X-MEN 4Capítulo 6:
(Los X-Men llegan por fin a la mansión, en un coche tan magullado como ellos mismos. En la entrada, un hombre negro con una extraña cicatriz en forma de M en la cara les espera.)
Bishop: Agente Bishop del FBI, departamento de casos mutantes, ¿teneis unos minutos?
Tormenta: Claro. Usted es amigo de el señor Hank McCoy, ¿verdad? Entre.
(Abren la puerta de la mansión)
Bishop: Me gustaría hablar con vosotros dos a sólas (dice, mientras mira a Pícara).
Tormenta: Por sùpuesto. Pícara, vete a la cama, estarás cansada. Ya hablaremos de lo sucedido mañana.
Pícara: Está bien, la verdad es que estoy agotada.
Tormenta: Gracias.
(Pícara sube las escaleras yse dirige a su habitación. Los pocos estudiantes que quedan levantados cuchichean entre ellos. Saben lo de Bobby, seguro que Kitty lo había contado. Pícara entra en su habitación y cierra la puerta. Da un puñetazo en la pared y cae al suelo de rodillas. Llora.)
(Despacho de Tormenta)
Tormenta: Está bien, agente, ¿qué es lo que ocurre?
Bishop: Como ustedes sabran, la cura está fallando, y miles de mutantes están recobrando sus poderes, y en algunos casos con resultados desastrosos.
Tormenta: Sï, por desgracia, lo sabemos.
Bishop: He de decir que ya se conoce la causa y en breve se comunicará al público. La Cura no es eterna, al cabo de un tiempo desparece del cuerpo, devolviendo sus poderes al mutante; hasta aquí, bien, lo único que tienen que hacer los mutantes es ir periódicamente a su médico de cabacera a pedir recetas de la Cura. No obstante, nos preocupa una cosa.
Lobezno: Vaya al grano.
Bishop: Algunos mutantes fueron obligados a tomar la Cura, aquellos cuya existencia ponía en peligro a la humanidad. Uno de esos mutantes es Magneto.
Tormenta: Entonces... ¿quiere decir que Magneto vuelve a estar en activo?
Bishop: Eso no es lo peor. Ocho de los mutantes más peligrosos han sido liberados, creemos que ha sido Magneto, por las huellas que ha dejado.
Lobezno: ¿Que clase de huellas?
Bishop: Gente empaldad con los barrotes, por ejemplo. Y un hombre con un llavero en la tráquea. Y esto sólo es la punta del iceberg.
Lobezno: ¿Qué insinua?
Bishop: A lo largo del día, se han sucedido multiples atentados perpetrados por mutantes jóvenes en todo el país. En nuestro propio cuerpo, por ejemplo, hemos sido atacados por un mutante generador de Rayos de Plasma, que se hacía llamar Kaos. Pero este ataque no es el único: El ataque de un mutante hipervelocista conocido como Pietro Maximoff ha sorprendido a todos los bancos de Nueva York; al mismo tiempo, la policía de Chicago trataba de detener a Shiro Yashida, que se estaba divirtiendo abrasando vivos a los profesores de un instituto. Y por supuesto, el ataque de Alison Blaire, que por fortuna vosotros habeis puesto fín.
Tormenta: ¿Como sabe eso?
Bishop: Soy un agente del FBI, sé muchs cosas. Como decía, se ve a la legua que estos ataques no son hechos aislados. Parece como si alguien les estuviera dirigiendo.
Lobezno: Pero eso es una locura; ni siquiera Magneto puede comunicarse con mutantes de distintas ciudades en un día.
Bishop: Magneto no, pero ella sí (Deja sobre la mesa un informe). Esta es la mutante conocida como Emma Frost, una de las mutantes que fue lberada durante el ataque. El motivo de su encierro fue el descubrimiento de una secta de mutantes conocida como Fuego Infrnal, de la que ella era la sacerdotisa. Por supuesto, ninguno de los mutantes era de esa secta por su voluntad: Miss Frost los controlaba mentalmente.
Tormenta: Entonces, ¿Magneto tiene una telépata a sus órdenes?
Bishop: Sí
Tormenta: Pero para comunicarse con tantos mutantes necesitaría una máquina semejante a Cerebro...
Bishop: Bueno, pensamos que la tiene. Al fin y al cabo, ayudó a vuestro difunto profesor contruir el vuestro.
Lobezno: Entonces, ¿qué quiere?
Bishop: Sólo manteneros informados de la situación. Me gustaría que pudiéramos comunicarnos de alguna forma, por seguridad.
Tormenta: Está bien. ¿Algo más?
Bishop: Sí. Proteja a sus estudiantes de los racistas... esto se va a poner feo.
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