No sabe narrar historias de grupo. Están mal estructuradas, sólo puede prestar atención a uno o dos personajes y el resto salen de fondo, no hacen nada o sueltan una frase chorra nada más en todo el número. No consigue dinámicas de grupo, ni sabe por ejemplo coreografiar una pelea de multitudes, ni nada. Coge todas las virtudes de la etapa Stern sobre como darle cuartelillo a todo el equipo y que funcione bien engrasado, y dales completamente la vuelta. Esto no le pasa, obviamente, en otras series como Ultimate Spiderman, Daredevil o Alias.
Totalmente de acuerdo; de hecho, es la única vez que ha guionizado una colección en la que los protagonistas forman un reparto tan extenso, y termina por centrarse en dos o tres personajes a los que dar desarrollo y sobre los que depositar el peso de la historia (Luke Cage y Jessica Jones un rato, Spiderwoman, El Vigía o Clint Barton por otro) y dejar como secundarios a personajes que cuentan con sus propias series regulares guionizadas por otros autores.
Algo parecido le pasa a Brubaker (cuyos Vengadores Secretos me han parecido una colección de Steve Rogers Team-Up hasta hace bien poco, lo que no es obstáculo para que me guste dicha colección), me da que también a Kieron Gillen o, en menor medida, a Hickman.
Es de esperar que Hickman, con todo ese gran reparto de 18-20 miembros que ha juntado para sus (ilusionantes) Vengadores sepa administrar al grupo, poner a un pequeño puñado de personajes en cada arco según lo pida la situación y, de vez en cuando, hacer uno de esos números de transición en los que todos hacen algo cotidiano y que sirven para ahondar un poco en su visión de los personajes y la interrelación entre ellos; poco más le pido al respecto, porque de buenas ideas me parece que va más que sobrado.
Y luego está Remender, que sí que creo que se mueve con soltura con grupos; en ese aspecto, el tío se ha ganado toda mi admiración con sus X-Force y la forma en la que gestiona a unos personajes con los que, en algunos casos, se me antoja difícil contar cosas nuevas.
Pero gente como Wolfman, Busiek, Claremont, Byrne, etc a los que les daban igual ocho que ochenta a la hora de gestionar a un grupo me parece que poca queda en Marvel, al menos con el suficiente nombre como para hacer que un comic tenga unas amplias ventas aseguradas; y ahora mismo, me huelo que no está la cosa como para que en Marvel hagan experimentos colocando en sus colecciones punteras a guionistas que no tengan la vitola de estrellas.
Serialización de la trama; el decompressive storytelling que a tantos repatea. La trama se divide en verdaderos capítulos, pequeños fragmentos que avanzan lentamente, dando una sensación de continuidad y mayor suspense. ¿Puede una persona tardar 22 capítulos en fugarse de una cárcel? Sí, puede. ¿Puede una persona tardar 6 temporadas en entender una isla? Sí, puede. Este tipo de estructura moderna que propone Bendis, es la misma que impera hoy día en muchas series de televisión, aclamadas por crítica y público (excepto sus finales ).
Ese creo que es el más importante, al menos para mi. También es el más peliagudo, porque el
decompressive storytelling es un "tómalo o déjalo" como una catedral. Al final no deja de ser la renuncia al comic en las pequeñas minidosis que ofrecen 24 páginas en favor del arco argumental ideal para el TPB.
Yo creo que ahí tienen mucho que ver las editoriales independientes (o las que no las son, pero como si lo fueran, como Vértigo), cuyas ventas de los recopilatorios me suena que siempre son superiores a las de sus ediciones en grapa. Y si tiras de escritores que vienen precisamente de ese mundillo, es normal que se traigan su método de trabajo debajo del brazo.
Y luego supongo que también tendrá mucho que ver el hábito de consumo actual: si ahora hay mucha gente que ya no sigue una serie de televisión semana tras semana y prefiere esperar a que la temporada esté completa, bajarsela o comprarla en DVD y pulirsela en cuatro días en maratones de tres o cuatro episodios, no es de extrañar que esa tendencia se traslade a otros medios de ocio serializados.
El que no espera una semana para ver cómo continúa Breaking Bad igual tampoco se espera un mes para ver cómo siguen Los Vengadores; en lugar de eso se espera al recopilatorio, se lee el TPB del tirón y, entre medias, se va leyendo los TPBs de otras colecciones.
Que ojo, por romanticismo a mí me puede gustar más esa sensación de ir deprisa a casa con las grapas mensuales debajo del brazo, y que en esas grapas pasen cosas; pero el que estuviese acostumbro a seguir a sus heroes en tiras de prensa diarias también podría decir que ese modo de publicación es el bueno y que la grapa mensual no mola tanto.
Al final es adaptarse. Con los tebeos en sentido de lectua oriental no puedo, pero con la espera hasta que los arcos estén completos si.
Lenguaje verosímil: Los héroes pueden sonar a veces excesivamente reales, "Tontos" o mundanos, pero esto conlleva también el ahorrarnos la vergüenza ajena de escuchar frases totalmente impostadas del tipo "¡La justicia prevalecerá! No dejaré que el mal triunfe!", discursos de buena parte de los 70, y de los 60, que hoy día solo pueden verse con ojos amables.
Ahí siempre discreparemos, Essex: a mí que los superheroes con tantos años detrás hablen como superheroes no me parece mal, sino todo lo contrario. Al igual que no me gustaría ver a Spirit hablando como el prota de Scalped ni a Invencible hablando como un personaje de la Silver Age, creo que cambiar la forma de expresarse de determinados personajes de los que ya hemos leido cientos de tebeos resulta un poco como cuando te cambian la voz del tío que dobla a alguien en una peli o serie de tv. Que luego de acostumbras, pero siempre te va a terminar chocando (sobre todo cuando tiras de pelis o episodios antiguos/clásicos de ese personaje).
En Alias funciona bien, porque Jessica es un personaje nuevo, y en Ultimate Spiderman también al ser una revisión modernizada que exige una expresión adaptada a la actualidad. Incluso en Daredevil funciona bien, porque es un personaje que ha ido modernizandose muchísimo desde los 80. Pero no es de extrañar que los personajes más populares que ha tratado en sus Vengadores parezcan caricaturizados o mal caracterizados en el momento en que les das un lenguaje que ni es suyo ni lo ha sido nunca.
Por otro lado, ahí sí que creo que en otras condiciones sería más difícil que esos tebeos se les pudiesen vender a los nuevos lectores.