Yo estaba viéndola y pensaba lo mismo, que salvando todo lo que tenga que ver con Spider-Man en movimiento y Harry Osborn (porque el tío impone cuando está chalado), la película no me gusta mucho en lo argumental, y desde luego yo no habría escrito a un Peter Parker así en según qué momentos, pero claro, llega la parte final con el niño, en la que la peli no esconde su razón de ser, y tengo que rendirme a sus pies. Es como esa historia de Stern en la que Spider-Man habla defiende a un niño al que están acosando, como a él cuando era pequeño, y le dice que está bien que se sumerja en los libros, pero le aconseja que no pase demasiado tiempo en ese mundo o le costará salir de él. Y ves al niño observando cómo Spider-Man se va y cómo quiere ser como él.
Pues con eso me quedo de esta peli, con lo que quiere transmitir Spider-Man a los más pequeños. Es para ellos.
¿Es que nadie va a pensar en los niños?
EDITO.- ''En nombre de los ciudadanos de Nueva York y de los rinocerontes de verdad''...