He leído Marvel Limited Edition Tales of the Zombie.
Mi impresión general ha sido bastante satisfactoria, y creo que de los diferentes magacines de terror que llevo leído este sería probablemente uno de los mejores. Además, al contrario que en otras ocasiones, hay cierto equilibrio entre la cantidad de artículos y el número de historietas, lo que ha supuesto una lectura bastante amena durante todo el tiempo. Tengo que admitir que comienzo a estar un poco harto de este tipo de ediciones, aunque entiendo que una colección tan corta como esta era mejor publicarla en un solo tomo, y han tenido el detalle de omitir el relato dle Hombre Cosa publicado en su propia recopilación. El tomo es más o menos manejable, pero pesa un poco y no siempre es cómodo de leer. Me empiezo a inclinar por los recopilatorios de alrededor de 400 páginas, mucho más manejables. Lo malo de todo esto, es que seguramente los precios se dispararían y la relación cantidad/precio es mejor así. No obstante, casi deseo que la era del tocho acabe ya de una vez...
Centrándonos un poco en los contenidos, y para aquellos que no conozcan demasiado de qué va la revista Tales of the Zombie, hay que decir que centra sus contenidos en la temática zombie, siguiendo la corriente de la época y el interés del público en este subgénero de terror. El protagonista principal será Simon Garth, la versión zombie de marvel, cuyas aventuras estarán acompañadas de diferentes relatos, tanto de texto como de cómic, centrados en los muertos vivientes. Curiosamente, a pesar del éxito de aquellos momentos de la primera cinta de George Romero sobre esta figura de terror, Marvel explora el tema desde la vertiente sobrenatural dirigiendo su mirada hacia el vudú. Esto nos permitirá sumergirnos en una cultura que hunde sus raíces en aspectos religiosos, culturales y folclóricos de Haití o la Louisiana estadounidense, que a su vez procede de África y la exportación de esclavos en épocas pretéritas. Es muy interesante ver como, por ejemplo, los artículo de Chris Claremont están bastante bien documentados y son muy interesantes, así como su capacidad narrativa para la ficción. Creo que es una faceta un poco desconocida del Patriarca Mutante, que a mí me ha gustado particularmente.
El punto más interesante de toda la revista es conocer en profundidad la historia de Simon Garth, que a pesar de haber leído algunos cómic suyos posteriores era bastante desconocida para mí. Roy Thomas plantaría la semilla, pero sería Steve Gerber el que desarrollaría plenamente el personaje y lo que le rodea. Gerber sigue siendo para mí uno de los mejores guionistas de los setenta en Marvel, no solo por su originalidad y su forma de afrontar las historias, sino también un poco por su versatilidad. El propio autor admite que nunca le gustó el género del horror, pero aun así se sirve de él para dejarnos un buen puñado de historias que tienen un poso reflexivo en ocasiones y que giran en torno al drama humano en la mayor parte. Su estilo está a caballo entre las historias de EC y las revistas de Warren, siendo esta publicación quizá la que más se acerca al producto que ofrecían Creepy, Eerie o Vampirella. Aunque puede que sea una de las más desconocidas, por su protagonista, o por su temática, es la que mejor cuida los contenidos y la mantiene esa esencia del terror clásico, siguiendo la senda de las dos editorial más famosas del género. Sin la presencia de un presentador habitual, pero con el mismo tono y contenido violento, sin caer en el abuso, pero sin obviarlo en ningún momento. Es curioso, porque no hay ningún problema en que se vean aplastar cráneos contra paredes o suelos, pero ver lo senos desnudos de alguna que otra sacerdotisa vudú se ocultaba con sombras y otros recursos propios del blanco y negro. Y eso que se supone que el Comic Code Authority aquí no tenía jurisdicción. Pero, bueno, son matices sin demasiada importancia.
El serial de Simon Garth es el plato fuerte, y es sobre todo gracias a Steve Gerber. Cuando llega Tony Isabella baja un poco el nivel, aunque se mantiene dentro de unos parámetros aceptables de calidad. Quizá el único pero sería que el guionista no tuvo nunca muy claro si el Zombie debía tener el amuleto de Damballah o quitárselo para siempre. Además, en su última historia, parece que el destino del personaje está sellado para siempre, por lo que creo que no hubo una buena coordinación editorial al respecto. Desgraciadamente, la revista tenía pensado publicar una nueva historia del personaje, escrita por Gerry Conway, que finalmente no pudo aparecer porque se perdieron las páginas dibujadas en el correo de la época. Al parecer se recuperaron, pero finalmente la revista se canceló. Supongo que la publicarían más tarde en otra serie, quizá en Monster Unleashed. Gracias a ese percance, el serial de Simon en este tomos es bastante autocontenido, cerrando todas las tramas y dejando al personaje en un nuevo punto de partida, que no sé si alguien retomó después o no. A pesar de que Tony Isabella no está muy destacable con el cabeza de cartel, sí que lo está en los relatos de complemento, donde además de algunas reediciones, publican nuevas historias para la revista. Como decía antes, todas tiene ese punto propio de las publicaciones de EC. Un relato de terror con un giro final, que sorprendiese más o menos, intentaba transmitir un mensaje con grandes dosis de justicia poética, por decirlo de algún modo. Las maldades humanas castigadas por los muertos que regresan del as tumbas, convertidos en justicieros de las ambiciones de los vivos. Hay de todo, pero la verdad es que la mayor parte es de un nivel bastante alto, no solo por parte de los dibujantes, sino también de los guionistas.
Otro de los protagonistas del magacín sería el hermano Vudú, que continuaría algunas de sus historias publicadas en Strange Tales. Al principio, pensaba que esto iba a ser un lastre, ya que su primera historia es precisamente el final de una saga que había quedado inconclusa. Sin embargo, se lee bastante bien y los autores consigan que se pueda leer con cierta independencia. La verdad es que la inclusión de Jericho Drumm es bastante acertada. La revista gira en torno al vudú de manera constante, por lo que su presencia aquí no desentona nada, a pesar de que sus aventuras tienen cierto tono superheroico, aunque sea de manera superficial. Tengo que admitir que me gustaría leer sus historias previas y que es un personaje que me llama mucho la atención, aunque aquí está un poco por debajo de lo que ofrece Simon Garth, no solo el protagonista indiscutible, sino el principal foco de atención y donde tenemos a un Gerber muy inspirado.
Por último, hablar un poco del apartado gráfico, que es en líneas generales bastante alto. Tenemos la presencia de John Buscema en los inicios del personaje, pero también tenemos a algunos de los principales dibujantes de los cómics más clásicos de terror. La reproducción es lo suficientemente adecuada para que podamos disfrutar de algunos trabajos muy interesantes. No obstante, el principal protagonista es Pablo Marcos, un dibujante peruano que estuvo presente en diversos magacines de Marvel en los setenta y que tiene un estilo barroco que encaja muy bien con el tono del a serie. A mí me gusta mucho, aunque debo decir que aquí está un poco verde y se aprecian ciertas irregularidades, sobre todo a nivel anatómico. Yo he notado ciertas imperfecciones a la hora de dibujar los rostros de las mujeres femeninas en ocasiones, mostrando algunas muecas extrañas, así como su forma de expresar algunos bailes imposibles, siempre de puntillas. Después tiene un importante problema con los pies desnudos, que a mí me ha recordado mucho a la críticas que sufre Sergio Aragonés con los pies de sus personajes. Obviamente, no está al nivel de Aragonés, ni mucho menos, pero sí es cierto que si se fija uno bien, en muchas ocasiones, los pies de los personajes son algo raros. De todas formas, son simples matices y no empañan en absoluto la calidad general del trabajo del peruano, que por mucho que fuese un artista más o menos nuevo, aunque ya estuviese algo curtido, también hay otros factores que influyen como la terrible agenda de las publicaciones de Marvel, entre otras cuestiones. Gráficamente, es un tomo muy disfrutable, que consigue una importante cohesión entre guion y dibujo, ofreciendo una revista de terror a la altura de las circunstancias. Sin duda alguna, estamos ante los relatos de un Marvel zombie, en toda la amplitud de su significado. Que descanse en paz...