Pues yo, en cuanto entro en la sala, desconecto el chip 'cinéfilo exigente' y me pongo en modo 'Primera Comunión'... y a disfrutar como lo haría un empollón en tiempos de Vértice...
Esto no quiere decir que no tenga mis preferencias... pero abominar de alguna de ellas, nunca, sobre todo cuando recuerdo que he tenido que esperar cuarenta años para disfrutarlas...