¿Quién se iba a llevar a Juggy ccon lo que tiene que pesar? como no sea coloso...
Y no te preocupes no has mencionado a mística, queria decir que como perdio sus poderes o puede ser Kelly. Continua el guión, quiero saber como acaba.
Y si no has mirado mi firma, decir que soy psycho_killer, espero que este permitido cambiarse el nick, el que tenia no me convencia.
Si pongo mucho en un mensaje, no se ve permitirá, así que mejor lo pongo aquí.
En cuanto a Mística, decirte que se le ha concedido una amnistía (¿Se dice así?) por confesar el paradero de Magneto.
En ese instante un grupo de personas entró en la sala.
Lobezno, Tormenta, la Bestia, Coloso, Kitty, Hombre de Hielo y Ángel.
-Vaya, los X-Men…-Magneto se fijó en que Coloso era humano. Se acabó el plan de desintegrarle y convertirle en cientos de pequeñas púas que lanzaría contra sus enemigos.
-Esto se acaba aquí y ahora, Magneto-rugió Lobezno sacando las garras.
-Me temo, Logan, que ahora nadie me va a inyectar una cura por la espalda-Magneto miró con odio a la Bestia-. Espero que sepáis contemplar vuestro mayor fracaso. La ley ha sido aprobada, y me temo que tendréis que ir a Genosha, como el resto de los mutantes. ¡Juggernaut! ¡Ataca!
Juggernaut embistió contra los X-Men. Kitty se colocó la primera. Juggernaut la apuntó directamente a ella, pero en el último momento ésta se hizo intangible y Juggernaut pasó a través de ella. Quedó confundido, y Coloso aprovechó para golpearle fuertemente. Juggernaut cayó al suelo y Logan le colocó las garras en la garganta.
-Adelante, clávaselas-murmuró Magneto-. Ya no me es útil.
Magneto extendió el brazo hacia Logan y controló el suyo, haciendo que éste clavara sus garras en la garganta al Juggernaut. Magneto desvió el brazo hacia la cabeza y las garras le atravesaron la barbilla. Estaba definitivamente muerto.
Hank saltó hacia Magneto, que le golpeó con su esfera, derribándolo. La esfera cambió de dirección y aplastó el cráneo a Pyros. Madrox se preparó y creó varios duplicados de sí mismo, pero fue inútil. Magneto reventó las tuberías del subsuelo. Brotaron unos chorros de agua, pero también unos de vapor hirviendo que alcanzaron en la cara al auténtico Hombre Múltiple.
-No lo entendéis, X-Men-dijo Magneto levitando a la vez que con la esfera abría un agujero en el techo-. La ley ha sido aprobada. Ya no tenéis dónde ir ni dónde esconderos.
Capítulo III: Consecuencias
En la actualidad.
Charles Xavier miraba aterrado la televisión.
-Los mutantes ya están siendo llevados a Genosha. La mayoría oponen resistencia, pero hasta el momento reducirlos no está resultando ningún problema a pesar de que el Gobierno no puede usar la cura como arma…
-Pero… Los X-Men…-dijo Charles.
-Oh, lo siento, Charles-se disculpó Moira-. Hace tiempo que no veo las noticias. Vi hace unos días cómo planeaban aprobar la ley, pero no tenía ni idea…
-Tengo que encontrarlos.
-¡¿Qué?!
-Moira, tengo que encontrarlos.
-Charles, están en Genosha. No puedes…
-Podré. Tengo que reunir un nuevo grupo.
Hace días.
Robert Kelly se adelantó.
-Pe… Permítanme darles las gracias por… Por salvarnos.
Los X-Men se miraron los unos a los otros. Era la primera vez que les daban las gracias.
-Cre… Creo que podremos concederles un… permiso.
Volvieron a mirarse los unos a los otros.
-Sí-Kelly comenzó a hablar con más naturalidad-. Para que puedan escoger el lugar donde quieran ir. En lugar de ir a… a Genosha.
Un hombre vestido de negro se adelantó.
-Sí, estoy de acuerdo con Kelly. Lavaremos el cerebro a los periodistas.
Los periodistas lanzaron un murmullo de desacuerdo y terror que no sirvió para nada.
En la actualidad.
-…se calcula que el 50% de los mutantes de EEUU ya están en Genosha o siendo enviados. Ahora, cambiando de noticias, seguimos sin tener nada sobre los criminales que se hospedan en Australia. Se hacen llamar los Cosechadores…
El dueño de la taberna El León Rojo comenzó a prestar más atención. Entonces, un hombre medio muerto entró por la puerta. Llevaba los pantalones medio destrozados, y al parecer se había hecho una venda con los últimos jirones de su camisa que le tapaba los ojos.
El dueño de la taberna y algunos lugareños corrieron a socorrerle.
-Tranquilo. Primero veamos lo que te ha pasado en los ojos.
-¡No! ¡Los ojos no!
El dueño le quitó la venda, pero para entonces el hombre ya tenía los ojos cerrados.
-Tranquilo, tranquilo. ¿Cómo te llamas?
-S… Scott…
Días antes.
-¿Y qué pasará con los estudiantes?-quiso saber Ororo.
-Me temo que no podremos concederles el permiso-se disculpó Kelly.
-Sin los estudiantes no nos vamos-dijo Peter convirtiéndose en acero.
-Me temo que no es posible…-Logan sacó las garras.
-¡Reducidlos!-gritó el hombre de negro.
Algunos agentes sacaron las pistolas. Warren extendió las alas y Tormenta puso los ojos en blanco. Aquello ya bastó para hacer que las volvieran a enfundar.
Los X-Men se dieron la vuelta y se marcharon por donde habían venido.
-Malditos mutantes…-gruñó el hombre de negro.
-Insisto en que deberíamos concederles el permiso a pesar de todo-dijo Kelly.
Capítulo IV: Factor-X
En la actualidad.
Scott oyó el ruido de un coche parándose. Caminó a ciegas hacia él. El conductor le abrió la puerta.
-¿Eh? ¿Un autoestopista ciego? ¡Esto sí que es lo más raro que he visto nunca!
-Gracias-dijo solamente Scott.
-¡Más raro incluso que esos mutis! Eh… De nada. ¿Adónde quieres ir?
-A Wetchester, por favor. Al Instituto Xavier.
Al cabo de un rato, el conductor volvió a hablar.
-¿Te molesta que ponga la radio?
-No.
El conductor puso la radio. Había noticias.
-Se calcula que ya se ha desalojado un 60% de los mutantes. El senador Robert Kelly insiste en que deberían mejorarse las condiciones de las celdas en Genosha. Cambiando de tema, los Cosechadores siguen sin querer negociar. Como ya recordarán, son unos criminales que han estado robando grandes cantidades de la cura mutante…
-Bufff…-comentó el conductor-Ahora todas las noticias son sobre mutantes. Ya no hablan de gente normal como tú y yo.
-Sí-dijo Scott. El conductor le miró con cara extraña-. Es horrible.
Charles llamó al timbre.
-¿Sí?-dijo una voz de mujer.
-¿Es éste el domicilio de Raven Darkholme?
-¿Quién es?
-Soy… Soy Charles Xavier. ¿Puedo entrar… Mística?
Hubo una larga pausa. De pronto, la puerta del portal se abrió con un zumbido.
Charles entró en el pequeño apartamento.
-Tienes buen gusto para la decoración, Raven.
-Sí, muy bien.
Raven le apuntaba con una pistola.
-Ahora me vas a explicar por qué sigues vivo y por qué puedes andar.
Charles le contó la historia de su resurrección.
-…y ahora lo que quiero es formar un grupo para detener a Magneto. Factor-X.
-De… De acuerdo. Me uniré al grupo. Ahora voy a llamar a una persona que seguro que está encantada de participar.
Jamie Madrox se levantó y cogió el teléfono.
-¿Madrox? Soy Mística.
-¿Mística? ¿Para qué llamas?
-Un grupo para detener a Magneto.
-Sigue hablando…
Madrox se miró en el espejo. Tenía la cara desfigurada por el vapor que le arrojó Magneto. Había llegado la hora de vengarse.
Charles, Raven y Jamie cruzaron la calle.
-¿A dónde vamos, Xavier?-preguntó Jamie.
-A la Mansión. Tengo que recoger unas cuantas cosas antes de irme.
El coche paró frente a la Mansión.
-Ya estamos.
-Gracias-dijo Scott.
Se apeó y avanzó a tientas hasta la verja. Giró un barrote suelto y ésta se abrió. Llegó a la puerta de entrada y la palpó hasta encontrar el botón oculto que la abría.
A tientas avanzó hasta su habitación, se quitó la venda y se puso las gafas. Por fin pudo abrir los ojos sin temor a disparar los rayos ópticos.
Exploró la Mansión, pero descubrió que ni siquiera los estudiantes estaban allí.
Charles, Raven y Jamie llegaron a la Mansión. Las puertas estaban abiertas.
-Esperad aquí-dijo Charles-. Yo subiré a por las cosas.
Scott bajó las escaleras. Jamie y Raven le vieron de lejos, pero para cuando quisieron alcanzarle había desaparecido.
Scott paseó por el jardín. Sin querer, llegó hasta el cementerio, donde vio su propia tumba. Se quitó las gafas un segundo y disparó un rayo que la destrozó. Después siguió viendo las tumbas. Jean Grey… Charles Xavier…
-¡Nooooooo!-gritó.
Raven y Jamie le oyeron y corrieron hacia él. Entre lágrimas, Scott también los vio.
-¿Quiénes… sois?
Raven y Jamie se miraron el uno al otro. Scott nunca había visto a Mística con su verdadera apariencia, y a Jamie sólo le había visto en un periódico, y con la cara deformada no lo reconoció.
-Somos… X-Men.
“¿Scott? ¿Estás vivo?”
-¿Charles?-dijo éste.
Charles bajó las escaleras y avanzó hasta el cementerio mientras le contaba la historia con telepatía.
-Así que queréis formar un nuevo grupo… Y lo mejor es haceros pasar por cazadores de mutantes que no quieren ir a Genosha, y en realidad los salváis…-entendió Kelly.
-Eso es-dijo Charles-. Tendrás que diseñar los uniformes.
-Será fácil. Scott lleva gafas rojas, así que haremos como que son parte del uniforme y las llevaréis todos. Charles, tú necesitas peluca. Te hará parecer joven y así no te reconocerán. Raven, Jamie, vosotros necesitáis armas. Todos llevaréis armas, pero las de Charles y las de Scott serán de plástico para que pesen menos. Ahora mismo diseñaré el uniforme.