He leído
Elfos Nº 24: La prisión de Komoorth.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
En este volumen, tenemos cierta continuidad con los hechos ocurridos en el
tomo 19. No obstante, es una historia con cierta independencia, que se centra en el resurgir de los semielfos, tras lo sucedido en la guerra contra los gules. Una vez más, tememos una brillante historia que combina muy bien la fantasía heroica con la crítica social y esa lucha constante por la igualdad y la independencia de algunas de las razas élficas de la tierra de Arran. Como ocurre en otras ocasiones, si bien es cierto que este álbum se lee con total independencia, tenemos alusiones a momentos importantes relacionado con la saga de los semielfos que se ha desarrollado anteriormente en la colección. Pequeños apuntes que sirven para potenciar se universo de ficción que tan bien están construyendo los autores implicados en este proyecto publicado por la editorial francesa Soleil.
Uno de los aspectos que más me ha gustado de esta entrega es la utilización de un recurso narrativo como es la inclusión de una historia dentro de otra historia. Por lo que casi podríamos decir que tenemos dos historias en una. Por un lado, tenemos las aventuras de Tei-Nooh y su hermano, dos semielfos separados durante su infancia que vivirían una vida de sufrimiento y sangre hasta volver a reunirse, tomando la firme decisión de intentar acabar con las injusticias que ha sufrido su pueblo, considerado como inferior entre los elfos y los humanos. De ese modo, asistimos a una historia con tintes dramáticos, pero también con una importante caga de superación y fuerza increíbles. Ya lo he comentado en muchas otras ocasiones, pero una de las principales características de esta serie es la forma en la que los guionistas construyen personajes tridimensionales, capaces de conectar con el lector. Es imposible no sentir cierta empatía por los protagonistas en muy pocas viñetas, lo que ayuda a sumergirte en la lectura aún más si cabe. En este caso, veremos cómo dos niños que nacen en un entorno donde impera el odio buscan una forma de escapar de él, en busca de algo que sirva para cambiar el mundo no solo para ellos, sino para el resto de su raza.
La otra línea argumental nos sitúa en el presente. Tei-Nooh rescata a Haarn’al, la primera semielfa, con la intención de regresar a Trein Er’Madenn Fern, la ciudad en la que vivían los semielfos antes como una nación antes de la guerra de los gules. Así comienza un viaje de peregrinación hacia el hogar, que se verá interrumpido por su paso por la prisión de Komoorth, ya que la primera semielfa necesita estar rodeado de lo de su especie para regenerar sus fuerzas y su vitalidad. Así comienza la misión de Tei-Nooh, rescatando primero a su hermano de los orcos, para después iniciar una misión suicida de rescate a la prisión, reuniendo un nutrido grupo de semielfos que serán el pilar del renacimiento de una raza. En definitiva, una historia de acción, dramatismo y esperanza, que nos trae los grandes elementos de la fantasía heroica en otra fantástica entrega de una serie que después del tiempo transcurrido mantiene un nivel muy alto. Destacar también el apartado gráfico, realmente espectacular en muchas ocasiones y con un nivel de detalle increíble. Sin duda, uno de los mejores tomos en ese aspecto. Me he quedado con muchas ganas de más, espero que pronto pueda tener acceso a más números de esta serie, que se está convirtiendo en un imprescindible del cómic europeo actual.