De la trama en sí, poco que comentar, probablemente Malkav pueda aportar algo más al guiño que hace la trama a las películas de kaijus japonesas que, como nos cuenta Jakita sobre los monstruos de este cómic, tuvieron su boom a principios de los 50's como consecuencia de los ataques atómicos de la WWII y desaparecieron a mitad de los 70s.
Eso y que los monstruos tienen ese aspecto de los efectos especiales tan característicos de Harryhsusen (o al menos yo, que tengo poca cultura cinematográfica y he visto poco cine japonés, veo estos monstruos tan acartonados y no puedo evitar acordarme del ciclope de furia de titanes).
Esta Isla Cero tiene dos claras referencias:
- La isla de los monstruos de Godzilla
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Gojira-Minira-Gabara:_%C5%8Cru_Kaij%C5%AB_Daishingeki
- Las 4 islas Kuriles cuya soberanía se disputan Rusia y Japón
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Conflicto_de_las_islas_Kuriles
El capítulo crea una conexión indudable con el
kaiju eiga (es decir, películas de monstruos japonesas), pero me desconcierta que, frente a lo que ocurre en este género cinematográfico, en el que la enorme criatura de turno es el antagonista y eje principal alrededor del cual gira la historia, en este cómic los monstruos no son más que un decorado, una atractiva atracción de feria que aporta exotismo al relato principal. Porque la trama gira, en realidad, alrededor de la secta de chalados liderados por el tal Ryu que tiene por objetivo derrocar al gobierno japonés.
Pero el guiño está ahí, justamente donde ha señalado querubo: este género cinematográfico surge a raíz del miedo atómico de la traumatizada sociedad nipona, tras los desastres de Hiroshima y Nagasaki. Godzilla y otros
kaijus no dejan de ser la proyección física del miedo de los japoneses a los efectos de la radiación, y nunca perdieron esa dimensión metafórica. Si atendemos a la explicación que Jakita le da a Snow sobre la Isla Cero, leemos:
"Todo empezó el día después de Hiroshima (...) No podemos decir que fuera la bomba atómica. No podemos decir que estas cosas son mutantes radiactivos. Eso sería una estupidez. Quizá alguien experimentó con un mutágeno, o se abrió una puerta a una Tierra paralela, o impactó aquí algo extraterrestre. Pero, cinco años después, Isla Cero estaba habitada por grandes monstruos (...) En realidad, eran como una advertencia. Nadie reconoce haber lanzado una bomba aquí (...) Pero, a pesar de que sabemos que la tecnología para hacerlo existe, nadie más ha tirado una bomba, ni abierto una puerta, ni nada de eso".
Parece evidente que Ellis no quiere cerrarse en banda, y prefiere dejar abierto el interrogante sobre el origen de los monstruos, pero no le tiembla el pulso a la hora de citar la bomba atómica como posible origen de los monstruos, y de paso lanzar la misma advertencia que todo el
kaiju eiga llevaba implícito: quien juega con las bombas atómicas acaba pagando las consecuencias.
También acierta querubo al citar como referente al maestro Harryhausen, aunque la clave no está en la tardía
Furia de titanes, que es de 1981. La clave, a mi juicio, está en
El monstruo de los tiempos remotos, estrenada en 1953 y precedente inmediato de la primera película de Godzilla (
Japón bajo el terror del monstruo, 1954). En todo caso, nada nace
ex nihilo y, si decidimos rastrear en la historia del cine, el concepto de isla perdida en una ubicación remota que alberga toda clase de monstruos y dinosaurios prehistóricos nos llevaría a clásicos de los años 20 y 30 como la celebérrima y extraordinaria
King Kong (1933) o la piedra angular del subgénero,
El mundo perdido (1925). Ambas películas basaron su efectividad en las criaturas diseñadas por el artista de efectos especiales Willis O'Brien, que fue justamente el mentor y principal inspiración del gran Harryhausen.
A toda esta tradición de películas, en fin, parece homenajear este número de Planetary. Bien visto, querubo