Yo sí veo una cierta evolución de caracteres respecto a los primeros números en La Cosa y La Chica Invisible. Lo que es interesante es que posiblemente hay una cierta relación entre las personalidades y sus poderes, por lo que es interesante resaltar que probablemente los rayos cósmicos "conceden" poderes de acuerdo a tu propio carácter (esto creo que lo menciona también Bill Mantlo al crear a los U-Foes):
- Mr. Fantástico: heroico, reflexivo, analítico... se dice que una mente científica debe de ser "flexible" (para admitir cualquier hipótesis), por lo que el poder de elasticidad parece adecuado para él.
- La Cosa: inicialmente de carácter muy duro, gruñón y violento (casi un psicópata, aunque esto podría explicarse por el desequilibrio mental que le causa el quedarse desfigurado). Es el personaje que más se suaviza con los años, para pasar a ser un personaje aparentemente rudo pero un cacho de pan en el fondo, además de un guasón (pasa a ser entonces el contrapunto cómico de la serie, arrebatando el protagonismo a La Antorcha). También es valiente hasta el extremo, por lo que tener la dureza de una roca parece lo adecuado para ese carácter.
- La Chica Invisible: empieza la serie con un carácter tímido, duditativo (duda constantemente sobre casi todo, por ejemplo entre Reed y Namor), de querer rehuir el protagonismo y estar en segundo plano. Lo que sí se muestra en todo momento es que es muy femenina, aunque inicialmente oscila entre superficial y presumida para pasar poco después a ser maternal (primero con su hermano, luego cuando se convierte en mamá ella misma, y finalmente cuando se transforma en la "cuidadora" del grupo entero). Así pues sus poderes cuadran perfectamente: invisibilidad (por su timidez inicial) para posteriormente desarrollar los campos de fuerza protectores cuando se despierta su carácter maternal.
- La Antorcha Humana: impulsivo, impetuoso, poco paciente, juguetón y bromista. Lógicamente ese carácter fogoso casa perfectamente con sus poderes ígneos. Claramente tenía el rol de ser el adolescente entusiasta con el que los lectores debían sentirse identificados (en los primeros números suele resolver él la papeleta del mes) para posteriormente quedar algo desdibujado en una edad indefinida entre los 18 a los 25, donde ni eres adolescente ni eres todavía una persona madura y asentada.
La verdad es que el tema de los poderes ha dado para escribir docenas de argumentos: no solo se ajustan a los 4 elementos clásicos conocidos en la Antigüedad (agua, tierra, aire y fuego), sino que se dota a los personajes de carácter adecuado para ellos. Dudo que Stan Lee lo tuviera planeado todo así de inicio, pero si es coincidencia resulta asombrosa.
Este es uno de los temas que más me gusta de la serie, hasta el punto de ser mi favorita: el análisis psicológico de los personajes y la evolución que van teniendo. Para mí el desarrollo de este punto fue lo mejor de la etapa de John Byrne en los 80.