Añoro los días en los que podía ir a la librería y, a ciegas, escoger al azar cualquier cómic de DC y saber a ciencia cierta que disfrutaría de una excelente edición a un precio razonable gracias a nuestra tristemente fenecida editorial amiga.
Éramos felices y no lo sabíamos.

Éramos los tontos que miraban el dedo en lugar de donde señalaba.
Nos fijábamos en los 4 tomos que dejaban sin editar de una colección en lugar de los 19 perfectamente editados que ahora tenemos en la estantería.
Les fallamos, y Panini es nuestro castigo.