Sigo el Universo Ultimate desde su comienzo y tras 5 años leyendo que la línea estába muerta y disfrutando aún así de ella sin preocuparme de su sentido editorial, pero empiezo a sentir que esta vez va a ser verdad que está moribunda y que estamos asistiendo a la llegada de Galactus al Universo Reborn, la inundación del 2099 o la destrucción de Pittsburg en el Nuevo Universo: un canto del cisne a modo de último giro desesperado o simplemente aprovechar el desaucio para una fiesta salvaje. Cuando el spot on de Julián Clemente especulaba con su probable paso a digital, he recordado el contenedor "World of tomorrow" del 2099. Para mí, la línea Ultimate sólo tiene sentido con autores de primera línea, consagrados o prometedores pero siempre de la máxima calidad-comercialidad, y eso es lo que hecho de menos desde que se han ido Hickman y Ribic.
Me sentí igual cuando se desinflaron X-Men y 4F antes de Ultimatum. Puede que Ultimates 3 y Ultimatum fueran aún peores que las etapas de Kirkman y Carey, pero consiguieron agitarnos mientras que los Ultimate X-Men de Kirkman fueron ignorados al siguiente número en que acababan (la misma grapa, en la edición de Panini) y en el fondo daba igual. Incluso el nuevo Spiderman de Bendis se resiente sin Pichelli, y la participación de Miles en la gran batalla contra HYDRA me parece el peor número del actual volumen. Esta Guerra Civil no podría haberla sentido más intrascendente, y no porque no vaya en serio lo de poner a los Ultimates al frente del país, sino porque importa cada vez menos. Sólo comparadlo con la energía del primer combate de Los Ultimates contra Hulk, o imaginad el revuelo que se montaría si el Capi del Universo tradicional ascendiera a la presidencia después la muerte de Obama.
Antes de dejar desgastarse a los personajes, preferiría un final a la altura del recuerdo que debería dejar una línea que significó en su momento un cambio del modelo editorial de toda Marvel. Tengo ganas de poder gritar: ¡el Universo Ultimate ha muerto, viva el Universo Ultimate!