Para empezar, tengo que decir que la idea de que Foggy quisiera impresionar a Karen diciendo que era DD no me pareció tan mala por una razón: quedó natural. Sí, siempre veíamos a Karen resoplando por lo hombretón que era DD, y de repente llega Spidey pensando que el justiciero es Foggy y le amenaza. Sin desperdiciar su suerte, Foggy comienza la farsa.
Pero luego hay cosas que no encajaban por todas partes y parecía dar igual a todo el mundo, y eso hizo que la cosa perdiera gracia y pasara a ser una buena idea mal ejecutada.
En fin, en el número que nos ocupa, tenemos una serie de cosas ilógicas tan comunes en esos tebeos de DD, como detalles en los diálogos que nos querían decir continuamente que ese tipo de la tienda era malo, muy malo. O mucho peor, que la cita de Foggy y Karen tenga lugar en... ¡Unos abandonados y peligrosos muelles, a medianoche! ¡Qué romántico!

Y lo peor es que la chica ahí, tan contenta

También está eso de que Foggy es algo gordito, y quizás hasta bajito, y es evidente que un traje ajustado no le quedaría tan bien como a Matt, pero Karen, que ha visto al hombre sin miedo mogollón de veces, no parece darse cuenta de que ha engordado unos cuantos kilos.
Pero no todo va a ser malo, al menos tenemos la primera aparición de un personaje que daría mucho juego más adelante y podemos disfrutar del dibujo de Romita, que transmite como nadie esa torpeza y brutalidad en los movimientos del Gladiador.