Aquí otro al que le encanta la etapa de JMS en Spider-Man, y que considera que "Un nuevo día" fue un retroceso brutal.
Para mí la clave es lo que indica celes en su firma “El problema con los aficionados es que quieren dos cosas: quieren crecimiento y cambio, pero no quieren que sea diferente. Y estas son dos nociones que entran en un conflicto terrible”. JMS evolucionó a Peter Parker, pero había aficionados, empezando por Quesada, que querían que Peter Parker volviera a ser el Peter Parker adolescente de la época de Lee, Ditko y Romita, y terminó imponiendo su criterio.
Yo diría que intentó cambiar la mitología del personaje cuando realmente no lo necesitaba. Como diría Clemente, es el mejor personaje jamás creado.
Necesitarlo no sé, pero tampoco molestaba. Creo que lo hizo de una forma muy inteligente, y que no cambiaba realmente la esencia del personaje. Lo que sí hacía era ampliar su mitología.
Todo lo totémico siempre fue una tontería y además nunca llegó a nada. Eso sín entrar en la segunda etapa suya.
Al final no se puede culpar a la gente por querer volver al verdadero Spiderman.
La era dorada del personaje es la etapa de Stan Lee, no se puede reinventar la rueda. Esto no es Daredevil, es Spiderman. Es un personaje que funciona sólo y está perfectamente definido desde los años 60.
Lo de JMS, además de estar a medio cocer, era innecesario.
Lo totémico fue una tontería después, y más después más aún, pero en Strac/Romita está contenido y es lo suficientemente ambiguo como para que funcione sin cargarse nada (como digo luego ya vino el desastre).
Lo que si habría que matizar es que es exactamente eso del verdadero Spiderman, porque ni los sesenta son los ochenta, ni los ochenta son los 2000, ni yo soy el de hace veinte, treinta o cuarenta años.
A Spiderman en su época clásica ya se le había muerto la novia, el padre de la novia, una de sus mejores amigas (como Spiderman), y su peor enemigo que además era el padre de su mejor amigo, había dejado los estudios, un amigo suyo resultó ser el nuevo Duende y también se le murió y etc, etc.
Pasaban cosas... aunque el tono era el mismo (salvo un poco con Ditko) y la historia coherente consigo misma.
Se dice a menudo, como hace poco en el hilo, que los aficionados quieren cambio y evolución, pero que al mismo se resisten a los mismos.
Y claro, en seguida me viene a la mente, por ejemplo, La Patrulla-X de Claremont, anda que no pasan cosas y que no cambia hasta el tono de la serie, pero lo que ocurre es coherente y manteniene la calidad y el interés, y sobre todo es fiel a su esencia.
O el punto de inflexión que supone la etapa de Englehart en Capitán América.
O como en el número 16 los Vengadores cambian totalmente su formación.
Creo que esa afirmación sobre la afición es un tanto simplista, lo que yo creo que se quiere es que pasen cosas, muchas, pero que esas cosas no vayan en contra del espíritu de la serie que han seguido durante tanto tiempo.
Y ese es el gran problema que enfrentamos, porque lo que ocurre es que se hacen grandísimos cambios en los que "Marvel no volverá a ser la misma", cambios efectistas que se pasan de frenada, que pierden todo lo esencial y hechos para no perdurar y que conducen inexorablemente a un back to the basics continuo cuando la cuerda se tensa demasiado, en una recarga continua cual Matrix (jodemos
Sión la continuidad y vuelta a empezar), traicionando el espíritu de la primigenia Marvel, cuya seña de identidad eran la evolución y las ideas, mientras se mantenía la coherencia.
Tú puedes casar a Peter, y puedes hacerle profesor, y puedes cambiarle de secundarios y puedes hacerle padre, y terminar su matrimonio, y que termine trabajando en un laboratorio o hasta de bombero e incluso insinuar cierta influencia totémica en su destino y seguir adelante; pero dotarlo de poderes mágicos, olvidarte de ellos cuando ya no conviene, hacer que se olvide de que tuvo una hija (del tío Ben no se olvida, ahora bien, ni un pensamiento para ella...), convertirlo en empresario millonario o hacer que de vez en cuando alguien le sustituya un par de años para luego coger estas cosas y deshacerlas del modo más cutre es sencillamente ir dando bandazos a golpe de efecto para ir estirando el chicle de la inevitable falta de dirección y evolución y que un día finalmente se despierte otra vez en casa de la tía May no es ir para adelante.
La continuidad ya no existe, es lo que hay, solo caminamos en círculos.