Muy bueno Exiles
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sigue asi
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Lo siento, posteo con retraso
X-MEN 5Capitulo 35Wanda anduvo lentamente por el gran mirador que se haya en lo más alto del más alto rascacielos de Genosha, su hogar. Se sentía como una princesa de aquel reino. Pero le faltaba algo más, el cariño de un padre al que sólo le unían los genes. Sin embargo estaba Pietro. Mercurio era su salvavidas, su salida de un mundo caótico que se le venía encima.
Lo oyó andar detrás de ella, acercándose sin hacer ruido para sorprenderla, ella, simplemente, se dejó sorprender. Pietro la enroscó por la espalda con fuerza y pasión.
PIETRO: Ah… hermanita. ¿Podemos pedir más de lo que tenemos?
WANDA: Siempre se puede tener más.
PIETRO: ¿Qué ronda tu cabecita loca?
WANDA: Somos soldados, Pietro. Sólo soldados.
PIETRO: Servimos a la causa de padre.
WANDA: A su causa nada más.
Wanda se gira para mirar a los ojos a Pietro.
PIETRO: ¿Crees que lo descubrirá?
WANDA: ¿Qué trabajamos infiltrados para los Estados Unidos? Supongo que algún día lo sabrá.
Wanda se reclina en un diván. Pietro se sienta a su lado y apoya su cabeza contra la de ella suavemente.
PIETRO: Somos unos traidores. Estamos vendiendo a nuestro padre.
WANDA: Si no nos hubiera dicho que era nuestro padre no nos hubiéramos enterado y las cosas serían igual que ahora.
PIETRO: Los de arriba nos están presionando mucho, quieren saber qué es lo que trama Shaw y su misterioso amigo.
WANDA: Si te hubiera mandado a esa misión en vez de a Lorna ahora podríamos estar dando información y no desconfiarían de nosotros.
PIETRO: ¡Un momento!
Se levanta de golpe y mira a su hermana.
WANDA: ¿Qué se te acaba e pasar por la cabeza, hermanito?
PIETRO: La mujer que trajo Fabián. La ciega que guarda en las mazmorras.
WANDA: Qué paradoja, una vidente ciega.
PIETRO: Oh… ¡pues claro! Si se la llevamos a Furia será la mejor prueba de nuestra confianza. ¡Mejor que eso! Nos hará testigos protegidos y nos incluirá en el grupo de acción que está creando.
WANDA: Lo difícil será sacarla sin que los Acólitos nos detecten.
PIETRO: Eso déjamelo a mi.
Pietro se acerca a la barandilla del mirador, la agarra con fuerza y mira al infinito.
Wanda se levanta, y como hiciera él antes lo abraza por detrás.
Capítulo 36Cíclope se sentó en uno de los cómodos sillones de estilo barroco del local. Miró al techo y a las paredes, todo recargado y imitando el estilo del siglo XVIII.
Un camarero con traje de época y peluquín se le acercó serenamente.
CICLOPE: Un Jack Daniel, por favor.
El camarero, igual de silenciosamente que había venido se marchó. En la sala habría casi cincuenta hombres, algunos muy jóvenes y otros más viejos, vestidos de traje y algunos de época, como el camarero.
El espectáculo comenzó y un par de bailarinas semidesnudas salieron a la tarima.
En vez de centrarse en ellas, Cíclope inspeccionó la sala en busca de una cara que le dijera algo. Varios hombres lo miraban, y supuso que era porque no se había quitado la larga gabardina negra que lo delataba, pero bajo ella estaba su traje de X-Men, y sabía que un Hombre X no sería bien recibido en uno de los locales más sibaritas de Genosha.
Uno de los camareros se acercó a el por detrás y le habló junto al oído.
CAMARERO: Señor Summers, el señor Shaw le espera abajo.
Scott asintió y se levantó. No sabía bien cómo había llegado allí, simplemente una fuerza dentro de él le había empujado a tomar un avión hacia Genosha y le había guiado por las calles de la ciudad hasta dar con un local que se hacía llamar el Club Fuego Infernal.
Siguió al camarero por una gran puerta de roble macizo alejándose de la zona de bullicio, bajó unas escaleras de piedra mohosas que recalaban la humedad y que daban al entorno un aspecto tenebroso.
Las sencillas escaleras dieron lugar a una sala de enormes proporciones subterránea de exquisita arquitectura, adornada con arcos tallados con motivos de hojas de acanto, y sustentadas en finas columnas cilíndricas que asemejaban a la gran sala a un bosque. Las paredes tenían relieves que hablaban de antiguos dioses que se encarnaban en el sol, sus hazañas, sus matanzas. Toda la sala estaba bañada por una cálida luz que proporcionaba la cristalera del fondo, que gracias a las vidrieras que la recorría hacía que la estancia cobrará diferentes colores. En el centro de la vidriera estaba dibujado en cristal un gran pájaro dorado que con sus alas tocaba el sol y la luna, y bajo él, la Tierra desolada y enrojecida por la acción de las explosiones que Scott supuso que debió tener cuando aún no había vida y los volcanes empezaron a dar forma a los continentes. Pero aquella no era una recreación del pasado, sino del futuro.
En el centro de la sala esperaba un encapuchado. El camarero se fue y Scott se quedó solo con el misterioso hombre. Poco a poco se descubrió quitándose la capucha. No era la primera vez que Cíclope veía a ese hombre. Sebastian Shaw. El financiador de los experimentos que Siniestro había intentado llevar a cabo en el cuerpo de Jean, y contacto directo con el mundo de su amo Apocalipsis.
SHAW: Señor Summers. Que placer volver a verle.
CICLOPE: ¿Qué hago aquí Shaw?
SHAW: (lanza una risita) Si no lo sabes tú…
Se gira a una pequeña mesa auxiliar que hay a su derecha y se sirve una copa.
SHAW: ¿Quieres una copa?
Scott no contesta, se queda mirándolo fijamente.
SHAW: Estás enfadado. Yo también lo estaría. Así que el señor Apocalipsis te dio a elegir, y tú… has elegido.
CICLOPE: Yo aún no he elegido nada.
SHAW: Tu presencia aquí dice lo contrario.
Shaw comienza a pasear lentamente por entre las columnas, desapareciendo de la vista de Scott durante segundos.
CICLOPE: Sólo quiero salvarla.
SHAW: Entonces sí que es verdad que has elegido. No eres el único que lo ha hecho esta noche.
CICLOPE: ¿Qué quieres decir?
Una puerta se abre y aparece Lobezno, también vestido con su traje de X-Men. Mira a Cíclope atónito y luego a Sebastian Shaw.
LOBEZNO: ¿Qué significa esto, Shaw?
SHAW: Al parecer, a falta de uno nos han aparecido dos pretendientes al puesto.
CICLOPE: ¿Qué puesto? ¿De qué va todo esto? ¿Qué estas haciendo aquí, Logan?
SHAW: Demasiadas preguntas, señor Summers, poco tiempo.
LOBEZNO: Yo llegué antes que tú Summers.
CICLOPE: ¿Pero de qué estas hablando? Yo he venido a saber cómo salvar a Jean.
SHAW: Sólo aquel que se convierta en el jinete podrá caminar entre los dos mundos y conocer así los entresijos de la muerte.
LOBEZNO: Y ese seré yo.
CICLOPE: ¿Te estas oyendo, Logan? ¡Te han lavado el cerebro! Este no eres tú. Tú eres un X-Men.
Logan pareció reaccionar durante un segundo a la llamada y sacó lentamente sus garras.
SHAW: Ambos habéis tomado ya un camino. Ambos habéis sobrevivido a la muerte esta noche. Tú Cíclope, después de asfixiarte volviste a la vida porque tu legado aún no había terminado aquí. Lobezno, sin éxito, se apuñaló su propio corazón. Y aquí estáis. Habéis sobrevivido a vosotros mismos, ¿sobreviviréis el uno al otro?
Logan desenfunda totalmente las garras, mientras que Cíclope se quita la gabardina y se lleva la mano al visor.