Por finnnnn
X-MEN 5
Capítulo 50Lobezno levantó al pesado mutante, lo echó a un lado y sacó a Pícara.
Le daba miedo tocarla, no la sentía respirar y sus labios empezaban a estar morados.
Le puso la mano en la cara para que absorbiera su poder de curación, pero Pícara no estaba herida exteriormente, estaba rota por dentro.
Kitty salió de entre los escombros en fase y se encontró con la escena. Júbilo, al otro lado de la calle se había puesto a llorar mientras seguía luchando contra los Centinelas.
Bobby descendió de su ola de hielo y se acercó a donde Logan sostenía en brazos a Pícara. Se arrodilló a su lado y no pudo más que agachar la cabeza.
Una voz detrás de ellos les gritó. Era Wanda que luchaba en vano contra los cyborgs.
WANDA: ¡X-Men, no os detengáis, os necesitamos!
Pero Wanda no había visto que Pícara había caído, cuando en la multitud se hizo un hueco que le permitió ver la escena lo comprendió.
WANDA: Oh, Dios mió.
GAMBITO: ¿Qué ocurre?
Gambito luchaba sin descanso a su lado.
WANDA: Una chica, un X-Men, ha caído.
Gambito se detuvo en seco. “Por favor, que no sea ella, por favor” rezaba en su mente.
Se hizo paso hasta la zona de la catástrofe y la vio inmóvil acurrucada en el regazo de Lobezno.
GAMBITO: ¡No!
Se la arrebató a Logan y comenzó a llorar.
GAMBITO: ¡No, por Dios, chére!
Logan se levantó, incapaz de hacer nada. Y se dedicó a mirar la zona de devastación. Se fijó en el mutante que la había aplastado.
Si no fuera por él seguiría viva.
Se agachó a su lado y lo observó.
Aquel mutante no había muerto aplastado. Su constitución, su fuerza, se lo impedía. Había muerto por otra cosa. Lo giró y lo puso boca arriba, le miró la cara. Estaba casi descompuesta, blanquecina, y las venas se le abultaban demasiado, era como si le hubieran robado el aliento de la vida. Como si le hubieran absorbido el alma.
Se giró rápido.
LOBEZNO: ¡Gambito, no la toques!
Gambito no comprendió y miró a Logan. De repente comenzó a convulsionarse, le daban espasmos y le faltaba el aliento.
LOBEZNO: ¡Está viva!
Gambito la soltó y el dolor se detuvo. Logan se acercó. Y le puso la mano desnuda en la frente.
LOBEZNO: Vamos, cielo, regenera cada uno de tus huesos.
Pícara abrió los ojos y absorbió una bocanada desesperada de aire. Se aferró al brazo de Logan y tembló de dolor. Cada una de sus costillas rotas volvieron a juntarse, sus huesos se repararon, sus pulmones aplastados volvieron a respirar.
LOBEZNO: Está bien. Está bien.
Miró a todos los mutantes que se habían congregado alrededor para observar la escena, y a los Centinelas, que no se detenían ante nada.
LOBEZNO: Todos a por esos Centinelas. ¡Ya!
Bobby asintió y volvió a la tabla, pero le costaba concentrarse. Todos volvieron a lo suyo, sin poder olvidar lo ocurrido, y pensando que tal vez a ellos les ocurriera algo parecido y quizás no tendrían tanta suerte. Pero la verdad es que saber que Logan estaba en el campo de batalla les daba confianza y valor.
Gambito no se movió de su lugar junto a Pícara. Logan sudaba debido a la absorción a la que estaba siendo sometido.
LOBEZNO: Pequeña, en unos minutos estarás bien.
Pero se sorprendió al ver que Pícara ya casi se movía como si no le hubiera pasado nada. Apartó la mano de Logan y lo miró a los ojos.
PICARA: ¿Lobi?
GAMBITO: Chére, ¿estas bien?
PICARA: ¿Remy?
Pícara saltó a los brazos de Gambito y del impulso lo lanzó al suelo.
PICARA: No debí de dejar que te marcharas, perdóname, te quiero.
GAMBITO:
Moi aussi. Je t’aime trop.LOBEZNO: Pícara. ¿Qué pasó ahí debajo?
Pícara se levantó del suelo y levantó a Gambito con una mano.
PÍCARA: Se me vino encima. Todo se me vino encima. Alguien cayó sobre mí, traté de que no me tocara, pero no pude tapar mi cara, empecé a absorberlo, sus recuerdos, sus pensamientos… sus poderes.
Pícara se miró las manos y acto seguido golpeó el cuerpo del Centinela caído. Este, por el golpe se movió unos metros. Se miró de nuevo las manos asustada.
LOBEZNO: Eso podría sernos útil ahora. No sabremos cuanto durará esta vez. Vamos X-Men.
Lobezno salió corriendo calle abajo en busca de un Centinela que había al fondo de la avenida. Pero no le dio mucho tiempo a recorrer una gran distancia cuando un grito de Pícara lo atemorizó.
PICARA: ¡Remy!
Logan se giró y vio a Pícara volando unos metros por encima de Gambito, que la sujetaba con una mano. Asustada por no saber cómo detener aquello.
Logan sonrió.
LOBEZNO: Dos por uno.