Jet, la frase de partida era que este sexto Omnigold es uno de los mejores tomos que ha publicado Panini. Yo lo que digo es que no me parece ni siquiera uno de los mejores Omnigolds de Spiderman en conjunto.
¿Esa historia es la mejor de Spiderman hasta la fecha? Pues posiblemente, claro. Pero el tomo tiene más de 600 páginas y antes de ver a Gwen convertirse en "GWEN" la vemos diciéndole a gritos a una anciana enferma, viuda y que sólo tiene a una persona en el mundo que deje de ser tan maternalista con él.
Con un poco de justicia, la respuesta de la Tía May habría sido algo tal que así:
- Deja tú de ser una mema y una pánfila, no te jode.
Pero May es muy buena gente, aunque en el fondo todos sepamos que ella prefería a Mary Jane.
Hombre, el tomo tiene sagas como la de los 6 brazos, la tierra salvaje, la guerra de bandas, Flash Tomphon y Vietnam...
Es decir, yo si creo que es uno de los candidatos a ser el mejor OG jamás publicado.
Respecto a Gwen y tía May,... ¡si tía May era más pánfila todavía!
No.
Gwen Stacy fue una fémina más avanzada que casi todas las novias de héroes de esa época. Mary Jane era una cabeza loca y poco más, y se acababa haciendo desagradable de pura cabeza hueca que sólo piensa en divertirse hasta límites vergonzosos. Ya lo dijo la Vieja Al. De hecho, sólo a partir de la muerte de Gwen, Mary Jane empieza a moverse a un terreno algo más maduro. O así lo recuerdo yo.
Si hubiera vivido, Gwen también hubiera evolucionado, igual que lo han hecho otras novias de los cómics, las cuales también los autores de turno se cepillaron o quitaron de en medio por no saber qué hacer con ellas: Sharon Carter, Betty Ross, Karen Page, Pepper Potts, Jane Foster... muertas o fuera de la colección. Y ahora, evolucionadas a otra cosa, con mayor o menos acierto.
¿El problema de Gwen? El problema de Gwen es que su relación con Peter estaba tan asentada, que el siguiente paso lógico era casarlos, y eso no se quería hacer. Y eligieron la vía dramática para evitarlo.
Paradójicamente, al final se casó con la sustituta, a la que hubo que cambiar el carácter (madurar, se llama) para que pudiera encajar en el papel.
Podría escribir estas palabras yo mismo.