He leído Superman: Paz en la Tierra.
Se trata de una novela gráfica cuya idea partió de Alex Ross, que se encargó de dibujarla, publicada originalmente en 1994 con la participación de Paul Dini en el guion. El tomo publicado por ECC presenta una edición propia del álbum americano, con 70 páginas por 12,50€, que la verdad es que le sienta bien, no solo para poder apreciar mejor el magnífico arte de Ross, sino porque es una obra que encaja muy bien en este tipo de publicación, a pesar del precio, que quizá debería ser un poco más ajustado.
La historia es muy interesante, y a pesar de que la idea partió de Ross, diría que esta redirección del proyecto tiene el sello de Dini. Como si de un cuento de Navidad se tratase, y con cierto aire a los Dickens, todo hay que decirlo, Superman en mitad de estas fechas tan señaladas rescata a una joven de la calle que se moría de hambre. A partir de ahí, comienza un ambicioso proyecto en el que el Hombre de Acero intentará distribuir todos los excedentes de comida de Estados Unidos para repartirlo entre los más necesitados del mundo, con el consentimiento de las Naciones Unidas. Si bien es cierto que ne muchas ocasiones se le achaca a héroes tan poderosos como Superman que hagan algo por luchar contra los verdaderos problemas de la Humanidad, Dini se atreve con ello y lo hace para dejarnos una reflexión importante: no esperes que nadie te salve, sálvate tú mismo. O quizá lo más importante de todo: ayudémonos los unos a los otros. Sin duda, un mensaje de paz y armonía propio de las navidades, que acaba encajando con el tono de la obra y su cometido.
Es una lectura relativamente ligera, donde realmente lo que destaca es el fabuloso trabajo de Ross, en el que cada página es un mural artístico en toda regla. No obstante, la labor de Dini me parece muy loable. Primero porque a través de sus textos consigue transmitir emociones, haciéndonos partícipe de ese problema tan importante como es que hoy día, o hace una década, mueran personas de hambre sin que nadie o casi nadie haga nada. Desde luego, la crítica del autor va dirigida a las grandes potencias, cuyas principales prioridades son otras. No obstante, hay mensajes para todos, como esa reflexión sobre la confraternización, algo más a ras de suelo. Pero, sobre todo, se pone de manifiesto que los superhéroes tienen las manos atadas ante la burocracia, la mezquindad del hombre y su ambición. Además, Superman, com si de un Santa Claus se tratara, solo puede hacer esto un día, por lo que el problema continuaría al día siguiente. En definitiva, Dini rompe con bastante naturalidad una utopía sobre la salvación del mundo por parte de alguien como Superman, que a pesar de sus grandes poderes, no puede salvar a todo el mundo. Un recurso con el que el guionista baja del pedestal al Hombre de Acero, mostrándolo falible y humano, que encaja muy bien con el retrato y la esencia de un icono con el que muchos autores no saben que hacer con él. Pero Dini es un guionista especial y aquí lo vuelve a demostrar una vez más.
Como decía antes, es una lectura rápida, pero Dini la dota de bastante profundidad y envía muchos mensajes a través de ella. Es arriesgada, pero funciona muy bien y, bajo la pátina de sencillez se esconde un tebeo con mucho sentimiento y crítica social, pero también una lectura muy entretenida. Si bien es cierto que el dibujo de Alex Ross es fabuloso y es lo que impacta en una primera instancia, no se debe minusvalorar el trabajo de Dini, que también es bastante bueno e interesante.