Que los comics de supers, ante todo, tienen que divertirnos.
Completamente de acuerdo. Considero que los géneros, básicamente, están para eso, para divertir, entretener. Otra cosa es que cualquier obra de género puede vehicular cualquier tipo de idea o ideología. Y tener múltiples lecturas.
De lo que cada vez me doy mas cuenta es de que, con determinadas obras "intocables", se suele tener una opinion condescendiente cuando no se es del agrado particular. Pocos se atreven a criticar, por ejemplo, a Watchmen. En el mejor de los casos se suele decir, "no me gusta, pero reconozco que es una obra maestra".
En el caso concreto de Watchmen, estamos hablando del comic de superheroes más aclamado de todos los tiempos. Hay ensayos dedicados específicamente a señalar los motivos que han llevado a esa obra a alcanzar ese estatus. Cualquiera puede decir que no le ha gustado, o le ha decepcionado, o le ha aburrido. Pero para negar que es una obra maestra, más allá de gustos personales, hay que exponer razones. Y eso ya es más jodido.
Ayer dije que no me atrevo a discutir, en profundidad, sobre una obra en concreto si no la tengo muy fresca en la mente, y eso necesita de una (nueva) relectura. En el caso de Watchmen, tengo en casa la edición en catalán de Planeta, a ver si le pego un buen mordisco. En todo caso, creo que esta obra, aludiendo a un tópico sobre ella, tiene
un aura de frialdad que puede repelar a muchos. A mí me gusta, mucho, pero tampoco la situaría, ni mucho menos, en la primera posición de mi lista particular. De hecho, del mismo guionista, prefiero Miracleman (a pesar de que me planteó, en su momento, serios
problemas) y, por supuesto, V de Vendetta (que sí podría colocar perfectamente en primera posición). Los gustos de cada uno... ya se sabe...
(Sobre Garth Ennis) No soporto a este autor. Es superior a mis fuerzas. No soporto su obra y, especialmente, no soporto esta obra
A mí me parece que Ennis tiene, como mínimo, dos obras más que notables (Predicador y Punisher Max). Pero es un tío cuyo estilo siempre se basa en epatar por medio de burradas, cuanto más gamberras y/o escatológicas mejor. Cuando tu estilo se basa en eso, lo normal es que topes con gente a la que no sólo no le gusta tu obra, sino que le horroriza (como es tu caso), de la misma manera que hay mucha gente que lee sus obras buscando precisamente eso. Es un autor polémico, con todo lo que eso conlleva. Nada nuevo bajo el sol.
Sí,
David 
. Tampoco he leído Punisher MAX, y tampoco la leeré. En este caso, se junta el hambre con las ganas de comer: Garth Ennis y Frank Castle (como protagonista de su propia serie, no como simple personaje, al que puedo leer sin ningún problema). Eso ya sería
demasiado para mí

. Y por los comentarios que he ido leyendo en este mismo subforo, de foreros a los que aprecio, respeto, y con los que comparto gustos, estoy seguro de que me estoy perdiendo una buena obra. Pero, como diría mi Joan Manuel Serrat, cada loco con su tema...

. Y viva la diversidad, ¡
què punyetes!
Abusando de nuestros
oskarosa y
Last_Avenger, y culpabilizando a mi necesidad de explicarme y a mis carencias respecto a la capacidad de síntesis... Ayer decía que hay límites que no admito que se traspasen, ni siquiera en el humor. Me refería a las malformaciones y a las discapacidades que puede tener una persona cualquiera. He sido y seré profesor, y tutor, de chicas y chicos con necesidades educativas especiales. Reconozco que es deformación profesional; no consiento, no admito, no tolero, el humor en este aspecto. Manía personal e intransferible (como todas las manías)

. Dicho esto, si Predicador es una obra notable, como tú dices, estoy seguro que es buena, pero no me interesa

.
Hola, no estoy de acuerdo con esa afirmación. Por esa regla de tres Los Vengadores de Lee deberían estar por encima de los Thomas, Englehart.... y no lo están, es más, se quedan muy por debajo.
Tugui ya te ha contestado básicamente lo mismo que te podría decir yo. Los guionistas de Los Vengadores suelen recurrir, tarde o temprano, a ciertos lugares comunes (el Segador y Wonder Man, Ultrón y La Visión, la relación imposible entre la propia Visión y Wanda, la inestabilidad de Hank Pym y cómo repercute eso en su relación con su ex-mujer, la metedura de pata de alguno de los miembros del grupo y la forma en que sus compañeros afrontan la situación,...). Todos esos elementos aparecen en la etapa de Thomas y se llevan más allá sucesivamente hasta terminar tocando techo con Stern. Esa es la sombra que de algún modo siempre se proyecta en la trayectoria de cualquier autor que acometa la serie y, en mi opinión, esas son las etapas que más han ayudado a definir a Los Vengadores (lo cuál no es obstáculo para que, por una cuestión de cariño, mi etapa favorita sea la de Busiek, precisamente la que menos inventa y más homenajea; pero una cosa no quita la otra).
Volvemos a coincidir. Crear una serie no significa necesariamente definirla en sus aspectos más icónicos, más fundamentales; aquellos a los que volverán, con mayor o menor fortuna, autores posteriores. Cierto es que Stan Lee y Jack Kirby crearon, con la serie de Los Vengadores, su propio club de héroes, basado en el cambio periódico de alineación. Incluso con el hecho de que antiguos miembros volvieran al grupo. Una magnífica idea, no estrictamente original. La serie recibió un buen meneo en su núm. 16 USA, sin duda alguna, pero ahí empezarían a faltar Iron Man y Thor, parte fundamental del equipo.
Algunos de los aspectos fundamentales de la serie. La creación de un nuevo personaje, dentro de la propia serie, para que la vertebre y le dé su tintes más dramáticos se da, por primera vez, con La Visión. Tomar personajes ajenos a la serie y que también sean motores de la colección sí es algo que ya hizo Lee pero, en mi opinión, se quedó en la superficie. O rescatar personajes, olvidados, semiolvidados o apenas usados con anterioridad, e introducirlos en la formación.
Hay un ejemplo perfecto de autor que supo seguir el patrón de la serie: Roger Stern. La Capitana Marvel apareció por primera vez en un anual de Spiderman pero, igual me equivoco, creo que ya se tenía claro que iba a desarrollarse en Los Vengadores. Mónica es un paradigma de vengador, crece en la serie, tiene una importante capacidad de sacrificio y llega a identificarse con el grupo, hasta el punto de mostrar sus dotes de líder. El bueno de Dane Whitman, que no había destacado anteriormente en la serie, se convierte, en mi opinión, en otro de los paradigmas de vengador. Un hombre tan buen tío, tan buena persona, enamoradizo como pocos,
pobret meu, y tan normal y corriente, a pesar de que sea el típico científico Marvel que sirve tanto para un roto como para un descosido. Stern introduce al Dr. Druida, al que ya no le dará tiempo a desarrollar como miembro, pero del que se intuyen perfectamente ciertas
sombras. A todos los que no habéis leído todavía la etapa de Stern: no sabéis la que os espera de la mano de la colección Los Poderosos Vengadores.
Sólo hay un problema, en mi opinión, y es consecuencia del enfado que Stern se cogió con la decisión de Marvel de darle la serie de Los Wackos a otro guionista, con otras ideas, porqué el tenía sus propios planes para ese nuevo grupo. A partir de ese momento, faltó una verdadera conexión entre las dos series (sólo
solventada por los anuales de la época y por alguna escena mostrada por Englehart en su serie). Stern optó por obviar por completo a los Costa Oeste. En consecuencia, ahí faltaron Iron Man y uno de los vengadores más emblemáticos, Ojo de Halcón. Y claro, Wanda, Visión y Simón. Y el pobre Hank Pym. Con la llegada de Buscema, la serie ganó muchísimo gráficamente; las historias alcanzaron un nivel de épica muy difícil de superar; incluso, mejoró en la caraterización de algunos personajes. Pero, a cambio, perdió personajes fundamentales.
Añado: Nadie sabe lo feliz que me hizo Busiek en su primera historia para el vol. 3 de Los Vengadores. Ahí mostró que Mónica tiene muy claro lo que significa ser vengador

.