Os lo posteo ya porque mañana no sé si estaré, ya que me voy a Sierra Nevada a tirarme por la nieve
Capítulo 33PICARA: ¿A dónde demonios crees que vas, Kitty?
KITTY: Peter ven aquí.
Coloso también se quita el cinturón y se pone a su lado.
KITTY: ¿Recuerdas que cuando paso por una máquina las vuelvo locas?
COLOSO: Da.
KITTY: Sé que hay poco espacio para coger impulso, pero necesito que me lances contra la pared del X-Jet, por una zona donde no haya maquinaria. La travesaré y caeré dentro de un Centinela.
BOBBY: ¿Estas loca? Es una misión suicida.
JUBILO: Suponiendo que eso funcione… ¿Cómo tienes pensado volver al Pájaro Negro? Que yo sepa no sabes volar.
PICARA: Ya tengo algo en mente, cariño. Hacedle caso a la pequeña.
KITTY: Gracias, Picara. (Con sarcasmo)
COLOSO: Muy bien Katia, ahí vamos.
Coloso se convierte de nuevo en acero Orgánico, agarra a Kitty por la cintura, gira sobre si mismo en el poco espacio que le permite el ancho de la nave.
PICARA: Batea fuerte, cariño, que sea un Home Run.
Coloso lanza a Kitty contra la pared, que justo a dos centímetros de estamparse se hace intangible y la atraviesa.
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Kitty nunca habría imaginado como era el estar en la troposfera, aunque sinceramente era como hacerse intangible, a lo que ella ya estaba acostumbrada.
Sentía como el aire le faltaba en los pulmones, y lo poco que pudo respirar venia helado y le abrasó por dentro. En vez de eso, el aire recorría cada una de sus moléculas inmateriales helándole dolorosamente. Pero aguantó y fijó su objetivo. La cabeza del Centinela.
El impulso de Peter había sido suficiente para recorrer los metros que separaban al X-Jet del robot, incluso tal vez un poco desmedidos, por lo que al llegar a la chapa del Centinela tuvo que hacer acopio de fuerzas y concentración para hacerse tangible en los pocos metros que le brindaba la cabina.
Cayó dentro y miró a los dos pilotos, que se giraron y sacaron un arma para dispararle. Pero no tuvieron tiempo, Kitty se volvió a hacer intangible y le metió a cada uno la mano en el estómago.
KITTY: A fuera desayuno.
Los dos ingenieros comenzaron a vomitar desesperadamente, retorciéndose de angustia.
Kitty aprovechó ese tiempo para meter las manos en el panel de control. Empezó a echar chispas y los cables se fundieron.
KITTY: Hora de abandonar la chatarra.
Capitulo 34En el Pájaro Negro reinaba la incertidumbre.
Habían visto una pequeña explosión en el motor del Centinela, por lo que suponían que Gatasombra había cumplido con su misión.
El robot se tambaleó y se fue a pique, directo al mar a muchos kilómetros por debajo de él.
COLOSO: ¿Cómo demonios vamos a sacarla de ahí? (con su fuerte acento ruso).
BOBBY: Vamos allá.
Pícara y Bobby maniobraron violentamente el X-Jet, despegándose de los Centinelas que iban a su cola. Descendieron bruscamente en lo que pareció casi una caída libre hasta que se pusieron justo debajo del Centinela dañado.
En ese momento, Kitty se volvió intangible, atravesando de nuevo el robot hacia abajo, volvió a pasar por la troposfera y calló de bruces en el Pájaro Negro, que la esperaba debajo.
Bobby y Picara levantaron los mandos y a toda potencia se quitaron del camino inexorable del Centinela que caía en picado hacia el mar.
Coloso corrió a por Kitty, que se agarraba la cabeza un poco mareada.
COLOSO: ¿Estas bien Katia?
KITTY: Sobrevivo.
Ambos se sientan en sus asientos y se abrochan los cinturones.
BOBBY: Pícara. Los Centinelas. Se retiran. Nos adelantan.
JUBILO: Eso es porque han visto lo que Kitty es capaz de hacer y se han dado cuenta de que no debieron meterse con los X-Men.
PICARA: Ojala fuera eso. Mirad.
Delante de ellos a unos quinientos metros, un convoy de unos cien Centinelas surcaban el cielo en la misma dirección que ellos. Los Centinelas que los perseguían se habían unido al convoy.
BOBBY: Al menos sabemos que no llegamos tarde.
PICARA: Me desviaré un poco para que no nos detecten. Motores a máxima potencia, debemos llegar antes que ellos y poner a Genosha en sobre aviso.