Bueno, lo que yo creo que todos tenemos más o menos claro es que
Revolución es una de esas historias que a poca gente deja indiferente.
A mí, personalmente, la historia no me parece inocente de nada. Me refiero a qué Grant (y también Wagner, que para eso también estaba firmada por él) buscaban una reacción de los lectores ante lo que habían leído, y esa reacción se produjo en los propios correos de la época, que además me imagino que en algunos casos debieron ser editorialmente aligerados. De hecho, siempre he tenido la impresión de que debió haber cartas bastante subidas de tono (a favor y en contra de la actitud de los Jueces) que nunca llegaron a aparecer.
Para plantear la historia en su contexto, debemos tener en cuenta cómo era la Gran Bretaña de la época, con Margaret Thatcher al frente. Sin entrar en cómo acabaron los sindicatos tras el mandato de la Dama de Hierro (que por cierto, ellos la llamaban de otra manera que ahora no viene al caso), durante la década de los 80 los británicos llegaron a tener más de 3 millones de parados, con un problema muy serio con las huelgas y las violentas manifestaciones de los mineros, a quienes Thatcher llamaba “el enemigo interno” y a quienes éstos la acusaban de introducir policías en las manifestaciones para reventarlas desde dentro. En 1987, el año en que se publicó
Revolución, Thatcher se presentaba a la reelección, de ahí que a mí la historia no me parezca inocente de nada.
Es más, no sé si los que tengáis más edad, recordaréis las manifestaciones que tuvieron lugar dos o tres años después en Trafalgar Square con motivo del Poll-Tax, con cifras que oscilaban entre las sesenta y las cien mil personas manifestándose contra el gobierno de Thatcher y que se saldaron con centenares de personas heridas y detenidas durante los enfrentamientos que se produjeron.
Planteada hoy esta historia, somos luego cada uno de nosotros los que, como reflexión o creencia personal, debemos decidir si esta actitud de los Jueces es un completo disparate, una ficción que en la realidad no tendría ninguna posibilidad de plantearse porque ningún gobierno democrático actuaría así contra sus propios ciudadanos, o si por el contrario entenderíamos perfectamente posible que cualquier gobierno, de cualquier país, incluido éste, sería capaz de actuar así para evitar que el control de una determinada situación se le escapase de las manos, y en ese caso, si estaríamos a favor o en contra de ese tipo de actitud por parte del poder. O lo que es lo mismo, ilegalidad o mal menor, que es el debate interno que, en mi caso, a mí me parece que suscita una historia tan crítica con el poder como es
Revolución.
Y ello teniendo siempre en cuenta que la Democracia no consiste tanto en respetar las opiniones de los demás, sino en saber cómo convivir con quienes no piensan igual que nosotros, por acertados o equivocados que pensemos que estén.
Aclaro que el resumen de Taneleer me parece perfectamente neutro
Te agradezco que lo hayas visto así. No es una historia fácil de comentar sin involucrarte de algún modo al comentar lo que sucede en ella. No es el tipo de historias que generen indiferencia; más bien lo contrario, yo creo que pretenden que "te mojes" mientras vas leyéndola.
- Con la saga de la Juez Anderson me has pillado fuera de juego, Taneleer. Por un momento he pensado que me faltaba algo en los Complete Case Files. Luego he caído en que tú estás revisitando la revista 2000 AD. Lo cual me lleva a que cuando termine los Case Files de Dredd tendré que empezar por los de Anderson. Menos mal que hay pocos...aunque no sé si mi bolsillo será tan comprensivo contigo.
La comprensión es una virtud que se menosprecia demasiado. De hecho, yo comprendo a tu bolsillo y me solidarizo con él.
Las historias de Anderson las están recopilando en los Psi-Files, no en los Complete Case. Como más o menos comenté ayer, las historias de Anderson firmadas por Wagner y Grant sí que estaban muy relacionadas con las que hacían en Dredd. En concreto,
la Hora del Lobo fue la gran secuela de
la Guerra del Apocalipsis, por mucho que Dredd no saliera en ella.
Para mayor tranquilidad de tu bolsillo, puedes decirle que luego, cuando Grant se quedó como único responsable de los guiones de Anderson, la cosa ya no estuvo tan conectada.
Finalmente, ¿qué decir de la aparición de PJ Maybe? Pues que en su momento, me pasó desapercibida, como un capítulo no especialmente destacable. Esta es, en mi opinión, parte de la grandeza de esta serie: capítulos breves o personajes anecdóticos, pueden resurgir en el futuro con una fuerza impresionante.
El caso de PJ Maybe como personaje es para quitarse el sombrero. Sobre todo con la perspectiva que luego te va dando el paso del tiempo. Ver como fue creciendo poco a poco, y lo que Wagner ha ido haciendo con él a lo largo de 25 años de trabajo, es una de esas razones por las que no puedes dejar de seguir Judge Dredd mientras vivas. Es un trabajo de personajes verdaderamente asombroso, que sólo me parece posible si el autor tiene claro que va a estar muchos, muchos años a cargo de la serie y sus personajes.
Oz. Efectivamente, se merece un comentario aparte. Y estoy deseando leerlo.
Que no tarde tanto como el último, por favor.
Ten por seguro que lo intentaré, no ya porque me lo pase pipa haciéndolo, sino porque además os estoy más que agradecido por los comentarios que benévolamente me habéis dedicado. Pero de verdad que estoy muy liado y además necesito hacer estas cosas con un estado de cabeza adecuado. Aunque no lo parezca, a mí también me gusta más leer que escribir.
Me he puesto un tope de intentar hacer como mínimo un comentario al mes. Trataré de cumplirlo porque sino no tendría ningún sentido haberme metido en este lío.