Es una historia curiosa que parte de los números de Generación-X de la época. En ella tenemos una especie de romance de Howard el Pato con otro de los personajes y Franklin debe asumir la muerte de sus padres (aunque luego descubriera que no estaban muertos. ¡Normal que no crezca con tanto trauma!). No es la panacea, pero está entretenida y, como digo, sirve de complemento a la etapa de Generación-X.