Balas Perdidas #2: Represalias
Título original: Victimology
Fecha de publicación: Abril de 1995
Ambientación: Verano de 1977, Baltimore
Protagonistas: Virginia Applejack (Ginny)
Otros: Spanish Scott
ResumenSorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Reflexión personalEste número es muy duro.
No hay tiroteos, pero la violencia malsana persiste, incluso más intensa que en el anterior, porque una burla cruel en el colegio puede doler más que un balazo en las tripas.
Las páginas son bofetadas en frío, una tras otra: ¡Plas! ¡Plas! ¡Plas! mientras se enrojece la cara equivocada. Lapham baja las pistolas y sube la crudeza con una violencia que incomoda porque es más íntima, más cotidiana.
El maltrato, la humillación, el acoso, el bullying. Todo ello deja cicatrices de por vida.
Y todas esas marcas que dejan a su paso, Lapham las materializa de modo magistral en la huella acerada de una navaja sobre el rostro de Ginny, como la memoria visible de un dolor que, como si tuviera vida propia, se niega a desaparecer.
Porque a veces no es el puño ni la navaja lo que se hunde en la carne, sino el peso de una clase entera que acorrala y la satisfacción envenenada de quien disfruta viendo cómo te rompes por dentro.
Todo el mundo le enseña los dientes a nuestra Ginny. ¡Todos! ¡A cara de perro! Todos menos su padre, su baluarte inquebrantable. ¡Y qué bien sabe narrar esto Lapham! Con una sola viñeta. Una sola en la que él revuelve su pelo y ella sonríe. Sin más.
Será la única viñeta en la que la veamos sonreír. Y es por eso que hay que detenerse y sonreír con ella.
Porque esto es todo lo que obtienes si creces rodeado de hienas de muecas retorcidas que atacan en grupo, si vives con el enemigo dentro porque tu madre no es ancla sino foco de desencuentros y llegando a la certeza de que la vida no te dio un camino, sino una emboscada en el bosque en una interminable noche de Halloween.