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Autor Tema: MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes  (Leído 55627 veces)

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #420 en: 04 Septiembre, 2025, 09:18:53 am »
Longshot o como Nocenti ya apuntaba maneras con su turra ecológica/anticapitalismo tras un bonito dibujo.
Hace muy poco me leí el MCP de Coloso ubicado en el MG11 de la Patrulla-X y madre mía la turra.
Me encanta.
No puedo comprar lo que quiero porque es gratuito.
UMY 2005 2022 AL FORERO REVELACIÓN

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #421 en: 16 Septiembre, 2025, 05:48:53 am »
Asombroso Spiderman: Marvel Héroes 2: La Era del Traje Negro (1984-1986)




Reseña en la web de Universo Marvel:
https://www.universomarvel.com/resenas-asombroso-spiderman-marvel-heroes-2-la-era-del-traje-negro-1984-1986/


Nuevo tomo recopilatorio de The Amazing Spider-Man y nuevo equipo creativo. Tras la impresionante etapa realizada por Roger Stern y John Romita Jr., toma el relevo quizás uno los equipos de autores más estables de los 80, no en vano repetirían en otros títulos de la casa en sendas etapas. Me refiero al guionista Tom DeFalco y al dibujante Ron Frenz.

Si el anterior volumen cerraba con la imagen de Spiderman entrando en el portal de camino a las Secret Wars, esta nueva entrega abre justamente con el arácnido reapareciendo en el mismo punto, de regreso de la aventura relatada en la maxiserie. Sin embargo, para sorpresa de propios y extraños, no se nos aparece la imagen del Spiderman que conocíamos puesto que en esta ocasión viste un novedoso traje negro. Un uniforme del que absolutamente nada sabíamos en el momento en el que fue publicado este primer número, porque el origen del traje no nos sería revelado hasta ocho meses más tarde precisamente en Secret Wars.
De este modo, con esta potente imagen tiene inicio la etapa DeFalco-Frenz. Aunque, en realidad, la primera imagen del Spiderman negro con la que nos encontrábamos los lectores era la de la portada del citado comic-book. Una portada que rinde un bonito homenaje a la del mítico Amazing Fantasy 15, precisamente la primera imagen de Spiderman de toda su historia en salir a la luz.
También podemos comprobar como Spiderman regresa con el Doctor Connors bajo el brazo, circunstancia fruto de la participación del Lagarto en las Secret Wars.

Este primer número con el que tiene inicio este nuevo volumen todavía arrastra la participación de Roger Stern, que se ocupa del argumento. Por supuesto, DeFalco escribe el guion y Frenz dibuja, pero también hay que decir que el equipo rompe la estabilidad creativa en varias ocasiones a lo largo del tomo. De hecho, tras este primer episodio Rick Leonardi se ocupa de la parte gráfica en dos números consecutivos.

Centrándonos en este primer número, pronto descubrimos como el flamante traje es, en realidad, una especie de compuesto orgánico de origen alienígena que responde a los deseos de Peter Parker. El uniforme modifica su forma con tan sólo un pensamiento de su portador, incluso atendiendo a su subconsciente. De hecho, puede transformarse en cualquier tipo de ropa, librando así a Peter del engorroso ritual de tener que vestirse y desvestirse cada vez que necesita cambiar de identidad. Nuestro hombre ni siquiera debe ya preocuparse por recargar sus lanzarredes puesto que las telarañas surgen de manera natural del propio traje.
Todo ello en un bonito episodio inicial lleno de optimismo que también es un canto de amor a la ciudad Nueva York.


El regreso del Duende.

Los dos episodios dibujados por Rick Leonardi, si bien no aparentan tener ninguna relación entre ellos, son en realidad parte de la primera gran saga de esta etapa, la del regreso del Duende.
En el primero, se presenta un siniestro personaje enmascarado que responde al nombre de la Rosa, un capo del crimen en el campo de la coacción en el amaño de las apuestas deportivas. En el segundo, vemos como Jack O'Lantern le birla el furgón de guerra del Duende a las autoridades, un furgón que justo habían logrado extraer de las profundidades del Hudson.
Números interesantes, aunque cuentan con el Leonardi que menos me gusta, especialmente en el plano anatómico. Nada que ver con lo realizado por el dibujante en Capa y Puñal.

Ya con Ron Frenz como dibujante estable –más la suma de Joe Rubinstein como entintador en la mayoría de episodios–, el turno es ahora para un relato autoconclusivo que significa el regreso del Fantasma Rojo, el clásico villano de los Cuatro Fantásticos, y sus supersimios. Un número aceptable, sin más, que también representa la primera aparición del Zorro Negro, un ladronzuelo veterano al que coacciona el Fantasma Rojo para que le haga un trabajito.

A lo largo de esta etapa, DeFalco pone un especial interés en el apartado cotidiano, en ocuparse del entorno de Spiderman. Si en el anterior volumen de esta colección vivíamos el regreso de Mary Jane Watson a la vida de Peter Parker, a lo largo de esta nueva entrega el protagonismo de la joven irá en aumento en detrimento del de la Gata Negra, actual interés sentimental de Spidey. Como era presumible, la relación de Peter con Felicia Hardy pronto se va deteriorando, y la principal causa es la confesión por parte de ella de sus nuevos poderes proporcionados por el mismísimo Kingpin. Unos poderes, que provocan mala suerte en sus rivales, que la Gata pone en práctica en algunas luchas salteadas contra villanos al lado de su amado arácnido.
Como digo, Mary Jane pronto toma la delantera en lo que se intuye como una apuesta de largo alcance por parte de DeFalco. Pero claro, el punto de inflexión en este sentido es la inesperada escena en la que la pelirroja suelta la bomba a Peter: Mary Jane conoce su secreto como Spiderman desde hace mucho tiempo. Concretamente, esa fue la razón de su distanciamiento y de su marcha de Nueva York, el no poder aceptar que su novio se jugaba la vida a diario enfrentándose a mortales supervillanos. DeFalco deja sin habla a todo dios con un planteamiento que no se puede negar que tiene sentido, pero también es cierto que este tipo de decisiones que remueven el pasado acostumbran a dejarte el cuerpo extraño.
El caso es que la situación es la que es y el cambio de rumbo en la vida de Peter Parker parece inevitable. DeFalco dedica casi un número entero a justificar el giro argumental, algo así como un relato de origen de Mary Jane, que le cuenta a Peter su difícil pasado. Un pasado que incluye a un padre maltratador y un distanciamiento con su hermana Gayle. Desde luego, la clásica imagen de la Mary Jane alegre y fiestera se nos cae de repente. Y es que el baile y la diversión tan sólo eran una fachada, un mecanismo de evasión de su angustiosa vida.

En lo que se refiere a la caracterización de Peter Parker, el guionista recupera al Parker más distanciado de sus seres queridos a causa de su realidad como Spiderman. La Tía May es la gran perjudicada en este sentido, cuando ve con decepción como su sobrino la deja colgada reiteradamente. Pero también Nathan Lubensky se suma al grupo de desencantados con Peter considerando el daño que le está haciendo a May.

Pero si hay algo que condiciona esta primera parte del tomo es el traje negro de Spiderman. Un traje alienígena, como tal, que Spidey tan sólo viste durante 7 números. El hecho es que pronto empezamos a descubrir que el extraño uniforme posee vida propia, hasta el punto de aventurarse a salir de noche llevando a Peter dormido en su interior. La visita de Peter a los Cuatro Fantásticos y posterior análisis de Reed Richards determinan que el traje es en realidad un simbionte que se ha adaptado a Peter física y mentalmente. Un ser vivo que, no sin dificultad, logran extraer del cuerpo de Parker y encerrar en una cámara de seguridad. La circunstancia da para un episodio de humor cuando Peter, sin traje que ponerse, se ve obligado a pasearse por la ciudad vestido con un uniforme de los 4F y una bolsa de la compra como máscara. Sea como fuere, la consecuencia de todo ello no es otra que el regreso del traje clásico de Spiderman. Su querido uniforme rojo y azul y sus lanzarredes, aunque necesitados de una puesta a punto tras meses sin ser usados. Y bueno, el simbionte, como era previsible, poco tarda en escaparse de su prisión, pero eso es algo que ya queda para próximos volúmenes.

Entrando ya de lleno en la nueva saga del Duende, la Rosa vuelve a cruzarse en la vida de nuestro héroe con intención de quitar de en medio al molesto arácnido. La receta del nuevo villano es contratar a un sicario para que le haga el trabajo, lo que significa la presentación del Puma, una especie de Kraven a la caza del trepamuros, en un par de números de mucha acción.
Mientras descubrimos que la Rosa trabaja para Kingpin, irrumpe al fin el Duende para hacerse con el protagonismo. De momento, el misterioso villano trae bajo el brazo un pacto de mutuo beneficio al ambicioso la Rosa para arrebatar a Kingpin el control sobre los capos del negocio de las apuestas ilegales. De este modo, DeFalco insiste en lo propuesto por su predecesor, Roger Stern, un nuevo capítulo en la lucha por el liderazgo del crimen de Nueva York, en esta ocasión entre el Duende y Kingpin. Un clásico de la colección al que es necesario recurrir de tanto en tanto.

Pero claro, entre los planes del Duende también está el de vengarse de Spiderman, a lo que se suma la búsqueda del diario de Norman Osborn, donde se supone que guardaba todos los secretos referentes al Duende Verde. Una secuencia en la que entran en juego Harry y Liz, y que nos lleva al acto final de la saga.
Un intenso enfrentamiento final entre Spiderman y el Duende en la base de este último que, sumado al papel jugado por los tres amigos retenidos por el villano, completan un final de saga lleno de tensión. Tenemos a un valiente Harry Osborn haciendo frente al Duende, a Liz Allen a punto de dar a luz al hijo de ambos y a Mary Jane con su particular sufrimiento al saber que Spiderman es Peter Parker. Un acto final apasionante que completa otra magnífica saga del Duende, a la altura de lo que cabía esperar.
El dibujo de Ron Frenz, por cierto, cumple perfectamente el cometido. Frenz, sin ser uno de los grandes, siempre acostumbra a realizar un trabajo notable, y lo hecho en este título no es excepción.

A todo esto, la identidad del Duende seguimos sin conocerla, pero DeFalco ya aprovecha para jugar al despiste con varios nombres. Ya de entrada resulta sospechosa la intervención de Jack O'Lantern, un villano de evidente parecido con el Duende, pero es más adelante cuando el guionista mete, disimuladamente, los nombres de los ausentes Lance Bannon y Ned Leeds en sendas escenas aisladas.


Una larga transición.

Tras la estupenda saga, curiosamente DeFalco y Frenz ceden su puesto a otros artistas en un considerable tramo de la colección, limitando su participación a números salteados. Una serie de episodios, casi todos autoconclusivos, de carácter más modesto, pero no necesariamente flojos.

El anual número 18 de la colección sí que cuenta con el trabajo de DeFalco y Frenz, aunque el primero se limita a escribir el argumento, dejando el guion para la gran estrella invitada del episodio: ni más ni menos que Stan Lee, que realiza así su primer trabajo escrito para Marvel en 12 años.
Desde luego, estamos ante un número muy especial que rinde homenaje a una gloriosa época. No solo por la participación de Stan Lee, que deja su particular sello en los diálogos, sino también por el trabajo de Ron Frenz en las escenas de acción emulando cuidadosamente el estilo de Steve Ditko, en un bonito detalle por parte del dibujante.
Estamos claramente ante un anual a la antigua usanza, cuando estos números especiales servían de excusa para contarnos un acontecimiento feliz. Para la ocasión, ese acontecimiento es la celebración de las nupcias entre J. Jonah Jameson y Marla Madison. Un Jonah que se erige en el gran protagonista de un episodio que suma un capítulo más en el escabroso asunto de la creación del Escorpión.
Efectivamente, el clásico villano insiste en vengarse del dueño del Bugle y para ello utiliza a sus seres más queridos, Marla y su hijo John, como cebo. Un episodio encantador, notable que, además, nos presenta a un Jameson heroico que no duda en jugarse el pellejo por las personas que ama.

El turno es ahora para un episodio realizado por Bob Layton por completo. Peter tiene la mala suerte de ser sorprendido, mientras se cambiaba a Spiderman, por un mala pieza que logra sacarle una foto a cara descubierta ya enfundado en el traje. El episodio consiste en la persecución de Spiderman al tipo, que pretende hacerse de oro vendiendo la foto al hampa de la ciudad. Curioso número, cuanto menos. No está mal.

De nuevo en el título mensual, DeFalco y Frenz se ocupan del regreso de Ollie Osnick, aquel crío fan incondicional del Doctor Octopus que ahora se presenta vestido de Spidey. Efectivamente, Ollie ha cambiado de ídolo y ahora se dedica a patrullar las calles como superhéroe bajo la identidad de Spiderkid, eso sí, conservando los brazos mecánicos al estilo Octopus que el geniecillo logro construirse.
Por supuesto, Spiderkid acaba metiéndose en problemas y tiene que venir Spiderman a salvarle el culo. Un episodio agradable y lleno de optimismo, al fin y al cabo.
Sin embargo, lo más relevante de este número es el estreno del traje negro de Spiderman. Sí, el traje negro de verdad, de corte y confección, no el simbionte. Un uniforme que Peter irá alternando con el clásico rojo y azul a partir de este episodio. Resulta evidente que la idea de vestir a Spiderman de negro había calado hondo en los aficionados por lo que el tándem de autores decidió darle continuidad.

El siguiente número ya sí que no pasa el corte, y por mucho. Otro fill-in, esta vez escrito por Craig Anderson y dibujado por Paty, en el que Spiderman intenta salvar a un anciano de ser injustamente expulsado de un hospital, mientras un crío vestido de ridículo superhéroe, que se hace llamar Rojo 9, pone la nota de color. Número malo a rabiar y dibujo en consonancia al guion.

De nuevo con DeFalco-Frenz, el siguiente paso nos trae la presentación de un nuevo personaje con futuro por delante: Marta Plateada y su Banda Salvaje. Se trata de una especie de cazarrecompensas con increíbles habilidades en la lucha cuerpo a cuerpo, que aquí se estrena en un interesante thriller de acción. Su encargo, quitar de la circulación al pobre diablo de Zorro Negro, mientras Spiderman se ve obligado a meterse en medio de ambos.

Una vez más, el teórico equipo creativo oficial hace otro alto en el camino en un par de episodios consecutivos guionizados por uno de los talentos emergentes de la editorial: Peter David. Los lápices de estos dos números corren a cargo de Sal Buscema y Bob McLeod, respectivamente.
Dos episodios que destilan humor por los cuatro costados. En el primero de ellos, el sentido noble y benevolente de Spiderman le mete en un lío entre dos ridículos y ya conocidos personajes que se inspiran en anfibios. Se trata del Sapo, el asustadizo ex de la Hermandad de Mutantes Diabólicos, y del Hombre-Rana, aquel inconsciente crío enfundado en un disfraz barato. La guinda del pastel es la entrada en escena de Spiderkid y la posterior alianza de los tres automarginados chiquillos.
Todavía mayor contenido de humor ofrece el segundo número. Un episodio el que al pobre Spiderman le pasa de todo durante una atropellada persecución a un ladronzuelo.


Las segundas Secret Wars y más.

El último tercio del tomo que tenemos entre manos también sufre el virus de la discontinuidad argumental, aunque en este caso a causa del obstáculo que significaron las Secret Wars II y su extensión a todas las colecciones regulares del momento.
En el caso concreto de Spiderman son dos arcos o tramas los afectados, cada uno de los cuales se desarrolla en distintos títulos del arácnido a modo de crossover.
El primero de ellos consta de un número de The Amazing Spider-Man y uno de Web of Spider-Man. Un edificio situado en Manhattan, que sido transformado en oro macizo hasta el último detalle por el Todopoderoso, amenaza con provocar una caída sin precedentes en la economía mundial en caso de que todo ese oro fuera puesto en circulación. De este modo, el Gobierno de los EEUU se apresura a hacer desaparecer todo el edificio en una fosa oceánica, algo con lo que está de acuerdo el líder del crimen de la ciudad, Kingpin, que recela de inestabilidades que hagan peligrar su reinado. Sin embargo, el orondo mafioso está dispuesto a sacar tajada del suceso procurándose unas cuantas máquinas de escribir de oro puro. Un arco de dos números que plantea algunos dilemas morales, también en el propio Peter Parker, que se lee sin problemas fuera del macroevento.

El otro cruce con Secret Wars II sirve para cerrar la etapa recogida en este tomo. Un bloque de tres números, en este caso, que en realidad consta de dos líneas argumentales. La primera la forman un número de Amazing y otro de Spectacular Spider-Man, en un arco en el que toma protagonismo el Puma. Las antiguas profecías de la tribu del adinerado antihéroe advierten de la llegada del Todopoderoso, por lo que invocan a su ahijado para que solicite la ayuda de Spiderman para matar al poderoso ente. Un episodio abundante en razonamientos filosóficos por los cuales el Todopoderoso concluye que debe ayudar a todo ser a encontrar su destino, cosa que, al mismo tiempo, puede significar su propia muerte si el destino del Puma es matarlo.
En el número restante, también correspondiente a Amazing Spider-Man, el protagonismo recae en Mefisto. El señor del inframundo propone un reto al Todopoderoso antes de que éste destruya el Multiverso y, con él, el propio infierno. Una disputa entre el bien y el mal, de modo que, si el representante del bien es el vencedor, el Todopoderoso renunciará a su objetivo de destrucción. La elección de Mefisto recae en Spiderman, mientras que el Todopoderoso opta por el demonio Zarathos como representante del mal. Y en medio de todo ello, la vida de Kingpin a expensas de la decisión del Trepamuros.
En cualquier caso, pese a estar ante episodios que se leen de manera autónoma, ambos crossovers está claro que conceptualmente forman parte del macroevento de las Guerras Secretas mucho más que de las colecciones del arácnido.

No terminamos aquí, porque entre los dos cruces con Secret Wars II vienen situados unos pocos números que nada tienen que ver con el evento.
En primer lugar, nos encontramos con un arco de dos números en el que Spidey se ve las caras con un peso pesado, el Señor del Fuego. El que fuera heraldo de Galactus aterriza en la Tierra como quien viene a pasar unas vacaciones hasta que se da de bruces con la estupidez humana. La consecuencia de ello es el Señor del Fuego liándola parda de forma absolutamente desproporcionada, y ahí es donde entra un orgulloso Trepamuros, que decide enfrentarse al llameante personaje a sabiendas de que el rival le viene unas cuantas tallas grande.
Pese a lo pueril de las motivaciones iniciales, en episodio acaba teniendo más contenido del que aparentaba. Una historia de acción debidamente reconducida hacia un ejercicio sobre la tenacidad. Por no hablar del espléndido trabajo que hace Ron Frenz. Una historia que, por cierto, guarda un hilo de continuidad en la serie de los Vengadores, ya sin el protagonismo de Spiderman.

A continuación, está el anual número 19 de la colección. Un número cuya impactante portada de Mary Jane vestida de Spiderman es lo único aprovechable. Guionizado y dibujado por dos mujeres, Louise Simonson y Mary Wilshire respectivamente, el episodio quiere rendir homenaje al género femenino ofreciendo el principal protagonismo a Mary Jane Watson. Lástima que el guion difícilmente pueda ser más estúpido y que el trabajo gráfico sea de pena. Alistaire Smythe, hijo del clásico Spencer Smythe, fabrica un nuevo Mataarañas con el que vengar a su padre de Spiderman. El caso es que el pobre aficionado secuestra por error a MJ y a su tía Anna, para acabar deduciendo que la propia Mary Jane es Spiderman. Pero todavía falta lo mejor, porque, para nuestra sorpresa, MJ responde al villano que sí, que ella es Spiderman para, acto seguido, pasar a hacerse la heroína.

Otra cosa muy distinta es el número que trae de regreso a Aplastador Hogan. Sí, el luchador al que se enfrentó Spiderman en el mítico episodio de presentación, el Amazing Fantasy 15. Hogan, que ya no aplasta, sino que se dedica a la limpieza del gimnasio, se ve envuelto en un feo asunto de amenazas a un púgil por parte de un armario de tío que se hace llamar Homicida. Eso hasta que Spiderman acude al rescate en el último momento. Un tierno episodio sobre los sueños que se hacen realidad, que no está nada mal.

En esta segunda mitad de tomo sigue valiendo el apartado más centrado en el entorno de Peter Parker como parte quizás más interesante de la lectura. Efectivamente, Tom DeFalco trata con cariño uno de los aspectos que siempre han hecho grande este título, incorporando incluso algún personaje de nueva creación. En este sentido, el honor corresponde básicamente a Kate Cushing, la nueva redactora jefe de local del Bugle, contratada por Robbie Robertson que recordemos que es el actual director del periódico. El caso es que Cushing es de armas tomar y tampoco parece tener especial predilección por Peter a la hora de repartir faenas. Por otro lado, tras la pertinente luna de miel, J.J.J. está de vuelta a su puesto de propietario del Bugle y con fuerzas renovadas.
En el plano amoroso, Mary Jane acaba aceptando la condición de superhéroe de Peter, lo que inevitablemente provoca un acercamiento entre ambos que no parece tener freno. Todo lo contrario ocurre con Betty Brant y Ned Leeds, cuya relación se acerca al punto de ruptura, más, cuando el mismísimo Flash Thompson entra en el juego.
En lo que se refiere a Tía May, la relación de Peter con ella no pasa precisamente por su mejor momento. Tampoco con Nathan Lubensky, que sigue muy decepcionado con el joven. De hecho, Nathan toma cierto protagonismo en un episodio en el que recibe una paliza de unos matones que le reclaman unos pagos. Un episodio que sirve para complicar todavía más las cosas y en el que la sombra del "Spider-Man no more!" vuelve a asomarse.

El restante número que queda por comentar de nuevo ausenta a Ron Frenz, que vuelve a prestar el lápiz a Sal Buscema. El episodio presenta a Resbaladizo, una especie de supertipo aficionado que debe su poder a un traje recubierto por un producto químico de su invención. Un recubrimiento que provoca que ningún objeto pueda pegarse y que resbale sobre cualquier superficie. Un "poder" que difícilmente puede ser más inverosímil y una trama ya muy vista por la cual el pobre diablo pretende vengarse de los empresarios que no creyeron en él.

Ya fuera de colección, el tomo cierra con un número de la serie What if...? bajo el título "¿Y si el Tío Ben hubiera vivido?".


Conclusión.

El volumen que recoge buena parte de la etapa DeFalco-Frenz empieza de forma potente con una nueva saga del Duende a la altura de las expectativas, además de todo el asunto referente al traje alienígena.
El resto del tomo, entre bailes de autores y cruces con Secret Wars II, completa una lectura a bastante menor altura. Sin embargo, en medio de todo ello podemos encontrar unos cuantos episodios la mar de resultones.
En definitiva, un nuevo volumen indudablemente inferior al anterior, pero también recomendable.

Desconectado rockomic

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #422 en: 16 Septiembre, 2025, 05:55:30 am »
Peter Parker, el Espectacular Spiderman: Marvel Héroes 2: Punto de Ruptura (1984-1986)




Reseña en la web de Universo Marvel:
https://www.universomarvel.com/resenas-peter-parker-el-espectacular-spiderman-marvel-heroes-2-punto-de-ruptura-1984-1986/


Una vez finalizada la segunda estancia de Bill Mantlo en el apartado escrito del título arácnido que nos ocupa, etapa que viene recogida en el tomo que precede a éste, es el turno para un nuevo guionista. El elegido es precisamente quien se estaba ocupando del dibujo a lápiz en la segunda mitad de la mencionada etapa, Al Milgrom. De este modo, Milgrom pasa a tomar todo el control creativo de Peter Parker el Espectacular Spiderman, con la única salvedad del entintado, que sigue en manos del eficiente Jim Mooney.

Tal y como ocurre con el tomo recopilatorio correspondiente a Amazing Spider-Man que coincide cronológicamente con éste, el primer número de esta nueva entrega de Peter Parker the Spectacular Spider-Man se sitúa justo tras la misteriosa desaparición de Spiderman (y de la mayoría de superhéroes) de camino a las Secret Wars. Sin embargo, y a diferencia de Amazing, para el presente caso Milgrom deja la reaparición de Spiderman, ya con su nuevo traje negro, para la última viñeta del número. Me imagino que el plan de la editorial fue dejar el plato fuerte de la escena de regreso de Spiderman vestido de negro –portada incluida– para Amazing, mientras que Spectacular debía conformarse con un relato de transición. El caso es que Al Milgrom dedica el número entero a la Gata Negra. Felicia se pasa el episodio visitando todo el entorno del desaparecido Peter Parker, ante la sorpresa de sus amigos, de la redacción del Bugle al completo y de la Tía May, que se preguntan qué hace alguien como la Gata preguntando por Peter Parker. Un número que enseña las cartas de por dónde irán los tiros en los guiones de Milgrom. Una etapa cuyo eje argumental consistirá en la relación entre Spidey y la Gata. Una relación marcada por las continuas muestras de inmadurez de ella, empezando por la imprudencia cometida al final del anterior volumen. Me refiero al pacto firmado con Kingpin por el cual proporcionó superpoderes a la Gata a cambio de ésta prestarle sus servicios cuando el mafioso lo requiera.
Unos poderes y un pacto con Kingpin de los que Peter no sabe nada, pero de lo que sí se entera es de la ocurrencia de su novia de darse a conocer en todo su entorno. Una maniobra irresponsable a riesgo de que alguien sume dos más dos y descubra su identidad secreta como Spiderman.

En cuanto a los dichosos nuevos poderes de la Gata, pronto obtenemos buena muestra de sus posibilidades, empezando por un enfrentamiento de la pareja de héroes de negro contra la Mole, el clásico oponente de la Patrulla-X. Un poder, que provoca mala suerte en sus oponentes, que difícilmente puede ser más inverosímil, pero que al menos es una fuente inagotable de humor slapstick.

Esta etapa de Al Milgrom como autor completo es de clara continuidad respecto a la inmediatamente anterior de Bill Mantlo.
Milgrom apenas incorpora nuevas piezas y se limita a aprovechar a los mismos protagonistas que en la anterior.
La Gata Negra prácticamente se eleva a la categoría de coprotagonista. Es, como ya ocurría con Mantlo, el personaje secundario más representativo de Peter Parker the Spectacular Spider-Man, la pieza que más marca la diferencia con respecto a Amazing Spider-Man. Y es que en el título que está a cargo de Tom DeFalco en ese mismo momento, Felicia Hardy pasa prácticamente a un plano secundario en favor de la recién recuperada Mary Jane Watson.

Y si a este lado de la crónica arácnida el coprotagonismo sigue recayendo en la Gata, el villano que está en todos los fregados vuelve a ser Kingpin y los héroes invitados recurrentes (antihéroes, siendo más precisos) no son otros que Capa y Puñal, omnipresentes en el anterior volumen. Es decir, los mismos pilares, junto al propio Spiderman, sobre los que se levantaban la mayoría de las líneas argumentales en la última etapa Mantlo.

Pero eso no es todo, porque otro que regresa es Cabello de Plata, y en la versión robótica de Mantlo. Kingpin lo devuelve a la vida para reciclarlo como sicario en sus feos asuntos, hasta que acaba perdiendo el control sobre él. De hecho, todo el ciclo argumental acaba bailando al son de la amenaza del que fuera gran capo del crimen, así como también del papel jugado por Puñal.

Con estos ingredientes en la coctelera, Milgrom se atreve a desarrollar una saga que se alarga más de la mitad de su etapa, una etapa relativamente corta cuya totalidad ocupa la primera mitad del presente volumen.
La única pieza de nueva creación es un lacayo que trabaja para Kingpin que se hace llamar la Respuesta. El tipo ostenta unos superpoderes de naturaleza parecida a los de la Gata, en el sentido de su poca credibilidad. Peores incluso, porque su supuesto poder consiste simplemente en tener solución para todo, o como su nombre indica, obtener respuesta a cada pregunta, sea la que sea. De hecho, más adelante nos enteramos de que tanto sus capacidades como las de Gata son una creación del mismo científico a sueldo de Kingpin. Digamos que la Respuesta y sus poderes son el típico comodín, un poco tramposo, que te puede tapar cualquier agujero de guion a falta de mayor inspiración. Tampoco ayuda el poco agraciado diseño de Milgrom. Un Milgrom cuyo trabajo narrativo ha bajado muchos enteros respecto a su etapa a las órdenes de Mantlo. Estamos ya ante el Al Milgrom más plano e inexpresivo, parejo al de los Vengadores en esta misma época.

Quizás lo más interesante de la saga ocurre a partir de la entrada en escena de Capa y Puñal. Concretamente Puñal acaba siendo objeto de deseo de todos al ser la pieza clave que puede detener al descontrolado Cabello de Plata. No en vano, en la anterior ocasión el villano fue derrotado cuando Puñal absorbió su fuerza vital.
Llega un momento que a la pobre chiquilla se la disputan todos los elementos en juego. Spiderman y la Gata la necesitan como única opción para parar a Cabello de Plata, su compañero Capa para protegerla, el propio Cabello de Plata para recuperar de ella su fuerza vital, la Respuesta porque ha deducido que la luz que irradia Puñal será la curación para Vanessa Fisk, la esposa de Kingpin que yace gravemente enferma, y finalmente la Rosa y sus secuaces quieren a Puñal para hacerse con el control de Cabello de Plata. Porque el servidor de Kingpin llamado la Rosa interviene en un pequeño papel en consonancia a su importante rol en Amazing Spider-Man.

Sin embargo, la saga está lejos de lo realizado por Mantlo en el anterior volumen. Además de caer en la repetición de ideas, creo que avanza un tanto insegura. Tampoco es que sea una mala historia, no le faltan momentos de tensión, pero a estas alturas, y en comparación a lo que se venía haciendo con el Lanzarredes en sus diferentes títulos, sabe a poco.

Tampoco ayuda el trato dado por Milgrom a la relación entre Spidey y la Gata. El guionista insiste en dar demasiadas vueltas sobre lo mismo, un constante tira y afloja que ya sabemos cómo va a terminar. Milgrom potencia la personalidad de cría inconsciente de Felicia que, entre otras cosas, sigue detestando a la mitad civil de su amante y no logra entender por qué razón Peter no quiere ser Spiderman las 24 horas del día. Todo ello desdibuja la imagen de sensualidad de la chica que había labrado Mantlo y la vuelve más irritante a ojos de los lectores. También es cierto que es la mejor forma de preparar el terreno para la esperada ruptura, de modo que no la echemos demasiado en falta.
Eso sí, la relación con la Gata nos deja el traje negro de Spiderman. Sí, el traje de verdad, no el simbionte, porque Felicia es quien confecciona el nuevo traje a Spiderman una vez éste ha podido ya librarse del alienígena.

La ruptura tiene lugar en la última línea argumental de la etapa, coincidiendo con la despedida de Al Milgrom de la colección, casualmente en el número 100, un especial de doble grosor.
En los tres números anteriores a éste, por cierto, Milgrom cede el lápiz a Herb Trimpe. Entre ellos, un episodio autoconclusivo en el que Spiderman tiene que salvar el culo a un pobre diablo del que se aprovechan los mafiosos de la ciudad por su increíble talento para los negocios.

Como era previsible, una de las razones del definitivo distanciamiento de la pareja es el conocimiento por parte de Spidey de los poderes de la Gata conseguidos tras un acuerdo con Kingpin, pero no el único, porque Peter ya tenía en mente poner fin a la relación.
Este último arco argumental consiste en el asalto de Spiderman y la Gata –no necesariamente juntos– a la torre de Kingpin buscando esclarecer la verdadera naturaleza del compromiso al que sometió a la felina a cambio de sus poderes. Unos poderes en los que Kingpin escondía una última carta, un as en la manga que provoca un giro final para mí innecesario y que no aporta nada, teniendo en cuenta la decisión ya tomada por Spiderman.
La nota de color en este último arco la pone un nuevo supervillano salido de los laboratorios de Kingpin. Se trata de Mancha, un oponente dotado de un interesante superpoder que bien podría haber sido una creación de Steve Ditko en su gloriosa etapa. Es más, Trimpe imita, con toda la intención, el estilo narrativo y la estética de Ditko en las escenas de lucha de Mancha. Lástima que Milgrom haga caer en ridículo al personaje con la caracterización que hace de su personalidad.
En definitiva, un arco final de etapa que propone alguna buena idea, pero que en conjunto no pasa de aceptable.

A lo largo de su etapa como guionista, Al Milgrom no se olvida de echar el ojo a lo que viene ocurriendo en el otro título arácnido que, como he señalado más arriba, estaba siendo escrito por Tom DeFalco. Por supuesto, Milgrom no podía dejar a los lectores huérfanos de la bomba lanzada por Mary Jane, que revelaba cómo hacía un tiempo que conocía el secreto de Peter como Spiderman.
También seguimos puntualmente todo lo relativo al traje alienígena, cómo Spidey logra librarse de él en el cuartel de los Cuatro Fantásticos, cómo se ve obligado a volver a vestir su clásico uniforme rojo y azul, y cómo el traje-simbionte logra escapar de su encarcelamiento. De hecho, la trama relativa al Simbionte acaba pasando por delante de Amazing y desembocando en su desenlace. Un desenlace que se produce en el primer número de la flamante tercera colección del Lanzarredes, Web of Spider-Man, número que también viene incluido en este volumen. Se puede decir que estamos ante la primera ocasión en que Spiderman y el Simbionte se enfrentan por primera vez, aunque también es cierto que todavía no queda claro por dónde van los tiros en el alienígena.
Ya fuera del universo arácnido, en uno de los números también se hacen notar los efectos del gran acontecimiento que estaba teniendo lugar en el Universo Marvel en aquellos momentos, la Saga de Surtur. Una monumental epopeya desarrollada dentro de la colección de Thor, que, entre otras cosas, estaba provocando circunstanciales cambios en el clima.

En otro orden de cosas, el inacabable culebrón entre Spidey y la Gata deja poco espacio para el trato de otros asuntos cotidianos. Los únicos que reciben atención son Flash y Sha Shan, que de golpe y porrazo pasan a ser una pareja muy distanciada, más la suma de Betty Brant que también pasa por problemas matrimoniales y que Milgrom decide convertir en la tercera pieza de un triángulo amoroso. Pero lo cierto es que toda esta cuestión termina por no ir a ningún lado.
También nos encontramos con la presentación de tres nuevas vecinas de Peter con ganas de ligoteo, Bambi Modica, Randi Cooper y Candi Muggins, que apuntan a elemento decorativo más que otra cosa.

Antes de pasar a la siguiente etapa de la colección no puedo olvidarme de un episodio que queda insertado en medio de toda la crónica desarrollada por Al Milgrom. Me refiero al anual número 4 de la colección, un episodio guionizado por Bill Mantlo y dibujado por Kerry Gammill y Sal Buscema. Se trata de una historia muy especial centrada en la Tía May sobre un antiguo e inadecuado amor de juventud que, tras largo tiempo, regresa a la vida de la anciana. Un relato que rezuma nostalgia, de una belleza sin igual, narrado en dos espacios de tiempo en paralelo, el actual y el recuerdo que revive en la mente de May. Un episodio que, además, cuenta con un trabajo gráfico de primera, sobre todo la parte realizada por Kerry Gammill. Una pequeña joya de Bill Mantlo que en unas pocas páginas da sopas con ondas a todo lo realizado por Al Milgrom, y se convierte prácticamente en lo mejor de este tomo, con permiso de la saga que lo cierra.

En anual también incluye un pequeño relato de complemento protagonizado por la Gata Negra. Nada que ver, una historia inofensiva y prescindible escrita por Bob DeNatale y dibujada por Ron Randall sobre un incidente doméstico que altera una feliz velada con su amante.


Entra Peter David y adiós a nuestra Capitana favorita.

La salida de Al Milgrom significa la entrada de un nuevo y flamante guionista, pero antes hay que ocuparse de un par de episodios de transición escritos por Cary Burkett. En el primero, dibujado por el desconocido Juan Alcántara en el que es su único trabajo para Marvel, un encontronazo de Spiderman con Látigo Negro es la excusa para que Spidey reviva la muerte de su añorada Gwen Stacy.
El segundo, en cambio, cuenta con uno de los lápices veteranos del sector, Larry Lieber, hermano de Stan Lee. Una historia que narra una carrera contra reloj para salvar la vida de una mujer, mientras un malentendido mete a la Urraca Asesina en el camino de Spiderman. Dos números, en resumen, perfectamente prescindibles.

Peter David prácticamente estaba debutando como escritor de cómics cuando se incorporó como guionista de Peter Parker the Spectacular Spider-Man. De hecho, éste es su primer trabajo continuado para Marvel. Una apuesta arriesgada que no sólo salió bien, sino que descubrió a uno de los guionistas más reverenciados de toda una era en el Universo Marvel.
David imprime su estilo desde el primer número. Una forma de relatar historias desde lo más realista y terrenal, haciendo uso de personajes de carne y hueso, evitando lo sobrenatural, y haciendo gala, al mismo tiempo, de un buen sentido del humor. Tampoco es que la temática sea especialmente diferente a lo que se estaba haciendo con Spiderman últimamente, que tenía en el crimen y el hampa escenarios habituales de sus aventuras, pero Peter David fue mucho más allá convirtiendo a Spiderman en un héroe urbano más que nunca. De hecho, las historias aquí relatadas se sitúan en el género policíaco, o de investigación criminal, sin que necesariamente quien investiga sea un inspector de policía.

El trabajo de Peter David ocupa la segunda mitad del volumen, pero su etapa no termina aquí, sino que continuará en la siguiente entrega. El guionista inicia, pues, su aventura arácnida con una serie de episodios cortos y una saga de cuatro números que pasó a comentar.

Los primeros relatos tienen el pequeño hándicap de la inestabilidad en el apartado gráfico, pero no deja de ser un problema relativo ante historias que valen más por sus guiones que por la calidad y uniformidad visual. Los nombres que se suceden son los de Rich Buckler, Vincent Giarrano, Luke McDonnell y Mark Beachum, este último siendo el dibujante del número anual de turno.
David abre fuego con un ingenioso thriller policial originado por unos frikis que se retan a un juego de mofa de un superhéroe inventándose un falso supervillano. La "víctima", lógicamente, es Spiderman, que investiga el caso junto al departamento de policía liderado por Jean DeWolff.

A continuación, David rescata a un delincuente de poca monta y no muy grato recuerdo como es Corredor Cohete, pero que encaja muy bien en el tipo de historias que quiere contarnos. El guionista retrata a un Corredor Cohete atrapado en una rueda de crimen iniciada por él mismo. Una carrera delictiva que le ha llevado a ser perseguido por un asesino que se hace llamar el Cazarrecompensas.

Bastante diferente es el arco argumental dibujado por Luke McDonnell. Un thriller de acción que destila un tono jovial. El vehículo para ello son las estrellas invitadas que el guionista se trae para la ocasión, la Avispa y Paladín, un antihéroe con quien Spiderman ya había compartido protagonismo en Marvel Team-Up. Concretamente, Peter David opta por la clásica relación de colegueo mordaz entre los tres protagonistas, siendo éste el factor más interesante de la historia. Un arco en el que, además, el guionista le hace un favor a la Avispa al entregarle un papel de puta ama que ventila de un plumazo su clásica imagen de mujer coqueta y de escasa personalidad.

Finalmente, el anual número 5 trata el problema de las bandas callejeras de delincuentes, y lo hace girando en torno a la figura de As, una especie de ídolo callejero de pocas palabras. Un modelo a seguir por los chavales de los bajos fondos que, sin embargo, está muy por encima de todo ello. Un personaje carismático para una historia estupendamente bien escrita.

La etapa recogida en este volumen no puede finalizar de mejor forma. Peter David apenas necesitó cinco números de rodaje para crear una de las historias más recordadas de Spiderman y una de las obras cumbre del autor, la saga de la muerte de la Capitana Jean DeWolff. A lo largo de cuatro números, todos ellos dibujados por Rich Buckler, el escritor nos cuenta una compleja historia de investigación criminal, pero no sólo eso.
La primera sorpresa la tenemos en las primeras páginas del primer número, cuando nos encontramos con el cadáver de Jean DeWolff bajo el descriptivo título que confirma la tragedia. Y es que la Capitana DeWolff protagoniza el título de la saga, pero no la propia saga. Su muerte no es más que el elemento funcional para contarnos otra historia. Y ciertamente resulta desalentador que un personaje tan querido por los lectores cierre su ciclo de esta forma, sin espacio para llorar su muerte, pero así son las cosas. Supongo que la magnitud de la obra justifica de sobras la repentina pérdida de la policía.
Por su parte, el asesino, un chiflado que se hace llamar Comepecados, nos es desvelado ya en el segundo número. El tipo, que va repartiendo justicia desde su caprichoso código, no tan sólo asesina a DeWolff, sino también a otros ciudadanos inocentes. Entre ellos, un juez amigo de Matt Murdock, lo que propicia la entrada en escena de Daredevil para convertirse en una pieza indispensable de la historia.
Sin embargo, los frutos de la historia los cosechamos en el último de los cuatro números de que consta. El descubrimiento de la identidad y del pasado del Comepecados hace de esta historia un tratado sobre el libre ajusticiamiento desde la percepción de diferentes individuos, empezando por Spiderman. Y es que el guionista juega fuerte convirtiendo al arácnido en poco menos que un antihéroe, un hombre cegado por la rabia capaz de todo. En cambio, Daredevil se comporta de un modo opuesto, siendo la voz de la conciencia de Spidey y recriminándole ser prácticamente un criminal. Una historia llevada a una compleja reflexión acerca del sistema judicial, desde su puesta en duda, pero, al fin y al cabo, también desde su defensa.

Estamos, seguramente, ante el relato más explícitamente violento de la historia de Spiderman hasta el momento. Para el recuerdo quedan la imagen del cadáver tiroteado de DeWolff y la del Comepecados disparando a bocajarro sobre Betty Brant en la última viñeta del tercer episodio. Una imagen que en su momento dejó un aterrador suspense en los lectores hasta la publicación de la siguiente entrega.
En definitiva, una saga imprescindible estupendamente dibujada por Rich Buckler, en especial cuando su entintador es Brett Breeding.

Para terminar, todavía queda espacio en el tomo para un número fuera de colección. Se trata del Marvel Fanfare 47, protagonizado por Spiderman y Hulk. Un número publicado cuatro años más tarde que el último de Peter Parker recopilado en este tomo y sin ninguna relación argumental con nada de lo reseñado más arriba, pero que aquí ha quedado incluido.
Bajo guion de Bill Mantlo y dibujo de Michael Golden, el episodio cuenta cómo, en el transcurso de unas pruebas espaciales lideradas por Nick Furia, Bruce Banner/Hulk es infectado por un organismo alienígena convirtiéndose en un monstruo irracional. Spiderman intenta parar a Hulk que, sin embargo, acaba destrozando todo un barrio del Bronx. Una muy buena historia que viene ligada también a una trama política casi anecdótica.


Conclusión.

Estamos ante un tomo especialmente irregular que, sin embargo, es de adquisición obligada por la saga de la muerte de Jean DeWolff y por el anual de Bill Mantlo. Lástima que la etapa escrita por Al Milgrom esté bastante por debajo de la anterior de Bill Mantlo.

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #423 en: 16 Septiembre, 2025, 07:41:45 am »
Vuelta al foro y reseña de Rockomic. Todo bien.

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #424 en: 16 Septiembre, 2025, 08:00:11 am »
Longshot o como Nocenti ya apuntaba maneras con su turra ecológica/anticapitalismo tras un bonito dibujo.
Hace muy poco me leí el MCP de Coloso ubicado en el MG11 de la Patrulla-X y madre mía la turra.
Me encanta.

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #425 en: 16 Septiembre, 2025, 08:52:38 am »
Buenas reseñas.  :palmas:

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #426 en: 16 Septiembre, 2025, 17:10:34 pm »
Gracias!
Se me empezaban a acumular.  :birra:

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #427 en: 16 Septiembre, 2025, 17:15:27 pm »
Acabo de leer el mismo par en paralelo. Realmente el segundo tercio de la Era del traje negro desluce bastante, el tomo me parece irregular tirando a mal a partir de ahi excepto algunos numeros que bien. El de Spectacular Spiderman en general me ha gustado bastante mas, y aun tengo pendiente la recta final de Peter David con muchas ganas.  :palmas:

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #428 en: 16 Septiembre, 2025, 17:33:08 pm »
Acabo de leer el mismo par en paralelo. Realmente el segundo tercio de la Era del traje negro desluce bastante, el tomo me parece irregular tirando a mal a partir de ahi excepto algunos numeros que bien. El de Spectacular Spiderman en general me ha gustado bastante mas, y aun tengo pendiente la recta final de Peter David con muchas ganas.  :palmas:

A mí me ha pasado un poco al revés.
El primer tércio del de Amazing me parece mucho mejor que toda la etapa Milgrom en Spectacular.
Los otros dos tercios de Amazing es cierto que son irregulares, pero hay unos cuantos episodios que están francamente bien.

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #429 en: 16 Septiembre, 2025, 23:29:59 pm »
Peter Parker, el Espectacular Spiderman: Marvel Héroes 2: Punto de Ruptura (1984-1986)




Conclusión.

Estamos ante un tomo especialmente irregular que, sin embargo, es de adquisición obligada por la saga de la muerte de Jean DeWolff y por el anual de Bill Mantlo. Lástima que la etapa escrita por Al Milgrom esté bastante por debajo de la anterior de Bill Mantlo.

Yo voy a romper una pequeña lanza a favor de Milgrom. Obvio que ni se acerca a lo anterior de Mantlo (que e.m.h.o. es lo mejor que hizo Mantlo en su carrera) pero he de decir que, un poco como Mefisto vs 4 H, es una etapa muy plana, sí, pero que entretiene y se beneficia de las subtramas heredadas de Mantlo y de Amazing. Realmente sólo tiene un número que me parece malo de verdad. Eso sí, funciona como etapa de transición, si se hubiese alargado dudo que mi opinión hubiera sido tan benévola.

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #430 en: 16 Septiembre, 2025, 23:46:10 pm »
Hablando de los MH de Spiderman, a ver si reeditan el de Roger Stern, y también Caza a la Araña y Noches de Nueva York de la línea Espectacular. Ya va siendo hora

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #431 en: 16 Septiembre, 2025, 23:50:49 pm »
Peter Parker, el Espectacular Spiderman: Marvel Héroes 2: Punto de Ruptura (1984-1986)




Conclusión.

Estamos ante un tomo especialmente irregular que, sin embargo, es de adquisición obligada por la saga de la muerte de Jean DeWolff y por el anual de Bill Mantlo. Lástima que la etapa escrita por Al Milgrom esté bastante por debajo de la anterior de Bill Mantlo.

Yo voy a romper una pequeña lanza a favor de Milgrom. Obvio que ni se acerca a lo anterior de Mantlo (que e.m.h.o. es lo mejor que hizo Mantlo en su carrera) pero he de decir que, un poco como Mefisto vs 4 H, es una etapa muy plana, sí, pero que entretiene y se beneficia de las subtramas heredadas de Mantlo y de Amazing. Realmente sólo tiene un número que me parece malo de verdad. Eso sí, funciona como etapa de transición, si se hubiese alargado dudo que mi opinión hubiera sido tan benévola.

Pues mira, a mí el Peter Parker de Mantlo, aun gustándome mucho, me gusta menos que otras obras suyas como Hulk o Rom. Pero vaya, que así a lo tonto me pongo a repasar y me doy cuenta que de Mantlo me gustan un montonazo de cómics (los ya citados junto a Micronautas, Visión y Bruja Escarlata, Capa y Puñal, algunos Alpha Flight)... No tiene ninguna obra maestra en su currículum, pero ni falta que le hace para ser un guionista tremendamente entretenido en muchos de sus trabajos para Marvel.

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #432 en: 17 Septiembre, 2025, 07:35:28 am »
Hablando de los MH de Spiderman, a ver si reeditan el de Roger Stern, y también Caza a la Araña y Noches de Nueva York de la línea Espectacular. Ya va siendo hora
Yo tambien estoy interesado, es un tema recurrente lo comentamos hace un año ... hace poco alguien pregunto por una reedicion (no concretamente estas) y Celes dijo que no esperara de pie, ojala me equivoque pero va para largo o igual no, mira la sorpresa que nos han dado con Factor X 1
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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #433 en: 17 Septiembre, 2025, 08:07:42 am »
A Milgron no le beneficia que la Gata Negra sea una petarda, pero supongo que es como el huevo o la gallina, no se sabe si el personaje es así por culpa del propio Milgron o si es que tampoco había demasiado de donde rascar.

También tengo la sensación de que el dibujo empeoró desde la época con Mantlo, pero puede ser mi nostalgia por aquellos números sea lo que nubla mi vista.
« última modificación: 18 Septiembre, 2025, 12:59:13 pm por Deke Rivers »

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Re:MARVEL GOLD/MARVEL HÉROES CAPÍTULO 39: El de los clásicos gordotes
« Respuesta #434 en: 17 Septiembre, 2025, 23:44:22 pm »
Peter Parker, el Espectacular Spiderman: Marvel Héroes 2: Punto de Ruptura (1984-1986)




Conclusión.

Estamos ante un tomo especialmente irregular que, sin embargo, es de adquisición obligada por la saga de la muerte de Jean DeWolff y por el anual de Bill Mantlo. Lástima que la etapa escrita por Al Milgrom esté bastante por debajo de la anterior de Bill Mantlo.

Yo voy a romper una pequeña lanza a favor de Milgrom. Obvio que ni se acerca a lo anterior de Mantlo (que e.m.h.o. es lo mejor que hizo Mantlo en su carrera) pero he de decir que, un poco como Mefisto vs 4 H, es una etapa muy plana, sí, pero que entretiene y se beneficia de las subtramas heredadas de Mantlo y de Amazing. Realmente sólo tiene un número que me parece malo de verdad. Eso sí, funciona como etapa de transición, si se hubiese alargado dudo que mi opinión hubiera sido tan benévola.

A mí también me parece que no esta mal, efectivamente son números continuistas y entretenidos.

A Milgron no le beneficia que la Gata Negra sea una petada, pero supongo que es como el huevo o la gallina, no se sabe si el personaje es así por culpa del propio Milgron o si es que tampoco había demasiado de donde rascar.

También tengo la sensación de que el dibujo empeoró desde la época con Mantlo, pero puede ser mi nostalgia por aquellos números sea lo que nubla mi vista.

Bueno, la Gata siempre ha sido una loca obsesiva de las narices, pero por eso mola, las femme fatales es lo que tienen...

Y...no, tú vista no está nublada, pero los guiones de Mantlo, jo, que trepidancia.*

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