De otro hilo pongo este texto que casa mejor aquí (bajo consejo de Chistianspi).
Pensando en lo último que se ha escrito en este tema y en un comentario que he leído en ZN, se me ha ocurrido comentar algo.
Es verdad que después de 40 años o más es difícil sorprender. Para poder hacerlo, las editoriales no tendrían que estar tan encorsetadas a la hora de tratar a sus personajes. No obstante, creo que nos quejamos inútilmente. La editorial busca simplemente llegar a cada nueva generación con los mismos personajes. Eso implica necesariamente que, salvo pequeños cambios, todo siga igual. Así, cuando llega alguien nuevo al mundo del cómic, las aventuras actuales de, por ejemplo, Spiderman, le resultarán novedosas; sin embargo, alguien que lleve 5 años en ese mundo y haya dedicado algo de tiempo a leer aventuras de toda la historia de Spiderman, tendrá claro que ha leído todo lo que la editorial le va a dar. Y no porque ésta no pueda dar más sino porque no quiere. Se limita a sí misma porque quiere, en el fondo, que su personaje siga siendo el mismo cuando llegue la siguiente generación.
Si se lo plantearan de otra forma, dejarían morir a sus personajes y usarían el legado. Spiderman no tiene por qué morir pero Peter Parker sí puede hacerlo. Y el que le sustituya puede tener otro carácter y otras circunstancias que te permiten escribir otras historias distintas aunque se trate de Spiderman. La editorial podría tener disponible para cualquier lector una colección, bien editada y ordenada cronológicamente, de las aventuras de Peter Parker Spiderman, desde su principio hasta su muerte, de manera que el personaje perdure en la historia. Y a partir de ahí continuar de otra forma. En un mundo de fantasía siempre es posible que, de vez en cuando, aparezca Peter Parker por un viaje en el tiempo o como espíritu que ayuda en un determinado momento, por poner dos ejemplos que se me ocurren de repente. Incluso con los años podría tener sentido crear una serie que cuente historias clásicas nunca contadas de Peter Parker: una retrocontinuidad que no rompa aquella colección que he comentado antes que constituiría el canon del personaje. Y así dejar a los guionistas explorar otras ideas y otros personajes. No es tan difícil.