He leído hace poco Los Vengadores: La Guerra Interminable, aquella novela gráfica que escribió perezosamente Warren Ellis y dibujó con una energía similar Mike McKone allá por el 2013.
Como podéis deducir no me ha entusiasmado.
Uno de esos muchos cómics de esta pasada década en la que los cómics estaban tremendamente influenciados por las películas, estética y narrativamente. Cuesta muchísimo reconocer a los vengadores “de toda la vida” porque se tienen que parecer más a lo que la mayoría del planeta ha visto en cines, y tampoco se parecen demasiado a ellos así que diría que no contenta a ninguna de las dos partes.
La historia es soporífera, (diría que un tercio se desarrolla en una cocina

) y eso que valoro la idea de intentar mezclar el tema Segunda guerra mundial, tecnología y magia asgardiana para que el peso recaiga sobre el tridente vengador, pero todo es tan genérico, tan plano, tan ramplón, que no podía darme más igual todo y todos.