He leído
Capitán América Nº 35 - 39.
Retomo la lectura de esta colección tras mi
anterior comentario.
Tras el paso de Steve por la Dimensión Z, Remender comienza a explorar de manera interesante lo que podríamos considerar un
back to basics del personaje. Al fin y al cabo, la llegada del Capitán América al Universo Marvel suponía introducir al héroe de la 2ª Guerra Mundial a finales de la década de los sesenta. Es decir, teníamos a un hombre fuera de su tiempo. El guionista utiliza este concepto de base, pero lo retuerce a su antojo para que podamos verlo desde otro enfoque diferente, dotándolo de cierta originalidad. Cabe destacar lo bien que se profundiza sobre Steve en este aspecto. Sus ganas de dejar el pasado atrás para afrontar un presente y el futuro. Además, los hechos que acontecieron durante su enfrentamiento con Zola lo han dejado tocado por dentro, abriendo su corazón a su mejor amigo, el Halcón. Aunque tampoco podemos obviar a Negro Azabache, en la cual se apoya, presentándose como una unión por necesidad para ambos. De esa forma, asumir el destino es más fácil con alguien que ha vivido la misma experiencia que tú. Obviamente, una descendiente de Zola no va a tener un gran recibimiento entre SHIELD y la comunidad heroica, pero de momento parece ser solamente una aliada y un hombro en el que apoyarse. Me está gustando mucho la evolución de este personaje.
En este bloque, tenemos tres partes bien diferenciadas. La primera de ellas consiste en el desarrollo de los personajes que protagonizan la serie, como comentaba anteriormente. Quizá uno de los aspectos que más me está gustando de la etapa de Remender al frente de la colección. La segunda se centra en Nuke, el atormentado villano que recibe órdenes de alguien para que desate el caos en Nrovekistan en nombre de Estados Unidos. Esta parte está íntimamente ligada al nacimiento del villano en la sombra: Clavo de Hierro,
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Estas dos partes no solo tienen un nexo en común, sino que son el preludio a la siguiente saga, que de momento parece bastante interesante. El enfrentamiento con Nuke es el pretexto perfecto para poner encima de la mesa una amalgama de ideas políticas y sociales enfrentadas entre sí. Prácticamente parece haber una crítica soterrada al comportamiento de los norteamericanos en algunos aspectos ligados a ciertos conflictos bélicos en los que ha participado. Estamos ante dos soldados de dos épocas diferentes, que ven las cosas de manera distinta y cuyos ideales chocan verbal y físicamente a lo largo de esta historia. Me gusta mucho como el autor utiliza de base al Nuke que creara Miller, antes de pasar a la siguiente fase. Además, sale a relucir el capitalismo, el comunismo y el patriotismo como diferentes ramas de un mismo árbol que busca la paz utilizando la guerra como herramienta para conseguirla. Hay que reconocer que introducir al Capitán América en estos temas es bastante apropiado, pero no deja de ser un arma de doble filo, ya que podemos acabar cayendo en la propaganda fácil y patriótica en la que muchos encasillan al personaje. No obstante, Remender utiliza un escenario con tintes de realidad para que los protagonistas lo utilicen como púlpito para exponer ideas que propongan una reflexión sobre la realidad del mundo. No hay una excesiva profundidad en ello, pero tampoco se trata el tema de manera superflua. Hay un buen equilibrio y me parece muy acertada esta manera de hacerlo en una serie como la que protagoniza Steve. Hacía mucho tiempo que no veía mojarse tanto a un autor en esta serie. Tras esta lectura, me cuesta ver el motivo por el que esta etapa no ha cosechado mayor éxito. Tiene tramas elaboradas con vueltas de tuerca interesantes a conceptos poco novedosos, buscando una interesante perspectiva, pero siempre guardando un máximo respeto por la esencia del personaje y lo que representa. Me parece una buena forma de contar historias del Capitán América bajo un prisma actual, sin perder de vista la historia del Centinela de la Libertad. Desde luego, tras la marcha de Brubaker, no me esperaba este nivel. Remender ha superado mis expectativas.
En el apartado gráfico tenemos a Carlos Pacheco, que bajo el entintado de Klaus Janson me ha gustado bastante. Parece que me estoy reencontrando con mi paisano, porque últimamente lo veo más acertado. Si bien es cierto que he observado algunas irregularidades, en líneas generales me parece que hace un buen trabajo. Y las portadas son bastante chulas. Su sucesor, Nick Klein, también me gusta bastante e imprime un estilo muy similar al de Pacheco en esto números. Con ganas de ver como evoluciona la etapa de Remender en el siguiente bloque.