He leído el segundo tomo de la
BM Superman.
Se agradece mucho el texto introductorio de Marv Wolfman, quien cuenta cómo se gestó este nuevo relanzamiento del primer superhéroe a partir de la miniserie del Hombre de Acero

Tenemos tees series: Superman y Action, que las dos están a cargo de Byrne, aun con un fuerte "input" de las ideas de Wolfman, y Las Aventuras de Superman, que retoman la numeración de la serie original de Superman, mientras esta última comenzaba con flamante número uno. Las Aventuras de Superman están a cargo del propio Wolfman y se mueven claramente fuera del foco central que recibieron las otras dos series a cargo de Byrne. Aparte de eso, es fácil comprobar que, aunque con tramas independientes, Superman y Action están conectadas, mientras que en Las Aventuras de Superman van más a su bola.
Llama mi atención lo muchísimo que dura un cómic de esta época y especialmente de Superman. Es algo que no me debería de sorprender, estando ya, como estoy, talludito. Pero me sorprende. Es así. Abordas el tomo de la BM casi con el atavismo de esperar un arco argumental, por el formato tipo tpb del tomo, y te encuentras con mucha, pero que mucha, chicha.
No quisiera aburrir mucho con este comentario, pero es un verdadero placer leer este cómic por primera vez tan tarde: Metallo, el relanzamiento del Luthor como empresario poderoso, la irrupción de nuevos personajes como Cat Grant y Emil Hamilton.... Hay cómics que está guay leerlos joven y otros que se disfrutan mucho desvirgándolos ya de mayor. Las primeras andaduras de estos personajes definitorios se leen con mucho deleite, pues tienen el aliciente de la anticipación: son personajes que ya has visto mucho, sí, pero nunca en su debut, por circunstancias x. Mola

Tenemos casi de todo y solo pasar revista abruma y da pereza: el arco de Metallo casi que alcanza interés por cómo se refleja en la construcción de este nuevo Luthor. Luthor no duda en salvar a Superman de Metallo solo para que no le prive de la gloria de destruir él mismo al hombre de acero. Pero no destruirlo de golpe, de un manotazo o en un combate, sino derrumbándolo poco a poco, atacando a lo que más le importa, que en este caso es Clark Kent (sin sospechar que es el mismo Superman) y sus allegados: Lana y los Kent.
Tampoco tiene mucho escrúpulo en arrancar el corazón de kryptonita de Metallo, acabando con él en el proceso, con tal de ser él el que luzca, con satisfactoria maldad, el talón de Aquiles de Supes en un anillo.
También me gusta el detalle de que, por listo que sea Luthor, se niega a reconocer que Superman sea Clark Kent, aunque le lancen las pruebas en la cara. Es IMPOSIBLE que Kent sea Superman. El ordenador se ha equivocado

En fin, el resto es etcétera, no aburriré con detalles que están en las páginas de estos cómics.
Me ha parecido curioso que en Action aparezcan de invitados los Nuevos Titanes pero sin la mano de Wolfman, todavía a cargo del supergrupo. Las dos historias de Action son más o menos autoconclusivas y cumplen bien con su rol de presentar una especie de Team Ups, en el primer caso con los titanes y en el segundo con el Fantasma Desconocido, en lo que constituye un buen número independiente para leer en cualquier momento y ocasión (por ejemplo, en Hallloween).
Luego, me llama la atención cómo muchas historias aparecen ya como empezadas y te hacen ir páginas atrás por si te dejaste algo: la enfermedad de mamá Lane, que irrumpe en el comienzo de Las Aventuras de Superman como un hecho ya consumado, sin que hayamos sabido nada del proceso. O la ya mencionada historia de Action Comics con el Fantasma Desconocido, que nos mete nada más empezar en un tren en marcha en el que una simple oficinista se ha hecho con una gema mágica que le permite subyugar con sus hechizos a la misma Metropolis. Y tan pronto llega como se va, así, en unas pocas páginas, para que Byrne nos cuente otra cosa completamente diferente. Esto habría dado para un mínimo de veinte números en la actualidad.
Qué bien sienta leer cómics antiguos
