Aquí no leemos novelas gráficas, leemos tebeos.
Tú lees hasta la etiqueta del champú.
Venga va, pero espero que todos estemos de acuerdo en que los cómics son una parte de la literatura, ¿no? (Al igual que los libros para niños, con más ilustraciones que palabras).
Que sino está muy mal la cosa
Yo tampoco metería el cómic como género literario. En la literatura la base es la letra, mientras que en el cómic la base es la imagen... y una de estas imágenes que se usan son las letras.
Lo que ocurre es que literatura y cómic comparten medios de distribución y formato, y eso ayuda a la confusión. Aparte de eso, los efectos que puede producir un cómic y la manera de conseguirlos son muy diferentes a los de un libro.
Al exigir a un cómic que tenga tanta calidad como un libro se cae en el error de cuando alguien dice que una película parece un videojuego o un cómic. Estamos dando por sentado tanto que la literatura es elevada como que el cómic o los videojuegos no lo son. Y lo que ocurre realmente es que cada uno tiene su campo.
¿La letra como imagen?
Entonces 100 años de soledad es un cuadro de 500 páginas. Rebuscado.
Y respecto a lo rojo:
Es que un buen cómic tiene que tener la misma calidad que un buen libro. Sino entraríamos en frases como
"No está nada mal...para ser un cómic" ¿Porque no se le puede pedir a un cómic la misma calidad que a un libro?
Otra cosa es que le pidas que use los mismo modelos narrativos.
Me parece que opinamos lo mismo, pero las maneras de explicarlo no concuerdan.
La literatura no es elevada, ni los videojuegos son simples. Nadie da -creo- eso por sentado. En todos lo medios hay buenas obras y malas. ¿O es que no hay malas novelas? Pero a nivel narrativo, tanto un videojuego, como una película, como un cómic, beben de la literatura. Tiene que haber un guión que sustente los gráficos, las imágenes, los dibujos.
En videojuegos y cine la parte escrita se pierde, en los cómics permanece. De ahí que al medio que más se asemeje el cómic, en mi opinión, es a la literatura.
Y separarlos me parece... ridículo. Pero eso ya son manías mías, del Time, y de muchos otros autores o críticos.