tengo que decir que Spiderman es el personaje Marvel que siempre me ha atraído menos. Y me baso para ello fundamentalmente en la serie animada, las películas y algún número suelto que he leído (ninguno de ellos de etapas clásicas). Pero es que nunca he podido con ese rollo juvenil, desenfadado y hasta vacilón que muchas veces ha desprendido Peter Parker. Lo siento, pero yo siempre he sido más de antihéroes y épica "bigger than life". Y tengo que decir, por eso mismo, que actualmente ando sumido en la etapa de JMS-Romita Jr. recopilada en el coleccionable Marvel Heroes (el primer material que leo del personaje), y he de reconocer que jamás podría haber llegado a pensar que un cómic de Spiderman me gustaría tanto
Nada que ver con lo que esperaba.
Pero hombre, muchacho, ¿qué esperabas?
Es Spider-Man

El
"rial" Peter Parker no es así.
Peter Parker eras tú, y Spider-Man quien querías ser (ahora aparecerá el autor de la frase a demandarme...de hecho es una trampa para que se persone

).
Pocos personajes (vaya, ninguno) han tenido una evolución tan meteórica, tan bien planificada y asentada como el señor Parker.
Spider-Man es el superhéroe definitivo. El tío de barrio, el hombre sencillo que se ve envuelto en una responsabilidad mayor de la que nadie podría imaginar. Curiosamente, Peter Parker es EL tipo normal. Tu vecino -el bueno-, tu colega del colegio que te daba siempre la mitad del bocadillo.
No existe una persona mejor que Peter Parker en el mundo del cómic. No lo hay.
Si lo parecen; fingen. Son interpretaciones maniqueas, irreales o deshumanizadas que no existirían nunca en el mundo real (Superman, por ejemplo, y por eso no es humano). Personajes de ficción pura y dura. Pero ¿Peter Parker? El Peter Parker clásico es el personaje más real que leerás en tu vida dentro de un cómic.
Del instituto a la universidad, de Queens a New York, de fotógrafo a investigador de laboratorio, de alumno a profesor, lo de Peter Parker ha sido una evolución fantástica -
"clon" grandes fallos en el tiempo, pero muy concretos-, que eliminando la paja, comparativamente poca en tantos años, da como resultado una trayectoria vital brillante.
Spider-Man se levanta cada día tratando de hacer un mundo mejor. Es un profesor, un enfermero, un humanista concienciado. Cualquier persona real que trate de hacer cada día del mundo algo mejor y aporte su granito de arena. Peter no puede congelar la marea, ni rescatar un avión en vuelo, ni llevar la lluvia al desierto. La lucha de Peter es continua, ardua como pocas. Para él todo cuenta. No hay trabajo pequeño. Y sabiendo que no puede cambiar el mundo de golpe, lo hace más brillante a cada acción.
Es impresionante que un tío así, cuyo elemento tipo y presa es el caso más básico de opresión del fuerte contra el débil, en forma de un ladrón o atacante de barrio, de una constructora sin escrúpulos, de pandilleros, drogatas o lo que sea, es increíble como digo que un personaje así adquiera semejante importancia moral. Como dice la MJ del mundo Ultimate;
"¿Qué tiene de especial Peter Parker? Todo". Su aparente normalidad es su mayor poder.
Otro tipo resultaría vanidoso, irresponsable, egoísta. Sería consumido por sus poderes, como una estrella del rock con demasiado dinero y tiempo en que gastarlo. Se autodestruiría o se llevaría a los demás por delante. Pero Peter no. Peter es de esos buenos chicos que se mantienen con los pies en el suelo siempre. No le van los alardes. Es una persona sencilla, intrínsecamente buena.
En última instancia, Peter Parker representa lo mejor del ser humano y a lo que todos deberíamos aspirar.
Es decir; nosotros no podemos ser Superman. Nunca lo seríamos. No está en nosotros, igual que la idea de infinito no cabe dentro de lo que es finito. Es inhumano, sobrenatural.
Pero sí podemos ser Peter Parker. Si conocemos personas que pueden parecerse a él en la vida real. Hay pocas, pero las hay.
Peter Parker es el tío canijo que daría la vida por ti sin dudarlo aun sin conocerte. Pero n con suficiencia ni confianza. No es invulnerable. De nuevo, no es un Superman que apenas tiene nada que temer, ni un Capitán América henchido de confianza que sabe siempre que hay que hacer y cómo. Peter no. Peter no tiene ni idea, y se deja guiar por su buen corazón. Por su instinto de lo que está bien o es correcto, sea legal o no. Peter responde a un orden falible, que sin embargo resulta más sincero, y por tanto elevado.
Es el hombre bueno que hace algo ante la injusticia. Que no permanece ajeno al dolor, no como una superioridad moral, sino como uno más. Un "hombre cualquiera que puede marcar la diferencia".
Normalmente es despreciado, vilipendiado y machacado. Nadie le reconoce su esfuerzo, solo quienes de verdad lo conocen. Aunque salga trasquilado de cada decisión, nunca ceja en su empeño. No puede. En la historia, Peter puede parecer a veces un perdedor que nunca consigue lo que quiere, que lleva la suerte Parker a cuestas, pero para el lector, Peter es siempre un rey, un ganador. Un modelo a seguir, un triunfador que ha vencido donde de verdad importaba. (No confundir esto con el concepto moderno de personajes como Kick-Ass, por favor, que aunque sean una vuelta de tuerca del héroe de a pie, suponen una -magnífica- perversión del ideal humano que es Peter Parker convirtiéndolo en una oda friki y vanguardista).
Y todo eso es el Spider-Man clásico.
El ideal puro y sin adulterar del Superhéroe.
Una cima del concepto que a día de hoy no ha sido superada.