Si algo te gusta, no existe un buen momento para que te deje de gustar. Es decir, nunca es un buen momento para dejar de comprar comics, ni para dejar de comprar libros, ni para dejar de ir al cine, ni para dejar de comprar música, ni para dejar de ir de copas o de comer en restaurantes, etc.
Otra cosa distinta es que nunca te haya gustado ir al cine, por poner un ejemplo, y que hayas tenido que ir porque a tu pareja le molaba, o porque tu grupo iba al cine y tu no querías quedarte fuera del rollo, etc.
En ese caso, la respuesta a la pregunta es clara: dejas de hacer una cosa de la que no estás muy convencido, cuando tu cerebro consigue tener autonomía propia y decide no depender de lo que te dictan las modas o de lo que les gusta a los demás.
El caso concreto de la adolescencia. Pues es un periodo de tu vida que has de superar, como la mili cuando la había, o el divorcio cuando te toca. Unos intereses están por encima de otros y decides lo que en ese momento te pide el cuerpo. Cuando se te vuelve a aposentar la cabeza, ves las cosas con otra perspectiva y dejas de juzgarte a ti mismo o de compararte con los demás.
El caso de las épocas de crisis. Pues tu bolsillo tiene prioridades y priorizas, exactamente igual que haces con los bares de copas o los restaurantes, el cine o cualquiera de las aficiones que tengas. La necesidad no conoce conciencias. Dejas de leer comics porque no tienes más cojones que hacerlo.
El caso de dejar los comics porque no te gusta un determinado autor o lo que han hecho con un determinado personaje. Pues depende del tiempo que lleves siguiendo la serie, el personaje, o, en el caso de este foro, el género de superhéroes.
Si dejas de leer cualquier clase de comic, seguramente es que a lo mejor nunca te han gustado los comics, por mucho que hayas llegado a dar conferencias sobre ellos.
Si dejas de leer ese comic y lees otro en su lugar, no hay mucho de que preocuparse porque eso es la ley de la oferta y la demanda.
Si sólo dejas de leer comics de superhéroes, es más complicado, porque depende de lo que leas en su lugar. Pueden darse casos de intelectualidad sobrevenida, o casos de que lo que te gustaba en realidad no eran los cómics sino sólo los superhéroes y no sabías que existían otros tipos de comics que te llenan más, etc. Depende mucho de tus “inquietudes” y del tiempo en que tardes en volver a los superhéroes o de que no vuelvas nunca; y en este último caso, depende también de con qué los sustituyas o de que no los sustituyas con nada.
Y si te pasa como a mí, que lo sigues leyendo lo escriba quien lo escriba, o lo dibuje quien lo dibuje, entonces es que no tienes remedio. Es como gustarte el fútbol y ser del Atleti. Simplemente lo aceptas y te sientas a la orilla del río a mirar quien lo cruza y quien se ahoga. Y mientras tanto, vas comentando con el que tienes al lado.
