Pues me he leído
el #1 de TNFLa de veces que he pensado lo mucho que habría disfrutado este comic de niño. Uno de esos números que nunca te cansas de leer, y que cuando acabas vuelves a releer y degustar. Puedo verme a mí mismo con 12 años y piernas blanquecinas, sentado en la hierba y apoyado en un árbol, con los ojos como platos leyendo por enésima vez esas hojas como si fuera la primera. Por supuesto el recuerdo es falso. Ojalá fuese cierto, pero esa es la sensación que me recorrió cuando lo leí por primera vez, ya pasada la treintena con la edición deluxe, y que he sentido cada vez que lo he releído.
No es mi preferido, porque hay números aún mejores si cabe, pero desde luego la historia de
Los Perdedores es mágica. Perfecta en su sencillez. Aparte claro todos los detalles y guiños a la época en que se escribían este tipo de historias y que gracias a las anotaciones lo hacen más brillante si cabe
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Aunque lo mejor, es como bien dice
Darwyn Cooke en las anotaciones, esas tres páginas
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Lo dicho, una vuelta a al pasado y a la niñez. Como decía el poeta, a "esos dias azules y ese sol de la infancia".