Que no, que sigues equivocadísimo. Que autores como Alex Raymond, Harold Foster o Stan Drake ganaban auténticos dinerales, eran reconocidísimos y no se avergonzaban en modo alguno de su trabajo.
Te explicas perfectamente, el problema no es ése. El problema es que estás muy desinformado.
De verdad, Essex, cógete alguna de las obras que te he dicho y léetela.
Vale, te agradezco la recomendación.
Intentaré hacerme con ella en cuanto pueda.
De cualquier forma...aunque no tengo problema en aceptar la baza de que
"la respuesta al debate es A, porque B no sabe lo que dice", aunque así pudiera ser, debo decirte que ese es mi análisis y mi opinión, y que está bastante reforzado a partir de lo que he leído no dentro del medio sino acerca del medio.
Es así. No me he levantado esta mañana y se me ha ocurrido. Son ideas maceradas durante años, y siguiendo el mismo criterio deductivo que utilizo para analizar la literatura en mis estudios.
Y bueno, ahora ando por un Corte Inglés, y Arrugas, Maus o Hellboy me pegan bocados por los pasillos. La sección de cómics llega literalmente hasta donde llega la vista. Figuras, camisetas, cientos y cientos de baldas y mesas. El catálogo es inmenso. Adultos, niños, jóvenes. Para todos.
No viví los 60, pero me parece que esto no era así entonces.
Ahora el título de un autor de cómic aparece tan grande en el cartel de su adaptación cinematográfica como el de su director. Creo recordar que no siempre ha sido así.
Ahora asisto a congresos y ponencias de escritores que recomiendan cómics en sus charlas, cuando antes, en los círculos más elevados de la literatura, ni se mentaba el cómic, considerándolo algo pueril.
Quizás el medio no se haya dignificado ni haya crecido en estos últimos 35 años de forma especialmente acentuada como yo sostengo, y yo esté equivocado, pero... Todo lo que veo me indica lo contrario, lo siento.