He leído
Superman: A prueba de balas.
Se trata del segundo tomo que recopila la etapa de Morrison al frente de Action Comics, y que continúa tras la edición de
Superman y los Hombres de Acero. Ha estado entretenido, pero la verdad es que para ser obra del escocés, me ha parecido un poco flojo. Aunque es cierto que el guionista siempre está por encima de la media, y aquí no es una excepción, no creo que este se encuentre entre uno de sus mejores trabajos para DC en la última década ni mucho menos. La verdad es que parece más un encargo para allanar el terreno a su sucesor que otra cosa.
Este volumen recopila hasta el número doce de la cabecera, así como el primer anual y el número 0. Lo peor de todo es que Morrison no está presente en el anual, compuesto de diferentes historias escritas por Sholly Fisch, algunas con cierto interés y otras con muy poco. El recopilatorio comienza con una historia protagonizada por el Superman de Tierra 25, que ya fue presentado por Morrison en Crisis Final y el Multiverso. Lo realmente interesante es ver como el autor trata dos mundos paralelos, pero la verdad es que poco o nada tiene que ver con lo que está tratando en la serie regular. No obstante, resulta curioso que sea Fisch quien ponga sobre la mesa uno de los aspectos más interesantes de este personaje, que en su otra identidad es el presidente de Estados Unidos, lo cual lo convierte en un héroe que quizá no respete del todo la ley por el bien de la Humanidad. De hecho, su ataque a Quraq pone de manifiesto que sus dos identidades no son compatibles, incluso se contradicen un poco. A parte de esto, destacar que Tierra 23 es un universo donde todos los protagonistas son de raza negra. No sé si por intentar apoyar a esta minoría étnica, o Morrison pretende mandar algún otro mensaje. Yo lo veo más una curiosidad que otra cosa, pero nunca se sabe.
A continuación, Morrison continúa con su etapa destinada a perfilar a un héroe del pueblo. En mi anterior comentario le acuñaba el término de izquierdista, y tras este tomo me parece aún más acertado que antes, no tanto por su aspecto político, sino por es énfasis en ayudar a los demás a distintos niveles. Da igual que sea dar limosna a un pobre que salvar a la Tierra de una invasión alienígena en compañía de la Liga de la Justicia. Aunque hay que admitir que esto obedece a la esencia misma del personaje, o al menos al desarrollo en el que se ha ido transformando con el paso de las décadas hasta convertirse en el icono que todo el mundo tiene en mente, Morrison lo lleva en mi opinión un paso más allá, convirtiéndolo en un héroe comprometido y en alguien que pretende hacer algo más que pelear contra supervillanos en mallas. Si bien es cierto que al final todo acaba reduciéndose un poco a eso, o a salvar a Lois de forma espectacular, no deja de ser interesante el enfoque del héroe por parte del guionista.
Por otra parte, es importante destacar cierta originalidad en el concepto que planta Morrison. No solo a nivel estético, con un héroe en vaqueros y camiseta serigrafiada con el símbolo de su familia natal, sino también en el nivel de las amenazas, ligeramente distintas a las habituales, poniendo especial hincapié en un tono propio de la ciencia ficción. Morrison presenta principalmente un tratamiento propio de una serie de televisión actual. Y es que precisamente quizá ese sea su objetivo, actualizar al personaje a los tiempos modernos, aunque no prescinda de la prensa escrita como punto de apoyo del alter ego del kryptoniano. Me ha parecido particularmente llamativo como
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Por otro lado, el número cero, una vez más ahondando en los nuevos orígenes del personaje, se me ha hecho un poco cansino y me parece un error dotar a la capa de Superman de poderes. Creo que a estas alturas estoy bastante harto de leer una y otra vez los orígenes de ciertos personajes, en los que prácticamente no se aporta gran cosa y solo sirve más bien para cambiar algo, por leve que sea.
El tomo concluye con el anual, bastante largo, y algo aburrido en ocasiones, que tiene como parte central el nacimiento del Hombre K, sirviendo para dar a conocer la principal debilidad de Superman, desconocida hasta el momento. Además de la consagración de Iron como superhéroe urbano y nuevo elemento de Metropolis. Hay bastantes historias, unas mejores que otras, pero en líneas generales, bastante anodinas principalmente. La ausencia de Morrison se nota bastante y aunque Fischer hace algunos apuntes interesantes como el del Superman negro, o amplia detalles de algunas tramas de la serie regular, ha llegado un punto en el que estaba particularmente cansado y lo que quería es que terminara ya. Por último, en el apartado gráfico seguimos teniendo predominantemente a Rag Morales, que no lo hace nada mal y que diría que tiene cierta influencia de Gary Franks. Me sigue sorprendiendo positivamente este artista, cuyo trabajo en esta etapa no ha estado nada mal. En definitiva, un tomo algo flojo, diría que ligeramente inferior al anterior y que pensaba que era el último, pero parece que la etapa de Morrison continúa. No he quedado con muchas ganas de seguir, todo hay que decirlo, pero ya veré si hago el esfuerzo y veo como concluye el trabajo de Morrison con este nuevo Hombre de Acero, que no necesita esquivar las balas...