Yo me debato entre dos corrientes muy arraigadas en mí:
1-El arte no se toca, no se censura. Nadie tiene derecho a censurar nada que otro cree, así se hable de matanzas (máximas) y conductas despreciables. Los ofendidos de la moral y el buen comportamiento, la ley Volestead y todo lo demás, me repatea. Hay que tratar a los seres humanos como adultos, y si no te gusta, no mires. Pero para mí no hay nada peor en el arte que un Wertham que nos diga qué podemos y qué no podemos leer o escribir.
2-Como Ignacio, odio profundamente el tabaco y lo he sufrido de niño. Además, considero que hay que proteger a los menores de la exposición inadecuada, y lo que no tiene sentido, es que en un capítulo de Pijamax o la Patrulla Canina salga nadie fumando. Así que estoy de acuerdo en que se elimine o incluso mejor, que salga y se critique duramente (tipo moraleja) como se hacía en cosas como Capitán Planeta, o como hizo hace poco Lunella en su número contra el tabaco (y del que escribí un artículo precisamente sobre el tema).
Por tanto, la clave está en identificar qué productos son para menores y cuales no. En los que lo sean, hay que tener un especial control, y primar la exposición del niño por encima de la creación, porque ahí no hablamos solo de creación, sino de educación. Y los niños son muy influenciables. Además, hay que añadir, que la propaganda no es arte, es propaganda, y que uno de los mayores aciertos de las tabacaleras, fue meter el tabaco como forma de vida a través de Hollywood, creando escenas ex profeso para incitar al consumo de tabaco, pagando a estrellas mundiales para que fumaran en actos y anuncios, y en definitiva, para meter de forma evidente los cigarrillos en la normalidad del día a día y revestirlos de una capa de glamour. Eso debe estar completamente prohibido. En Mad Men creo que se refleja muy bien.
Quitando eso, como digo, es tan sencillo como identificar el producto. ¿Es para niños? Temas de niños ¿Es para adultos? Temas de adultos. Y el tebeo de superhéroes medio, queramos o no, es un medio principalmente para niños, para menores. Como el cine Disney. Lo podemos disfrutar todos, pero por ese mismo "Para todos los públicos" debe haber cierto control, por más que nos pese.