Sobre el debate en sí, no me quiero extender mucho, que ya me aburro a mí mismo hablando de Logan (tampoco voy a meter el ranking de siempre, ni lecturas esenciales, vamos a pelo) y tampoco quiero cansar a nadie:
Existen dos Lobeznos (que importen, al resto le pueden dar):
El hombre y el animal.
El animal, por acabar pronto, basta conocerlo con la esplendida Arma X de BWS. Es una obra visceral, diferente, onírica, casi de pesadilla, donde impera la fiebre, no las razones ni las palabras. El lector se siente como Logan, casi parece que delire ante la representación del mundo como lo vive Lobezno en su estado salvaje. Los diálogos, escasos y repetidos, confusos. El color, saturado y agobiante.
El hombre, por acabar antes, no existe sin Claremont. No hay más Logan que el que el patriarca mutante bosquejó en Honor, Kitty Pryde&Wolverine y su serie regular en Madripur. Ahí está todo lo que es Logan, sus lecciones morales, su faceta de maestro, de brújula moral de los suyos, del que se mancha las manos para que tú no tengas que hacerlo y del hombre fallido que se levanta de nuevo.
Y ya. Todos, todos los demás, son aprendices que han bebido de ahí para representar a uno o a otro.