Gracias chicas, vosotras sí que soys las mejores
X-MEN 5Capítulo 56CICLOPE: Han cesado, las explosiones han cesado.
BESTIA: Me pregunto porqué.
JEAN: Tal vez hayamos perdido.
CICLOPE: No pienses en eso ahora.
La puerta del avión se abrió. Scott se giró y se llevó la mano a las gafas, dispuesto a disparar. Pero no lo hizo, era Tormenta.
CICLOPE: Ororo.
Jean giró la cabeza para mirar a su amiga, y sus ojos se llenaron aún más de lágrimas.
JEAN: Ro’… perdóname.
TORMENTA: Shhh. Calla, hermana, ahora estoy contigo. Soy yo la que debería pedirte perdón.
Tormenta miró a Hank y le dedicó una amplia sonrisa que a él le descolocó.
JEAN: Scott… algo no va bien.
CICLOPE: ¿A qué te refieres?
JEAN: Al niño.
HANK: Jean… todo va bien, créeme.
Jean negó con la cabeza y volvió a gritar. Tormenta se apresuró a coger su otra mano, mientras miraba a Destino y se preguntaba si aquella era la mujer por la que habían arriesgado tanto.
BESTIA: Dios, ya lo veo.
Jean se retorció de dolor y Hank, nervioso quiso terminar con aquello ayudando al niño a salir.
Cuando Scott pensaba que Jean no podría más, un sonido angelical rompió el tenso silencio, el primer llanto de un niño.
Scott le besó la mano a Jean, que por fin respiró, y Tormenta le sonrió dándole la enhorabuena.
Hank se quedó de pie, con el bebé envuelto en unas toallas, mirándolo fijamente, con una mezcla de frustración y pavor en la cara.
A Scott se le desencajó el rostro del escalofrió que le corrió la espalda.
El llanto del bebé se frenó de repente.
SCOTT: Hank… Hank, por favor. ¿Qué pasa?
Hank levantó la mirada para encontrarse a sus compañeros que lo miraban aterrorizado.
JEAN: Henry. ¿Está bien? ¿Está… vivo?
Los ojos de Hank se nublaron y esbozó una sonrisa.
BESTIA: Sí.
Tomo aire.
BESTIA: Es una niña.
Todos en el avión se miraron y acto seguido buscaron con la mirada a Destino, que respiró despacio y asintió como comprendiendo algo.