No me gustan las pelis de la industria cinematográfica anglosajona en las que se blanquean a mujeres, ya de por sí blancas protestantes privilegiadas, colocándoles al lado de forma subordinada a secundarias racializadas oprimidas que solamente se definen por su relación respecto al centro de poder blanco.
Especialmente sangrante me parece la relación de subordinación de la cultura pakistaní respecto a la blanca protestante dominante plasmada simbólicamente en la mimetizacion de Kamala respecto a Danvers, como si las jóvenes de ascendencia pakistani que viven en el centro del poder blanco anglosajón no pudieran replicar los propios mitos heroicos de su cultura.
Si le sumamos la preeminencia absoluta de mujeres biológicas y la ausencia de representación de géneros fluidos, o transgeneros, en el más puro supremacismo cisnormativo, hay que tener un tufillo muy rancio para validar representaciones tan propias de hegemonías occidentales blancas.