Yo es que el Drácula de Coppola no entro a discutirlo siquiera.

Es como la gente que empieza a ponerle pegas a El Padrino, Uno de los nuestros o El Resplandor, simplemente los ignoro, cinematográficamente hablando.
No es solo que sea una de las últimas grandes películas con efectos especiales artesanales de humo y espejos, lo que para mí ya le da el valor de reliquia, ni siquiera que fuera uno de los grandes papeles de Oldman, o que sea una película en general con un gran elenco comandado por Hopkins o el propio Oldman. Es que la calidad de muchas de sus escenas y sus imágenes (el psiquiátrico con Renfield, la mayoría de escenas con Lucy, la acojonante transformación en el jardín, o todo lo que sea Old-Oldman con moño en el castillo), que se quedaban en el coco de aquellos niños de los ochenta que alcanzamos la niñez y preadolescencia en los noventa, hacen de ella una absoluta delicia.
Me importa tres cipotes que abogue por el vampiro romántico, es que me la sopla.

Es una tendencia que ya estaba ahí y que llevaba ya un siglo fraguándose, porque precisamente ese componente propio del romanticismo ya es parte del mito en Stoker o Polidori. Es que ambos pertenecen al vampiro romántico iniciado en el siglo XIX, con lo que poca queja hay. Y además, ya estaba Anne Rice desde los setenta metiendo pajas, folletineo y océanos de tiempo a cascoporro, así que a pelarla

Es un género perfecto, con un equilibrio perfecto, igual que la adaptación de Jordan de ECEV, y al que no le falta ni le sobra nada.
Una de las mejores películas de los noventa, sin más, y un filtro cojonudo para saber si puedes ir con alguien al cine o no.
