IRON MAN 3
Iron Man 3 es simplemente demasiado.
Demasiado "tonta", demasiado Michael Bay, demasiados giros, demasiadas vueltas, demasiados chascarrillos, demasiados momentos en los que realmente no pasa nada, demasiado metraje para una idea que podía haberse resumido mucho más.
¿Me ha gustado? Uf. No lo sé. Sí. Me he divertido mucho, pero...simplemente es excesiva.
Nadie que conozca a su director, Shane Black, puede extrañarse de ello, ya que esto es
Kiss, Kiss, Bang, Bang con armadura. Sigue exactamente el mismo esquema:
Película interminable, que podía acabar 20 veces, y que se alarga en un nuevo argumento, un nuevo giro, una y otra vez. Película "extraña", con un particular sentido del humor y el drama, que no sabes si tomarte en serio o a broma, que cambia continuamente de un registro a otro, dejándote a menudo desubicado en la montaña rusa emocional que pretende ser.
Pero, también hay que decidir en su favor, que tiene argumentos sólidos para ser disfrutada.
Las escenas de acción están bien rodadas, crean aprensión y angustia cuando lo pretenden, resultan emocionantes y vistosas...la primera hora y cuarto. Luego, como todo en la película, acaba siendo excesivo.
Las risas y bromas se hacen pesadas.
Las escenas de explosiones se vuelven repetitivas.
Las cúspides de emoción ya no emocionan.
Al final, acabas pensando, que si la película hubiera acabado antes de llegar a Miami, todo hubiese sido mucho mejor. Y ojo, no porque no admita el rocambolesco giro, que me parece válido, si no porque a esas alturas, el espectador ya está un tanto hastiado de ver repetirse una y otra vez los mismos esquemas.
La mejor escena de la película: el asalto de los helicópteros.
Quién hereda el papel de Sam Rockwell: Guy Pearce casi 100%, solo que además es guay.
¿Recomendable? Emhhh. Sí.
Nota: Ni idea. ¿Un 6? ¿Un 6.5? ¿Un 5? La película cambia tanto que no se si considerarla a trozos o de forma completa.
En fin. Algo diferente, extraño, y novedoso. No necesariamente bueno, pero si original.
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Para bien o para mal, la película coquetea abiertamente con autoparodiarse a sí misma.
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