Solomon Kane: Esta es una de esas películas en las que no puedo sino lamentarme de que no dejen entrar a los cines con armas de fuego. Francamente, yo soy de aquellos que hubieran pagado una verdadera pasta por que le dejasen a solas con el tal Michael Bassett durante tan sólo quince minutos en un cuarto insonorizado.
Lo primero, le hubiera explicado por vía rectal la utilidad que tiene un bastón ju-ju; luego le hubiera explicado que si tenía ganas de que el personaje viviera en un monasterio, lo ideal hubiera sido iniciarle a él en la vida monacal a base de ostias; y por último, ya que considera inútil leerse ni tan siquiera las diez primeras líneas de cualquier relato protagonizado por Kane, le hubiera explicado los beneficios alimenticios que tiene la ingesta de papel sin necesidad previa de desencuadernar el libro.
Puntuación: - 3
Las Crónicas de Narnia: Como películas para todos los públicos, les doy un 5 ya que a mi chica y a mis alimañas les gustaron. El problema con esta trilogía lo tengo yo, puesto que después de salir del cine, con la primera no me acordaba de nada, la segunda la confundía con la primera que la había visto un año antes, y la tercera sólo sé que la he visto porque así me lo han jurado. Como supongo que me tocará ver las siguientes, haré el paternal y familiar esfuerzo de intentar introducirme en el tema nada más empezar la película a fin de poder verlas sin necesidad de utilizar el socorrido sistema de “visión en piloto automático con ojos abiertos y boca cerrada”.
Furia de Titanes: Pues hoy no tengo mucha suerte a la hora de comentar. Le doy otro 5 por comparación con su horroroso y pretencioso remake del año pasado. Si nunca hubiera existido ese remake seguramente le hubiera dado un 2 por su buen reparto de actores. Sin embargo, después de ver ese remake, creo que a esta película la había infravalorado de un modo injusto creyendo que las cosas no se podían hacer peor. Y claro que se podía hacer peor, por ejemplo, con otros actores que bien pudiéramos haber sido yo y un par de colegas después de una noche particularmente espesa a base de chupitos.
