Sí, en realidad Byrne siempre se ha llevado bien con cualquiera que lo mimara al máximo. En el momento en que le dices "NO" o si apoyas a otro guionista antes que a él, es cuando ardía Troya. De hecho, volvió a Marvel repetidas veces en cuanto cambiaba el editor jefe con el que había discutido previamente.
Aunque Shooter ha sido profusamente criticado, la verdad es que conociendo las intrahistorias que había detrás se le puede comprender mejor: algunos guionistas se creían casi como estrellas del fútbol a los que había que consentir caprichos absurdos e ideas delirantes, o si no se enfadaban. En cambio, él tenía por encima una serie de ejecutivos, con los que se reunía muy frecuentemente (de ahí que fuera casi el único de la redacción que llevara traje y corbata), los cuáles no tenían ni idea de cómics pero le decían: que sepas que estás trabajando con una franquicia (los personajes) que nos ha costado millones de dólares, por lo que no debes consentir absolutamente nada que reduzca el valor de estas propiedades (ni historias que puedan resultar ofensivas para nadie, ni cómics de autor experimentales que ridiculicen nuestros personajes, ni temas subversivos de crítica social, ni nada...); si sucede cualquier cosa de éstas, te vas a la calle.
Esto en realidad ha existido siempre. Lo que pasa es que en los Años 70 el descontrol en Marvel era tan grande (pocos editores duraban más de 1 año) que se colaban cosas que, de haber habido un mayor control editorial, no se hubieran permitido en absoluto. Tampoco los personajes valían lo que terminaron valiendo en los 80 (y aún así, ahora valen muchísimo más que lo que Shooter pudo llegar a imaginar).
Para mí lo más criticable de Shooter es que a veces actuaba de forma poco clara para engatusar a la gente y darle largas, es decir, no engañando directamente sino haciéndote perder el tiempo o actuando por la espalda. Así le pasó por ejemplo con George Perez, al que tuvo mareado durante 1 año con el tema del crossover JLA/Vengadores, del que dibujó muchas páginas y se tuvo que corregir el guion varias veces, pero que puso todas las trabas posibles para que no viera la luz. Y lo mismo consintiendo a escondidas muchas cosas a Byrne que iban en perjuicio de Claremont, con el que el canadiense estaba enfrentado.