Hulk: Omnigold tomo 1: ¿Hombre o monstruo? (1962-1968) Como ya sabéis todos, la primera colección de Hulk duró tan sólo 6 números antes de ser cancelada por falta de ventas. Un año y medio más tarde volvió a disfrutar de aventuras en solitario en la colección Tales to Astonish, que desembocó en título propio ya de forma indefinida y sin pausa.
Creo que la colección inicial no pudo empezar mejor. El primer número de Incredible Hulk creo que es uno de los mejores cómics de origen de Marvel. Sobretodo la primera historia, con las pruebas de la bomba-G, la intrusión de un despistado Rick Jones y la consecuente exposición de Bruce Banner, siempre me ha parecido fascinante. Es una lástima que ese origen, tal cual, no se haya podido llevar al cine.
En las otras historias del número inicial lo más interesante está en descubrir la personalidad de Hulk, gris en este primera entrega, y su relación con Rick, cosa que nos va situando en la colección de forma muy atractiva. Eso pese a un Kirby primitivo y unos villanos que no tienen mayor interés que ser los previsibles rojos enemigos de la patria. Trueno Ross y Betty también hacen su presentación en este número.
Los siguientes números desde luego resultan menos interesantes, pero tampoco es que fueran de menor calidad que otras colecciones de la época. Quitando los 4 Fantásticos y Spiderman, los inicios de las otras series en el 62 y 63 fueron bastante discretos, siendo generosos. Pero, a diferencia de Hulk, su continuidad nunca fue interrumpida.
Analizando estos números, estamos ante aventuras con un alto grado de inocencia, muy propia de esos primeros pasos de la era Marvel. Lo del cambio cuando hay luna llena estaba ya muy visto y lo del rayo transformador a voluntad tampoco funcionó. Lo mejor que hicieron fue aplicar la clásica transformación por aceleración de las pulsaciones. Inmejorable idea que vendría casi sin darnos cuenta, en la oscura etapa en que Hulk no tenía colección propia, aunque el descubrimiento del fenómeno lo explica Banner en el primer número del regreso de sus aventuras en Tales to Astonish.
Por otro lado, el elenco de villanos no son demasiado interesantes quitando el Circo del Crimen y Tyrannus.
Tras entrar a formar parte de los Vengadores en apenas el primer número, pronto volvería a tener aventuras en solitario bajo el cartel de Tales to Astonish.
Steve Ditko, que ya se ocupó del último número de la primera colección, toma el relevo a los lápices. Y francamente creo que es un dibujante que no le sienta demasiado bien al gigante esmeralda. Eso sí, en los primeros números fue el creador de uno de los dos principales enemigos de Hulk, el Líder, aunque su aspecto todavía debería evolucionar a mejor.
El otro gran villano, la Abominación, sería creado unos números más tarde, en el 90 de Tales to Astonish, por Gil Kane.
El problema de esta etapa en Tales to Astonish es el baile continuo de dibujantes y entintadores. Eso sí, la lista de nombres es de aúpa.
Tras los ocho números que dibuja Ditko, con cuatro entintadores diferentes, regresa Kirby para unos cuantos números primero como dibujante y luego como bocetista, inicialmente de los horrorosos lápices de Mickey Demeo y un par de dibujantes desconocidos, pero a continuación vienen John Romita y Bill Everett. Ya sin los bocetos de Kirby siguen John Buscema y Gil Kane hasta la llegada de Marie Severin que, por fin, se queda como fija.
Los primeros números de Tales to Astonish creo que son bastante prescindibles. Ya tenemos los principales ingredientes de la colección, la eterna persecución del General Ross a Hulk, el inevitable papel como fugitivo de Banner y el tormento que sufre Hulk como criatura temida e incomprendida por la humanidad. Pero son números que se hacen durillos salvo hechos puntuales. Me parece interesante todo lo relacionado con el Líder y sus androides, un personaje que personalmente me fascina. Siempre me pareció curiosa esa primera “muerte” del villano, por lo irónico. Justo cuando estaba a punto de llegar a la cima, al máximo de su capacidad intelectual, de repente sufre una sobredosis de conocimiento y cae fulminado.
A partir del número en que la identidad de Banner como Hulk deja de ser un secreto, creo que la cosa se vuelve bastante interesante, por lo menos a mí me parecen números muy entretenidos en los que se profundiza en los personajes, muy bien retratados todos, dicho sea de paso.
El drama interno que viven la mayoría de personajes se acentúa. Rick Jones por sentirse responsable de todo lo que le ocurra a Banner y Hulk, Betty en constante depresión por su amor a Bruce en contraste a su terror a Hulk, Glenn Talbot por su obsesión con Betty y sus contradicciones internas, y claro está, el calvario de los propios Bruce Banner y Hulk.
El General Ross, por su parte, ejerce el papel del tradicional militar sin escrúpulos. El factor militar hace de esta colección algo diferente en el Universo Marvel del momento, en lo que resulta una mezcla de géneros, entre bélico, aventuras y superhéroes.
Son números muy dinámicos, apenas sin pausas. Los diálogos alcanzan la madurez y quizás la única pega sea el dibujo de un primitivo e irregular Bill Everett. Pero con la llegada de Buscema, Kane y Severin se nos compensa con creces.
Se suceden presentaciones tan importantes como la del Imperio Secreto y la Abominación. En este último caso una clásica trama de origen del villano, que ya se nos presenta tal cual lo disfrutaremos durante las siguientes décadas.
La última parte del tomo, ya con Marie Severin a los lápices, nos trae quizás lo mejor de esta etapa, especialmente el segundo capítulo de la saga del Alto Evolucionador, tras lo vivido en la colección de Thor, donde nuestro protagonista se traslada a un escenario cósmico o alejado de la tierra, cosa que será una constante en el futuro inmediato. Y también un insistente deseo del entristecido gigante esmeralda, deseoso de abandonar un planeta en el que sólo encuentra incomprensión.
Pues el tomo se resume en el primer número y el último tercio, quizás la segunda mitad.
Yo tengo especialidad debilidad por Hulk y su entorno, así que no dejo de disfrutar buena parte del tomo.