry. Aún quedan tres tomos publicados hasta la fecha, pero solo tengo acceso a uno, por lo que para evitar quedarme con tramas colgadas, que no sé cuando continuaré, lo dejo aquí. Si en el futuro puedo conseguir esos tomos para leerlos, los comentaré, pero de momento mi repaso de la etapa oculta del personaje acaba aquí. En líneas generales, me ha parecido que empieza muy bien, con historias bastante buenas, pero a medida que ha ido avanzando ha perdido fuerza e intensidad y ha comenzado un descenso de calidad paulatino. No obstante, la lectura es muy amena y el dibujo ha sido una auténtica maravilla. Una lástima que ambos elementos no hayan estado a la misma altura.

De todas formas, mi despedida no es total, ya que aún queda una última historia del personaje en las manos de Giraud. Así que, no se vayan todavía, que aun hay más…
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #162 en: 02 Octubre, 2014, 11:36:00 am »

Por orden de washington

Comenzamos lo que, a la postre, será la última historia de Blueberry, realizada por el tándem creativo formado por Vance y Giraud, aunque de los tres capítulos en los que transcurre esta saga solo dos serán dibujados por Vance, mientras que Giraud se encarga de los guiones. Aunque a mi me da la impresión que Giraud también mete algo de mano en el dibujo. O eso, o Vance ha hecho un gran esfuerzo por mostrar similitudes con la narrativa y la estética de Giraud. Sea como sea, el resultado final es bastante bueno.

En este tomo, y tras leer la juventud de Blueberry, hay una evidencia palpable de que estamos ante un tebeo con un regusto más clásico. El trabajo de Dumont es muy bueno, pero tiene una estética más moderna, sin embargo, en esta saga, desde el principio, se observa un ambiente que nos retrotrae a los grandes momentos de la serie.

Giraud, como coautor del personaje, ya ha demostrado con anterioridad capacidad suficiente para crear una trama interesante, por lo que me extraña nada encontrarme con una historia bien desarrollada que hace hincapié en los aspectos más característicos tanto del personaje como de sus aventuras. Lo que me llama la atención, es que Giraud no elija seguir hacia delante en la cronología del personaje, sino que decida volver hacia atrás en un momento previo al destino de Blueberry en Palomito. Es decir, esta historia se sitúa tras el general “Cabellos Rubios” y antes de la mina del alemán perdido. En dicho espacio de tiempo, Blueberry vuelve a Fort Navajo.

En anteriores ocasiones, nos ha quedado claro que ese fuerte es un lugar conflictivo en lo que al problema indio se refiere. Por lo tanto, no es de extrañar ver como Blueberry sigue ejerciendo de mediador entre el hombre blanco y los indios. En esta ocasión, el problema radica en Chato, un insurgente que ataca a las caravanas y que no respecta los acuerdos previos con el ejército de la Unión. Mike, quizá uno de lo pocos con sentido común en medio de toda esta encarnizada lucha, consigue que el jefe de la tribu le entregue al peligroso Chato para que sea juzgado.

Por otro lado, el joven Adam viene desde Washington en busca de Blueberry por orden del general Sherman. Antes de llegar al fuerte, su diligencia es atacada por un pistolero, cayendo por un precipicio. Adams sale milagrosamente con vida y es encontrado por el teniente, tras su negociación con los indios. Debido a que el plazo que tiene para llevar a Chato está a punto de expirar, Blueberry decide que su compañía siga hasta el fuerte, mientras investiga el atentado de la diligencia. Así es como se encuentra con el joven, el cual recuenta en que consiste su misión: investigar el tráfico de armas con los indios. Al parecer, alguien del fuerte, un tal Newman, está facilitando rifles de última generación a los indios. Hasta el momento no han podido demostrar nada, por eso solicitan la ayuda de Blueberry.

Mientras, la comitiva que custodia a Chato llega a Fort Navajo, donde es recibida con una calurosa bienvenida. Sobre todo al indio, que todo el mundo está deseando colgar de un árbol. El oficial mando, ante la marabunta descontrolada, poco puede hacer, faltando poco para ver a Chato balancearse. En eso instantes, los fieles seguidores del indio comienzan un asedio al fuerte. La situación se vuelve comprometida, ya que parte de las fuerzas han salido en busca de Chato, al retrasarse la compañía de Blueberry. En realidad, todo tiene que ver con el odio irracional de algunos oficiales del ejército hacia los indios, unido a su nula confianza en las capacidades de Blueberry, al que comienzan a llamar traidor y amigo de los indios. Este ambiente es el caldo de cultivo perfecto para diversas acciones poco sensatas que dan lugar al asedio del fuerte por una banda de indios bien armada y habilidosa en el arte de matar. Ahora, debido a su impaciencia e imprudencia, deben esperar que la expedición del teniente Garret vuelva pronto, mientras aguantan como pueden. Afortunadamente, Blueberry llega antes.

Pese a la supuesta superioridad de los indios, intentan negociar la liberación de Chato. Los soldados, henchidos de odio y orgullo, se niegan a ello, incluso matan al negociador. Una muestra más de la crueldad del hombre blanco, incapaz de mostrar honor y respeto por la bandera blanca. Con este hecho, tanto con la ambientación del escenario, Giraud consigue transmitir al lector la compleja situación que se vivía en aquellas fechas. La verdad, es que echaba de menos este tipo de cosas.

Adams y el teniente acechan las inmediaciones del fuerte, en su intento por ayudar a los sitiados. En esos momentos, un extraño sale por una trampilla sin percatar su presencia. Gracias a ello, acceden a unos túneles que les llevan al escondrijo de Newman, confirmando las sospechas sobre sus actividades ilegales. Además, parece que ellos son solo la punta del iceberg, ya que están respaldados por algún tipo de organización. Mientras Adams los retiene a punta de pistola, Blueberry asciende al exterior, encontrándose en el edificio en el que se protegen los civiles del fuerte. Entre ellos una joven llamada Joanna, que pronto posará sus ojos sobre Adams.

Una vez en la habitación, los hombres de Chato empiezan a acceder por diferentes puntos, mientras Blueberry hace lo posible por salvar las vidas de los presentes. Ante el acoso del enemigo, decide que todos se introduzcan por la trampilla por la que él ha llegado. En el sótano, prepara una carga explosiva que detone cuando los indios decidan seguirle los pasos. Gracias a ello, no solo consiguen salvar sus vidas, sino que la explosión sorprende a los indios, de forma que los soldados aprovechan el momento para volver las tornas. El mermado grupo de atacantes decide huir.

Aprovechando los momentos de confusión, Chato se escapa de su celda y está a punto de matar a uno de los oficiales del fuerte, pero otro acaba con él in extremis. Así termina el asedio de Fort Navajo, restableciéndose la débil paz del lugar. Blueberry no solo ha sobrevivido, aunque ha quedado un poco maltrecho, sino que a ojos del resto de oficiales ha quedado como un auténtico héroe. Desde luego, es toda una novedad.

Finalmente, Adams entrega una carta en la que se solicita que Blueberry se vista de paisano y se dirija a Heaven, un pueblo en el que deberá ejercer de marshal durante el tiempo necesario para cumplir su misión. La verdad es que no queda claro si la misión está relacionada o no con el tráfico de armas. De todas formas, tendremos más detalles en el próximo tomo. Así que, bajo la lluvia, Blueberry cabalga hacia su nuevo destino…

Al contrario que en mis últimas lecturas, este tomo te deja con ganas de más y devuelve en gran parte la magia que desprende esta serie. Si bien es cierto que el tema del marshal sustituto está muy visto, la gran diferencia es cuando se narra de esta forma. Una historia de calidad que respeta los tiempos narrativos y que todo fluye con naturalidad. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle y, además, tiene cierto regusto clásico que a mi personalmente me encanta. Todo parece indicar que vamos a tener una despedida de la serie a la altura de las circunstancias.
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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #163 en: 02 Octubre, 2014, 12:46:55 pm »
Menuda panzada de leer te has metido, machote :leche:

Los último de la Juventud no los he leído. Me faltan por lo menos 4 :torta:

La trilogía de Marshall está realmente bien :thumbup:

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Re:Teniente Blueberry
« Respuesta #164 en: 02 Octubre, 2014, 13:15:03 pm »

Misión Sherman

Me está gustando mucho esta historia, que me está haciendo recordar cuanto he disfrutado con esta serie. Giraud sabe y entiende de narrativa y aquí tenemos una perfecta muestra de ello. Una vez más, asistimos ala combinación perfecta de tensión, dramatismo, acción desarrollo de personaje y una interesante trama que si bien no es tan elaborada como las de Charlier, juega muy bien con las herramientas básicas del género. Además, tenemos ese cliffhanger final, que nos hace estremecernos y desear continuar para conocer el desenlace de la historia. Quizá no estamos ante una de las mejores historias de la serie, pero sí está a la altura y me parece una lectura muy recomendable. Un gran trabajo el de Giraud. ¡Cuanta diferencia entre un cómic bueno y uno flojo!

Comenzamos acompañando a Blueberry en su viaje a Heaven, el cual tendrá un pequeño percance. El último de los hombres de Chato intenta eliminarlo, pero el jefe Ay-Quah se lo impide. Además de salvarle la vida, el indio le hace ciertas advertencias sobre el peligro que se cierne sobre él. Hace varias reseñas, hablaba sobre la introducción de elementos sobrenaturales en esta serie. No obstante, pese a que aquí puede parecer lo mismo no lo es, ya que tenemos un acercamiento a la cultura india, sin el empleo de grandes poderes, ni la fanfarria que utilizó Corteggiani. Me viene a la mente la forma en la que Foster empleo ese elemento en su Príncipe Valiente y como fue corrompido años después por algunos de sus sucesores. Giraud no solo sabe lo que se hace, sino que demuestra ser muy sutil con estos elementos y lo deja todo ligado a una ambigüedad más propia del realismo que de la fantasía, un elemento poco habitual en esta serie. Así es como se mantiene una esencia, aunque es normal, siendo un cocreador del personaje.

La siguiente aventura de Mike tiene lugar en el puesto Benson, donde encía varias cartas. En la cantina del lugar, le invitan a participar en una partida de póquer, para intentar probar que un negro alto está haciendo trampas en las cartas. Cuando la partida está a punto de comenzar, uno de los participantes insiste en que el corpulento negro ha cambiado el mazo de carta, instándole a que se quite el abrigo. En esos momentos de tensión, se oye una explosión, todo se llena de humo y el prestidigitador desparece de la escena. Parece que sí que hacía trampas.

En esta ocasión, volvemos a tener una escena que bien podríamos considerar de relleno, algo habitual en la etapa de Corteggiani. Una vez más, la gran diferencia es la capacidad de sintetizar este tipo de “anécdotas” en pocas viñetas, además de ser una herramienta para el desarrollo de los personajes. En definitiva, es una forma de exponer como el personaje vaya a donde vaya es perseguido por los problemas. Aunque para otros es alguien especial.

Tras este pequeño preludio, nos adentramos en Heaven, una ciudad llena de corrupción a la que nuestro protagonista debe poner orden, o eso parece creer algunos. Desde el principio, queda de manifiesto que la ciudad está corrompida desde el interior. Más o menos manipulada por el juez, que también dirige el periódico, el alcalde y Carmody, un empresario adinerado que parece mover muchos hilos. Precisamente, Carmody será el eje del tráfico de armas con su centro de operaciones en su rancho. Es cierto que estamos ante un tópico del género, pero también hay que tener en cuenta que en ningún momento los autores pretender crear ningún aura de misterio. Al contrario, desde el primer momento, se quiere mostrar una ciudad corrupta hasta la médula en la que Blueberry debe encajar, de forma que consiga la información que busca sobre el tráfico de armas.

Para cumplir sus objetivos, Blueberry debe granjearse una reputación. Para ello no duda en vestir elegantemente (aunque para mi parece un pistolero a sueldo), afeitarse, comer y beber bien, y  mostrarse afín a ciertas corrientes de pensamiento clasicistas. Transmite ser una persona manipulable, pero pronto se darán cuenta que no lo es, aunque su popularidad y respeto va creciendo en poco tiempo. Dicha popularidad choca frontalmente con Tess Buenaventura, una mujer que ayuda a otras mujeres a liberarse de la prostitución o de otros hombres que la maltraten. Todo un adalid del feminismo que dirige un rancho en le que solo trabajan mujeres, algo que tampoco está muy bien visto en la comunidad. No suele ser habitual incluir el machismo y ciertas actitudes retrógradas en esta serie, pero aquí se hace con mucha naturalidad.

En el primer encuentro con Tess, Blueberry le salva la vida de un tipo que había “raptado” a una chica embarazada del rancho de Tess. Por un momento, la joven parece que ve la luz con la llegada del nuevo sheriff, pero Mike, en su papel, no la trata de una forma muy cortés que digamos. Así nace una relación de amor odio, que poco a poco irá tomando un cariz más romántico, sobre todo al comprender que el modo de actuar de Blueberry es pura fachada.

De forma paralela, Newman y sus hombres llegan al rancho de Carmody, para participar en el siguiente negocio con un mejicano. La influencia del matrimonio Carmody parece ser grande, ya que consiguen permisos oficiales para hacerse con los convoyes de armas dirigidas al ejército sin problemas. La llegada de Blueberry a Heaven preocupa a Newman, por lo que decide, por su cuenta y riesgo, intentar asesinarlo. El conato de atentado es fallido, por lo que Mike comienza a atar cabos. Sobre todo cuando el alcalde empieza a insistir en que tiene la culpable y quiere repartir su cara en carteles. Además, ha visto a Newman y una testigo le revela que está relacionado con Carmody.

Al día siguiente, unos desconocidos se pelean en el bar. Cuando el sheriff acude, descubre que uno de ellos es Red Neck. Si hasta el momento estaba disfrutando de la lectura, la introducción del viejo Red me parece un detalle bastante entrañable. A partir de ese momento, se convierte en el ayudante del sheriff; uno que ya comienza a ser molesto para algunos y que debe terminar su mandato más pronto que tarde. No obstante, Blueberry sigue con sus planes y el siguiente consiste en publicar un escandaloso artículo en el que se acuse a newman del intento de asesinato y a Carmody de ser jefe del tráfico de armas. Todo gracias a unos documentos hallados por Red, aunque todo es un farol, obviamente. Esto provoca que Carmody ordene a sus hombres que se deshagan del nuevo marshal.

En mitad de la noche, mientras Mike cena apaciblemente con su viejo amigo en el restaurante chino, solicitan al sheriff que acuda a un rancho en el que han actuado unos ladrones de ganado. Incluso el alcalde ya se ha desplazado al lugar. Antes de marchar se encuentra con el ayudante del periódico, que le pide que hable con él lo antes posible. Sin embargo, el tema del rancho parece más acuciante y deber partir junto al hombre que ha venido a buscarle. Tras pasar la propiedad de Tess, Newman dispara a Blueberry que cae del caballo. Los hombres de Carmody lo dan por muerto y, una vez están seguros, eliminan a Newman. Los disparos alertan a Red que ha salido tras Blueberry. En el camino se le une Tess, que también ha oído los disparos. Ambos se encuentran el cuerpo inerte de Blueberry…

Sinceramente, creo que no hace falta añadir más. Giraud sabe lo que hace y nos dejamos llevar por él para disfrutar del desenlace de una historia que nos devuelve la gloria de la serie.
« última modificación: 02 Octubre, 2014, 16:24:19 pm por oskarosa »
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