A mí esta serie me da mucha risa, qué queréis que os diga. Pero risa física de la de verdad, de reirte delante del televisor. Las constantes vueltas de campana de la trama, los retruécanos del argumento y lo tramposo de las situaciones hace que no me pueda tomar en serio nada de lo que sucede y que lo vea todo "desde la distancia".
Luego ese aire de gravedad en todos los personajes, todos perpetuamente de mala hostia, sin sonreir jamás (parece una serie española, coño), aumenta mi risa. Es curioso.
Todo es tan extremo, tan apabullante, cada minuto tan desesperado, tan al límite... que me descojono vivo. Sólo me río igual con Prison Break, otra serie de casualidades delirantes.
Jack Bauer se ha terminado convirtiendo en una caricatura de lo que era al principio, porque los guionistas han ido potenciando sus características principales cada temporada, hasta convertirlo en un broma. Pero, ojo, una broma altamente degustable, de escapismo frente a la TV, de irrealidad total por más que parezca anclarse a la realidad. 24 engancha, está especialmente diseñada para eso, y cumple su objetivo con creces. Un clásico moderno.