buenas
Pues más allá de un "anímate tigre" de Mary Jane, de intentar llevarlo a alguna fiesta y de algún monólogo aislado de Peter, los números inmediatamente posteriores al Amazing Spider-Man 122 me decepcionaron profundamente en lo que se refiere a la descripción del impacto emocional que debió suponer la muerte de Gwen Stacy tanto en Peter, lógicamente, como para el resto de la pandilla del Coffe Bean.
Es más, los personajes más bien actúan como Gwen Stacy y Peter hubieran roto su relación, no como si la primera estuviera bien muerta. De hecho, el único que me parece bien tratado en esta etapa es Harry Osborn. Él sí parece haber perdido algo y estar furioso con el mundo y no olvidarse de las cosas de un día para el otro. Porque ésa es otra. El padre de Harry Osborn también ha muerto. El lector sabe que se trata de el Duende Verde pero el resto de personajes salvo Peter y Harry no lo saben y no actúan en consecuencia para nada. Se acaba de morir el padre de uno de tus mejores amigos y ni siquiera parece importarle a nadie.
A todo esto, la tía May, que está loca de amor por su sobrino es incapaz de dejar su empleo de ama de llaves de la mansión del Dr. Octopus para apoyar a Peter. Me parece mucho más cuidada y verosímil la reacción de todos los personajes tras la aparición del clon de Gwen Stacy.
Los números 121-122 son magistrales, dramáticos, intensos y llevan a Spider-Man a la mayoría de edad. Los posteriores no están a la altura, no ya de acontecimientos que era lógicamente imposible, si no de coherencia con lo mostrado anteriormente.
La etapa de Conway en Spider-Man está flanqueada por dos de las más grandes historias jamás escritas sobre el trepamuros (La muerte de Gwen y la Saga del Clon), pero para mi gusto, no llega al nivel de Stan Lee/Romita. Claro, que con todo lo que vino luego y, también por méritos propios claro, se mantiene como una de las tres o cuatro mejores etapas del personaje de largo. Sin duda, vaya.
saludos