Sois los amos
Me encanta que más gente haya pensado lo mismo. Demuestra dos cosas: que hemos entrado en el juego que quería el guionista (cosa fácil, se trata de matar gente) y que estamos fatal
Respondo a
Ibaita: jamás podré contestar porque no tengo una death note y es algo de ficción. Podría decir muchas cosas, proclamar muchos valores, pero con algo tan serio como la muerte y que puede crear tantos universos paralelos (lo que proponéis... ya me diréis si no cambia el mundo, me atrevería a decir que casi cualquier cacharro de la ci-fi), sinceramente, sabiendo que no existe ni existirá, no puedo contestar.
Pero claro que deseamos la muerte de los que proponéis. Bueno, que no existan. Bueno, ojalá pudiera matarlos sin dejar rastro... voy a releer el mensaje de Ibaita, llamar a Doraemon (en el siglo XXII hay de todo, seguro)...
El caso es remarcar bien el mensaje para que los sustitutos de los cargos muertos no hagan lo mismo. Por ejemplo, en mitad de un discurso. Tenemos a un político dando un discurso, y de repente empieza a pegar saltos y grita "¡Él vendrá a por nosotros! ¡Asesinará a todos los hombres malvados!" y se muere. A ser posible, que alguno de ellos deje pistas falsas, en plan "¡Es el segundo Mesías! ¡Nacerá en la tierra donde da el sol dentro de una semana!", para despistar lo máximo posible Además el hecho de hacerlo pasar por un castigo divino con tanta seriedad haría que mucha más gente creyera que es algo correcto y bueno
La verdad es que mientras iba leyendo la serie y planeando cómo usaría mi Death note me iba asustando de lo psicópata que puedo llegar a ser
No he pasado del primer tomo, pero... ¿podías hacer que la víctima -y verdugo
- dijera lo que tú quisieras antes de morir? Porque no lo conocía. De todas formas, podrías llamar a Doraemon, viajar al pasado, esperar a que Bush hijo suelte algo de Dios, y vualá, ya tienes tu mensaje de corte religioso
Aunque claro, puedes pensar que es Alá el que se lo ha cargado, y entonces quizá los fundamentalistas ganaran la batalla del miedo... difícil, la verdad.