No sé por donde empezar. Es una de mis etapas preferidas de los Vengadores, así que supongo que me voy a acabar enrollando demasiado y que encima se me van a quedar muchas cosas sin comentar.
hablamos de una etapa de los vengadores que merece ser recordada(muchisimo mas en mi opnion que la de Byrne en ambas colecciones) y valorada positivamente.
Coincido totalmente contigo; de hecho, yo soy de los que van más allá y en mi consideración personal tengo a todos los números firmados por el trío Harras, Epting y Palmer, a la misma altura que puedo tener a los de Englehart, a los Vengadores de Pérez y Byrne, o a los de Stern y Buscema, que son mis preferidos a la hora de hablar de los Vengadores.
El problema que yo creo que tiene esta etapa es que está muy infravalorada, ya sea porque el guionista es Harras, que es uno de los tíos más y mejor odiados por el personal, o ya sea por la época en que se publicó, puesto que lo habitual es meter en el mismo saco a todo lo que apareció durante aquellos años.
Como le decía hace unos días a un amigo, tal y como yo lo veo, si estos números de los Vengadores se hubieran publicado cinco años antes (a la conclusión de la etapa de Stern) o cinco años después (a la conclusión de la etapa de Busiek) de la época en que aparecieron, es bastante posible que estuviesen bastante mejor considerados de lo que lo son hoy en día.
Aparte, hay cierto problema de base en cómo llegó a ver la luz. Es decir, que ésta no fue una etapa planificada por un editor que buscase un relanzamiento de la serie contratando a unos determinados autores para llevarlo a cabo, ni tampoco se discutió previamente su orientación sobre lo qué hacer o no hacer, no hubo ningún tipo de aviso a los lectores de su comienzo, ni tampoco ningún de marketing promocional en las revistas de la casa o en las del medio, etc. Muy al contrario todo fue surgiendo prácticamente sobre la marcha, sin avisar. Si me apuras, yo diría que de manera casi improvisada.
El comienzo de la etapa de Harras, Epting y Palmer tuvo lugar con
la Obsesión por Coleccionar, la saga veraniega de 1991, y que es por cierto una de mis cinco sagas favoritas de los Vengadores. En aquella época se había puesto de moda que durante los meses de verano los tebeos aparecieran quincenalmente. Es decir, que en vez de tres tebeos, aparecían seis durante esos tres meses.
Pues bien, el entonces editor de los Vengadores, Howard Mackie, se había hecho cargo de los guiones de la nueva serie del Motorista Fantasma, llamándole mucho más la atención las labores de escritor que las de editor. Sin contar con que los guiones de Web of Spiderman estaban también a punto de llegar a sus manos, su mujer se encontraba además a punto de dar a luz, por lo que decidió abandonar totalmente las labores de editor y centrarse en su nueva actividad de guionista. El resultado fue que Ralph Macchio se encontró de repente como editor de los Vengadores, con unos tebeos que debían salir quincenalmente durante tres meses.
El guionista Larry Hama no se encontraba tan a gusto en los Vengadores como en Lobezno. Cuando Mackie, antes de irse, le comentó a Hama que el tebeo iba a salir quincenalmente durante los meses veraniegos, Hama le respondió que tenía demasiado trabajo con Lobezno y sugirió que otro escritor llevase a cabo la saga veraniega, tal y como había hecho Nicieza el año anterior.
Sin escritor para los seis números, Mackie le pidió como favor a Bob Harras que escribiera una historia en seis partes para aquella saga veraniega que ya estaba prevista, aceptando Harras hacerse cargo de los seis números sin previsión de hacerse cargo de ninguno más debido al trabajo que entonces tenía entre manos: editar y coordinar
la Saga de la Isla Muir para X-Men y X-Factor, aparte de la difícil transición que había que llevar a cabo a causa de la inminente marcha de Claremont y el lanzamiento de la segunda serie de la Patrulla X.
Ya con Macchio a las riendas, al leer éste el guión de
la Obsesión por Coleccionar, lo tuvo claro y le pidió a Harras que siguiera haciéndose cargo de los guiones de los Vengadores. A Harras le gustaban los Vengadores, habiéndole sabido a poco su experiencia con aquel fill-in que había hecho en plena etapa de Stern. Además, estaba más que conforme con el resultado de la Obsesión por Coleccionar y como editor de Hama en Lobezno prefería tenerle a éste centrado en su serie. Y sobre todo, le había entrado el gusanillo de volver a escribir, pudiendo además hacerlo en una de sus series favoritas, toda vez que la Saga de la Madonna Celestial y los Vengadores de Englehart eran uno de sus referentes en el mundo de los tebeos.
Así y todo, hubo que esperarle un par de meses para que se incorporara de pleno al equipo creativo, puesto que hasta que no tuvo completamente cerrado todo lo referente a cómo quedaban las series de mutantes post-Claremont no pudo dedicarse de lleno a la serie.
Y si problemático fue encontrar un editor y un guionista, la llegada de Steve Epting fue igual o todavía más accidentada.
Tom DeFalco se acababa de llevar a Paul Ryan con él a los 4F, es decir, que los Vengadores no sólo se iban a quedar sin editor y sin guionista sino que además se acababan de quedar sin dibujante, no ya para la saga veraniega, sino para lo que iba a venir después.
A punto de marcharse, Howard Mackie había contratado a dos dibujantes para llevar a cabo la saga quincenal, Andy Kubert y un novato llamado Steve Epting que había hecho unos back-ups para Nexus y un par de miniseries (Hammer of God y Sword of Justice) también para la difunta First Comics.
Si bien ambos dibujantes iban a alternarse durante la saga quincenal, al final Kubert sólo llegó a hacer el primer número de la misma al tenerse que encargar también de algún número de la saga de la Isla Muir y no ser lo suficientemente rápido, por lo que el recién llegado Macchio no tuvo otra opción que encargar al recién llegado Epting los cinco números restantes. Teniendo en cuenta que Epting tampoco ha sido nunca demasiado rápido y las condiciones en las que se vio obligado a aterrizar, supongo que os explicaréis la razón de que algunas páginas de
la Obsesión por Coleccionar tengan el aspecto que tienen. En todo caso, ayudado por el más que competente Tom Palmer, Epting se desenvolvió lo suficientemente bien como para quedarse como dibujante fijo de la serie a pesar de su inexperiencia.
Como ha dicho Pato a la hora de comentar los rostros de las viñetas, es cierto que Epting aún tenía mucho que aprender, pero si vemos las cosas con perspectiva, su primer año de trabajo no tiene nada que ver con su último año en la serie, donde su composición de las páginas era ya más que notable, interpretaba a la perfección los guiones de Harras y demostraba tener un perfecto sentido de la narrativa a la hora de leerse sus páginas, algo que no podían decir otros dibujantes de aquella misma época noventera. Sus portadas además siempre tenían un punto dinámico que me encantaba, pero es que además a medida que fue evolucionando como dibujante, cada vez hizo mejores portadas. Las últimas que hizo para los Vengadores me parecen muy reseñables.
Aparte, ya desde su inicio, tenía otros puntos fuertes, como la visualidad de sus escenas de batallas o su talento a la hora de diseñar nuevos uniformes para los personajes.
Estos son diseños originales de Epting para Crystal y la Visión. El de Crystal fue reutilizado por el propio Epting para la viñeta de presentación del nuevo uniforme de la inhumana en el #360, mientras que el de la Visión (o mejor habría que decir el de la Antivisión) también se presentó en el mismo número, cambiando únicamente el color del rostro del androide que acabaría siendo del tradicional color rojo.

Yo sé que el Epting de hoy en día es mucho mejor dibujante que aquel principiante que apareció de repente y de la nada en los Vengadores, y seguro que lo vamos a comprobar en su inminente regreso a la serie con Hickman, pero aún así, yo siempre tendré entre mis favoritos a aquel diamante en bruto que fue puliéndose número a número y portada a portada en aquella estupenda e infravalorada época en los Vengadores.
Por último, no quiero quedarme sin comentar nada del entintado de Tom Palmer, que aunque, como siempre, marcaba mucho con sus tintas los lápices del dibujante al que entintaba, ese entintado me resultaba imposible no asociarlo con la grandeza y el clasicismo de los años en que el propio Palmer había entintado a John Buscema y Neal Adams dentro de la serie.
Sentido de grandeza. Eso es lo que yo creo que Tom Palmer aportó a los guiones de Harras y los lápices de Steve Epting.
las chaquetas, que a mi la verdad, es que me encanta como les queda
Efectivamente, a mí también me encantaba cómo les quedaban. El diseño de Cristal de antes, o esta otra portada de la saga final de los recolectores, yo creo que son una buena muestra de la imagen que tenían aquellos vengadores noventeros. Incluso, como curiosidad, en el logo del 30 Aniversario, se puede ver una imagen del Capi con ella que luego finalmente no llegó a aparecer en ningún tebeo.

Estas cazadoras de cuero fueron precisamente uno de los motivos de que la gente se quejase de que Harras estaba haciendo a los Vengadores cada vez más parecidos a los X-Men, puesto que la idea original procedía precisamente de Jim Lee (dibujante noventero por excelencia). En el fondo, yo creo que tampoco se fue muy justo con esta crítica, porque cuando te leías el tebeo, estaba claro que aquellos eran los Vengadores y no los X-Men.
Otra cosa distinta es que el 30 Aniversario del grupo coincidiera con el de los X-Men (el primer número de ambos tebeos apareció con fecha Sep. 1963), y que Harras aprovechase su posición como guionista de un grupo y editor del otro para conmemorar de manera conjunta su aniversario. Eso hizo que algunas de sus tramas fuesen de la mano para llegar a su conclusión/conmemoración final con el crossover
Lazos de Sangre, que por cierto, se vio bastante alterado en lo que era su planteamiento inicial a causa del final de la saga
Atracciones Fatales en los X-Men, puesto que inicialmente el villano no iba a ser Exodus, sino el propio Magneto secuestrando a su nieta Luna. Para que veáis como fueron cambiando las cosas, creo que esta evolución de la famosa portada de platino del Avengers #369, habla por sí sola de lo que sucedió.



Los villanos tienen el punto justo de misterio para que quieras saber mas de ellos(creo que Proctor es un gran villano que ha tenido el grupo al que se le suele olvidar injustamente, tal vez porque su historia termino en esta etapa)
Para mí también Proctor y los Recolectores son de los mejores villanos que han pasado por la serie.
Desde mi punto de vista, lo más acertado fue precisamente que los Recolectores no se limitaban a ser un reflejo en el espejo de la propia imagen de los Vengadores, sino que iban más allá. El Espadachín sí que era claramente una contrapartida del Espadachín que había fallecido durante la saga de la Madonna Celestial, y la Antivisión era también claramente una contrapartida malvada de la Visión del Universo Marvel tradicional, o también el Tigre de Azabache que Proctor enviaba a Wakanda para deshacerse de la Pantera. Pero el resto no eran identificables como vengadores, aunque la presencia de los otros sí te sugería esa relación.
Y luego estaba el propio Proctor, que yo creo que nadie se esperaba que fuese una contrapartida de quien al final resultaba ser, pero que con toda la trama de triángulos amorosos y demás que se acababa de desarrollar ante nuestras narices, no quedaba otra más que fuera él. Me pareció una manera lógica y bien pensada de atar cabos y de dar sentido además a la historia de amor que se había producido en la serie, y sobre todo, al estupendo final del #375.
a pesar de que lo del triangulo sea una formula bastante manoseada, Harras la sabe tratar con dignidad, añadiendo el toque tragico de la incipiente locura de Sersi y no deja de lado al resto del equipo
Creo que tienes que tener en cuenta una cosa importante: que al igual que Busiek, Harras era también un fan declarado de la Saga de la Madonna Celestial de Englehart, con aquel triángulo/rectángulo amoroso formado por Mantis, el Espadachín, la Visión y Wanda.
Como contaba Harras en una entrevista dentro de aquel número del Marvel Age dedicado al 30 Aniversario del grupo, para él, uno de los elementos que mejor habían funcionado a lo largo de la historia de los vengadores fue precisamente aquella relación amorosa a cuatro bandas que Englehart mantuvo en la base de la Saga de la Madonna Celestial (pequeñas historias humanas, dentro de una saga de proporciones cósmicas, creo que la llamó). Y eso, que a él tanto le había gustado, lo echaba a faltar en la serie desde entonces. Ese fue el motivo de que montase aquel triángulo/rectángulo entre Crystal, Sersi, Mercurio y el Caballero Negro y de aquel final de la Saga de Proctor.
Respeto tu opinión, pero para mí de fórmula manoseada tenía poco. Era más bien devolver a la serie de los Vengadores algo que era suyo y que los demás guionistas se habían olvidado al centrarse más en la relación final de la Visión y Wanda que en lo que había sucedido a lo largo de la misma.
Para mí fue un acierto y le dio un alma a aquella etapa de los Vengadores, igual que el anterior triángulo amoroso se lo había dado a los Vengadores de Englehart en los 70.
Se me quedan en el tintero muchísimas cosas más que quería comentar a propósito de esta viñeta, por ejemplo, cómo hacer unos Vengadores sin el Capitán América tras la conclusión de la Tormenta Galáctica y lo que después supuso el regreso de éste al grupo, la imposibilidad de usar a Eric Masterson ante los acontecimientos que se estaban produciendo en su serie, etc. Pero como dice Víctor, lo mejor que podéis hacer todos aquellos que os gusten los Vengadores y que no conozcáis esta etapa, es buscaros la vida y haceros con los números que van desde el #334 al #375 USA a través del mercado de segunda mano.
Sinceramente, es la mejor recomendación que se puede hacer a cualquier buen aficionado de los Vengadores.
