1
Panini / Re:Clásicos Revisitados: Club de Lectura de la Biblioteca Marvel
« en: Ayer a las 08:08:41 »
Saltemos ahora a la BM Namor nº 3 para echar un vistazo a lo que hace el Hombre Submarino en el Tales to Astonish #94, un olvidable episodio donde continúa la mediocre etapa de Roy Thomas y Bill Everett.
¡INDEFENSO A MANOS DE DRAGORR!
- Culpando a los hombres de la superficie de haber lanzado intencionadamente los residuos radioactivos que crearon al monstruo "Eso" en la aventura anterior, Namor convoca su Consejo de Guerra donde se decide declararles de nuevo la guerra (un subargumento olvidado rápidamente en los próximos números). Se comenta que Atlantis posee un Consejo de Guerra para asuntos militares, y un Consejo de Ancianos para asuntos civiles, habiendo decidido Namor ignorar la opinión de este último. Lady Dorma teme que eso pueda suponer el fin de Atlantis, por lo que cuestiona la decisión y su Príncipe se enfurece con ella
- Es curiosa la evolución del personaje de Dorma, que ha sido mal desarrollado y no sigue ninguna lógica. Cuando fue presentado en Fantastic Four era claramente una villana: maquinadora, envidiosa, odiaba a los hombres de la superficie y no dudaba en intentar asesinar a una Chica Invisible a la que consideraba una rival por las atenciones de Namor. Sin embargo, en esta serie casi desde el comienzo tiene muchas más cualidades positivas: se la percibe prudente y juiciosa, se sacrifica por el bien de Atlantis y Namor, y respeta algo más a los seres humanos (aunque sin tenerles en gran estima). Me imagino que, al ser el interés romántico del protagonista, había que cambiar el enfoque del personaje para que los lectores no la encuentren odiosa y detestable. Aquí incluso adopta la posición de heroína, siendo ella quien salva al protagonista en esta aventura.
- Mientras Namor medita cómo llevar a cabo una ofensiva que pueda causar daño a las naciones de la superficie, llega a Atlantis un mensaje enviado por Dragorr, el recientemente nombrado dictador de una pequeña nación sudamericana. Propone una alianza al Hombre Submarino, algo que Namor considera un insulto porque desprecia por igual a todos los humanos sin distinción de países. Decidido a darle una lección, el Príncipe de Atlantis se dirige a atacar solo ese pequeño país.
- Primera (y única) aparición del Gnomo, un científico que sufre de enanismo y que es en realidad quien asume la identidad de Dragorr, un exoesqueleto-robot que utiliza el villano para adoptar una apariencia que infunda respeto y temor a sus hombres. El Gnomo, con su armamento avanzado, tiende una trampa a Namor e intenta controlarlo para que el Hombre Submarino acabe con una revolución que está sufriendo en su país (en realidad parece que solo había logrado controlar la capital). Gracias a la intervención de Dorma, Namor consigue liberarse y aplasta al Gnomo, que es capturado por los rebeldes.
- Algunos detalles "deus ex-machina" en el texto parecen haberse colocado a posteriori para justificar ciertos descuidos en las páginas dibujadas por Bill Everett: Norma dice que puede localizar a Namor gracias a que cada atlante tiene grabado su patrón genético y puede ser ubicado a distancia por una especie de GPS (absurdo que ésto no se haya usado antes, cuando Namor había desaparecido otras veces). Al mismo tiempo, Dorma dice que puede respirar 1 hora en la superficie gracias a una milagrosa poción que ha tomado, pero parece más bien que Bill Everett se olvidó de dibujarle una escafandra en la cabeza. Parece mentira que el propio creador del personaje no ponga más esmero en evitar cometer estas garrafadas que contradicen episodios anteriores.
En fin, todo flojísimo. Thomas y Everett se empeñan en ofrecernos una serie mediocre llena de tics y clichés de los desfasados Años 40 y 50, en contraposición del resto de colecciones Marvel, que tenía un estilo mucho más fresco y novedoso que causaba furor por aquél entonces. Seguramente Everett, un autor ya pasado de moda y que llevaba toda su carrera haciendo este tipo de cómics, no podía evitarlo, pero Thomas parece que le sigue la corriente para que la colección tenga un regusto muy clásico que pudiera gustar a algún lector viejuno, si es que quedaba alguno (debía haberlos, ya que colecciones con reediciones de la Edad de Oro como "Fantasy Masterpieces" vendían bien). No recomendado.
¡INDEFENSO A MANOS DE DRAGORR!
- Culpando a los hombres de la superficie de haber lanzado intencionadamente los residuos radioactivos que crearon al monstruo "Eso" en la aventura anterior, Namor convoca su Consejo de Guerra donde se decide declararles de nuevo la guerra (un subargumento olvidado rápidamente en los próximos números). Se comenta que Atlantis posee un Consejo de Guerra para asuntos militares, y un Consejo de Ancianos para asuntos civiles, habiendo decidido Namor ignorar la opinión de este último. Lady Dorma teme que eso pueda suponer el fin de Atlantis, por lo que cuestiona la decisión y su Príncipe se enfurece con ella
- Es curiosa la evolución del personaje de Dorma, que ha sido mal desarrollado y no sigue ninguna lógica. Cuando fue presentado en Fantastic Four era claramente una villana: maquinadora, envidiosa, odiaba a los hombres de la superficie y no dudaba en intentar asesinar a una Chica Invisible a la que consideraba una rival por las atenciones de Namor. Sin embargo, en esta serie casi desde el comienzo tiene muchas más cualidades positivas: se la percibe prudente y juiciosa, se sacrifica por el bien de Atlantis y Namor, y respeta algo más a los seres humanos (aunque sin tenerles en gran estima). Me imagino que, al ser el interés romántico del protagonista, había que cambiar el enfoque del personaje para que los lectores no la encuentren odiosa y detestable. Aquí incluso adopta la posición de heroína, siendo ella quien salva al protagonista en esta aventura.
- Mientras Namor medita cómo llevar a cabo una ofensiva que pueda causar daño a las naciones de la superficie, llega a Atlantis un mensaje enviado por Dragorr, el recientemente nombrado dictador de una pequeña nación sudamericana. Propone una alianza al Hombre Submarino, algo que Namor considera un insulto porque desprecia por igual a todos los humanos sin distinción de países. Decidido a darle una lección, el Príncipe de Atlantis se dirige a atacar solo ese pequeño país.
- Primera (y única) aparición del Gnomo, un científico que sufre de enanismo y que es en realidad quien asume la identidad de Dragorr, un exoesqueleto-robot que utiliza el villano para adoptar una apariencia que infunda respeto y temor a sus hombres. El Gnomo, con su armamento avanzado, tiende una trampa a Namor e intenta controlarlo para que el Hombre Submarino acabe con una revolución que está sufriendo en su país (en realidad parece que solo había logrado controlar la capital). Gracias a la intervención de Dorma, Namor consigue liberarse y aplasta al Gnomo, que es capturado por los rebeldes.
- Algunos detalles "deus ex-machina" en el texto parecen haberse colocado a posteriori para justificar ciertos descuidos en las páginas dibujadas por Bill Everett: Norma dice que puede localizar a Namor gracias a que cada atlante tiene grabado su patrón genético y puede ser ubicado a distancia por una especie de GPS (absurdo que ésto no se haya usado antes, cuando Namor había desaparecido otras veces). Al mismo tiempo, Dorma dice que puede respirar 1 hora en la superficie gracias a una milagrosa poción que ha tomado, pero parece más bien que Bill Everett se olvidó de dibujarle una escafandra en la cabeza. Parece mentira que el propio creador del personaje no ponga más esmero en evitar cometer estas garrafadas que contradicen episodios anteriores.
En fin, todo flojísimo. Thomas y Everett se empeñan en ofrecernos una serie mediocre llena de tics y clichés de los desfasados Años 40 y 50, en contraposición del resto de colecciones Marvel, que tenía un estilo mucho más fresco y novedoso que causaba furor por aquél entonces. Seguramente Everett, un autor ya pasado de moda y que llevaba toda su carrera haciendo este tipo de cómics, no podía evitarlo, pero Thomas parece que le sigue la corriente para que la colección tenga un regusto muy clásico que pudiera gustar a algún lector viejuno, si es que quedaba alguno (debía haberlos, ya que colecciones con reediciones de la Edad de Oro como "Fantasy Masterpieces" vendían bien). No recomendado.