Pues entonces SÍ tenemos el mercado que merecemos, por mucho que escueza decirlo.
Caso cerrado.
No estoy de acuerdo. El mercado que nos merecemos ¿quiénes?
Los compradores no somos todos iguales. No tenemos los mismos gustos y no tomamos las mismas decisiones. No compramos o dejamos de comprar lo mismo. ¿Cómo vamos a merecernos entonces el mismo resultado todos por igual?
Los compradores influímos y damos forma al mercado con nuestras decisiones, pero en la colectividad se diluye la influencia de cada decisión en función de las decisiones de los demás. Las editoriales toman sus propias decisiones, antes y después que los compradores, influídas por lo que han hecho éstos y por sus propios intereses comerciales. Ambas partes toman decisiones y, por tanto, ambas partes tienen responsabilidad en el resultado, no sólo una.
No se trata de elegir un culpable. Se trata de reconocer la influencia de cada actor para diferenciar hasta donde llega la responsabilidad de cada uno.
Por favor, no olvidemos una variable fundamental para reducirlo todo a la colectividad de EL MERCADO. No todos los compradores (reales o potenciales) tenemos la misma capacidad económica. Ésta, y no sólo nuestras preferencias, es fundamental tanto en las decisiones que tomamos sobre nuestras compras como en el peso que tenemos para influir en el devenir del mercado.
Contestando a lo que decía Murry mensajes atrás, no hay un único MERCADO entendido como una colectividad suprema cuyas decisiones son leídas por las empesas para poner a la venta lo que el MERCADO pide y ya. Hay multitud de compradores potenciales, con distintas preferencias y distinta capacidad de gasto, a los que intentar apelar. Todos los negocios, editoriales o no, intentan amoldar su oferta para que sea aceptada por uno o varios
subgrupos de dichos compradores, que sean lo bastante grandes - no en número, sino en
dinero -, como para obtener rentabilidad. Si una editorial saca comics en formatos económicos apela a determinados compradores; si saca comics en formatos lujosos apela a otros. Que decida apelar a unos, a otros, a ambos, o a una posible intersección es decisión de la editorial. Y si se deja de apelar a un grupo en favor de otro puede ser porque el primero no conformaba un grupo económicamente viable o porque el segundo es más rentable,
que no significa necesariamente que el primero no fuera viable también.
En definitiva, los mercados se segmentan, la oferta se amolda a unos segmentos y / u otros, y las empresas son soberanas a la hora de decidir qué segmentos les interesan.
Y los segmentos influyen en función de su capacidad económica. No tiene nada que ver con algún tipo de sentido cósmico de la justicia que haga que los pobres nos merezcamos no tener tebeos baratos a nuestro alcance.